Voces en el Silencio
Algo me inquietaba y sabia que no era
por mi encuentro con el anciano era algo mas, su mano estaba fría cuando la
bese, mientras me alimentaba dentro del bar en medio de la pista de baile nadie
reparaba en los besos que le daba en su cuello mucho menos en los pequeños
sorbos que robaba de mi victima una bella mujer… no había reparado en que era
pelirroja aunque su cabello no eran tan rojo hasta que la deje sentada en la
sección VIP del lugar, ella se disculpo porque estaba algo mareada… ella
pensaba que era por el licor. No debí molestarme, solo porque ella se
disculpara pero sentí que esa simple palabra me hería… despidiéndome de ella
cortésmente me aleje no tan satisfecho. Salí del establecimiento y entre la
multitud de personas que iban y venían por la avenida atestada de frágiles
humanos buscando en sus pensamientos el que me provoca esa sensación de
pesquisa
Era joven larguirucho de piel canela
y ojos negros brillantes de cabello rizado desordenado, llevaba sandalias
vaqueros rotos mostrando sus piernas velludas y torneadas, una playera amarilla
con un emblema de algún equipo local de fútbol – supe quien era él por mi sueño
- usted es el vampiro Marius no es
cierto – me pregunto descaradamente y sin premura en medio de aquella multitud
- Soy Marius – le conteste
- la mujer de cabello rojo aun esta
con usted – hablo de nuevo sin presentarse eso no me gusto que no tuviera
modales así que sonreí dejándole ver deliberadamente mis colmillos que le hela la sangre a cualquier ser mortal
- vengo de parte de Tiao mi nombre es
Danso - dijo rápidamente, era malcriado
pero no tonto
- por un momento creí que no tenias
modales - le dije
El joven me miro un poco molesto por
el sondeo en su mente, es que alguno de ellos no tiene una muralla por cráneo
- Don Tiaho quiere verlo por la mujer
de cabello rojo – dijo ansiosamente
- Que esperas llévame a el
El miro con una ansiedad en sus ojos,
también quería saber que pensaba pero asintió con la cabeza e hizo señas de que
le siguiera, me condujo silenciosamente por en medio del gentío hasta que
llegamos a la costa y pasamos a lo largo del XXXX entrando a la zona este de la
ciudad muchas casas una junto a la otra pequeñas y rusticas iban en fina una
tras otra creando un patrón desequilibrado la gente dentro de cada una se
escuchaban platicas risas lloriqueos de aquí y de allá, tantos humanos en tan
poco espacio
El jovenzuelo se detuvo en una
especie de vecindad era una casa enorme con multitudinales cuartos dentro de
cada uno familias completas
Entramos había un enorme patio y
alrededor vivienda tras vivienda dentro del mismo edificio subimos por unas
escaleras destrozadas por el tiempo hasta llegar al ultimo piso la gente de los
pasillos nos miraba pasar preguntándose por mi presencia de alguna manera era
demasiado llamativo en este lugar entramos al fin en una de las habitaciones
que no tenia numero oxidado 49 por dentro no era tan descuidado sus paredes estaban
tapizadas de madera y no de concreto como los otros no sucio pero si muy
desordenado estaba atestado de libreros desde el piso hasta el techo que no
contenían ni un solo libro sino una enorme cantidad de frascos de vidrio de diferentes
formas y colores conteniendo cada uno un elementos extraños el joven no me ofreció
un asiento solo me indico que esperaba allí y desapareció por una de las cuatro
puertas que contaba la habitación, espere tal vez unos cinco minutos, tenia
curiosidad por abrir alguno de aquellos frascos par ver que contenían y recordé
lo que una vez me dijo Cristóbal, “no toque nada” me hizo reír pero lo tome en
serio
- bienvenido a mi casa vampiro –
saludo Tiaho con hastío
- Buenas noches Tiaho – conteste lo
mas amablemente que pude a pesar de su hostilidad me sorprendí al verlo entrar,
el mas anciano mas delgado y demacrado solo habían pasado 5 meses desde que lo
vi pero eran años que se habían volcado sobre su cuerpo, entro lentamente en la
habitación ayudado a caminar por un bastón en su mano derecha y el muchacho
sosteniéndolo del brazo izquierdo guiándolo ya que el tenia en sus ojos una
venda blanca llena de símbolos que creí reconocer en algún lugar de mi mente.
._.
La habitación decorada impecablemente las molduras de
madera, muebles antiguos allí estaba el baúl, un nudo se hizo en mi
garganta al considerar la idea… abrí con
mi mente las puertas del balcón afuera la noche estaba hermosa y muy tibia el
trópico siempre era agradable para seres como nosotros nos hacia sentirnos
bien, a pesar de que no había luna las luces artificiales provenientes de la
ciudad le daban un hermoso tono al color de los árboles y las sombras que estos
hacia, al principio no me gustaba el lugar era demasiado cerca de la ciudad,
podía escuchar el bullicio de sus mentes pero ahora creo que lo disfrutaba.
Mi equipaje estaba todo colocado impecablemente dentro del
armario me cambie mi ropa tan rápido, no quería perder ni un momento,
necesitaba verla saber que antes no había sido una ilusión ella estaba bien
mirándome, analizándome y burlándose de mi como era su costumbre.
Al salir de la habitación el jovencito de piel canela
estaba esperándome, el era hermoso, muy pequeño, sus ojos negros eran un cielo
de calma y luz pero aun no podía estar calmada que este niño fuera un shaman
real, eso me preocupaba
- Buenas noches – me dijo con su voz aun tenia un aire
infantil en ella – mi nombre es Cristóbal
- buenas noches… Cristóbal, mi hermana ¿donde esta?
- en el invernadero!!! Impaciente igual que usted aunque
me dijo que aun no estaba preparado
- ¿Qué no está preparado? – tuve que preguntar porque de
alguna manera su mente era tan silenciosa, muy diferente a su cuerpo,
transparente a sus emociones
- es que le tiene un presente, mientras esperamos si
usted quiere puede preguntarme lo que quiera antes de verla
- si me gustaría hablar contigo Cristóbal–
- por su puesto sígame – cortésmente me condujo hacia
una de las habitaciones de la casa era exactamente igual que la que yo ocupaba,
tenia un pequeño recibidor en la antecámara allí nos sentamos en un precioso
juego de muebles tipo Luis XVI demasiado grandes para su figurita pronto de la
puerta del baño salio una jovencita era pequeñita como el de ojos grandes y
cabellos oscuros evitando por completo mi mirada ella sabia lo que era, la
diferencia de el que se sentía por que no decirlo a gusto con mi presencia ella
sentía miedo
- Buenas noches – le salude
- buenas noches – dijo ella
Cristóbal dio la vuelta y se levanto le tomo las manos
entre las suyas y las beso tiernamente –
- Hola me buscabas; todo está bien – dijo dulcemente
- Ella es Maharet la hermana de Mekare a
que son ¡igualitas verdad!, señora ella es mi esposa – nos presento
Ella asintió con la cabeza mientras me observaba
- tengo mucha hambre y podría comerme una vaca entera
- te haré una cena muy sabrosa – contesto ella saliendo
de la habitación
- ella aun no se acostumbra a personas como ustedes –
dijo el entre risas mientras se sentaba nuevamente en el sillón - me imagino
que Marius le ha contado mucho de nosotros
- si muchas cosas y algunas me preocupan un poco…
- saquéelo todo no tiene que reprimir nada
- seré sincera con tigo, me dio un susto de muerte al
verte a su lado en la madrugada Marius me dijo que eras joven pero es que… eres
un niño – me miraba mientras hablaba con suma sencillez tratando de ver mas
allá de mis palabras - y no dudo de las habilidades que posees por tu edad porque
yo era muy poderosa a corta edad… pero lo que estas haciendo no requiere poder
sino experiencia cargar con las emociones de otra persona un humanos una carga
muy grande, pero las de uno de nuestra raza es mil veces peor.
- si, soy un mocoso – dijo el de lo mas paciente – yo
fui el primero en creer que era el ultimo shaman sobre la tierra para algo como
esto…
No me esperaba esa respuesta, esperaba sentir un poco de
arrogancia o fuerza propias de un adolescente para pedir que le dejase seguir
adelante, pero no fue así
- a decir verdad, tanta responsabilidad me abruma y mas
de una vez he querido salir corriendo porque son muchas las cosas que puedo
enumerarle a parte de las que usted apunta por las que soy el menos indicado, sin
embargo, la forma en como se dieron las cosas va mas allá de cualquier
pensamiento racional y lineal de querer o no querer hacerlo, de poder o no… de
entre todos ellos los mejores shamanes, curadores y hechiceros con mas fuerza y
experiencia estaban allí no creo tener nada de especial estoy seguro pero yo también soy un shaman y por mucho
miedo o dudas que tenga de mi mismo no puedo renunciar; Mekare y Marius tiene
mucha fe en mi aunque ignore el porque de su confianza o inclusive algunos de
los demás chamanes pero de lo que si estoy seguro que nunca podría huir de mi deber ella me necesita y hasta
cierto punto yo también… desde que he
sido su filtro me siento diferente mas fuerte mas seguro de mi mismo de alguna
manera dentro de mi se que podré terminar con el proceso
No es que su monologo haya desaparecido todos mis
temores, no fue eso lo que me tranquilizo
- estas seguro, puede ser muy doloroso hasta podrías
caer con ella
- Es una posibilidad que no pasara, no estamos solos. Los
dos tenemos personas a las que amamos y por las cuales luchar, no podemos dejarnos
consumir ni ella ni yo – me dijo seriamente - parece que no iba ha recibir la
respuesta que yo quería: miedo o ira pero el era realmente un mar en calma
- ¿Cuándo todo esto termine? – pregunte
- usted debe saberlo mejor que yo, ya que usted conoce
mejor a su gente; ella nunca será la misma persona que usted conoció, en ella
hay daños irreparables… anoche ella estaba muy lucida y controlada, ella puede
estar así durante horas días o semanas pero a veces no será así, y no será
agradable, ella siempre necesitara de una persona que la estabilice, Marius su
sangre es sorprendente el efecto que deja en ella pero el no puede tomar esa
responsabilidad por la eternidad
- yo lo haré, es mi hermana yo la cuidare
- seria lo mejor, pero hay cosas que usted y ella deben
hablar además falta mucho para eso a penas tiene dos habilidades
- hay otra cosas que quiero saber, el espíritu de ese
hombre Drevon como tiene tanto poder, jamás había visto un fantasma humano tan
fuerte
Un suspiro y me dedico la más tierna de las sonrisas
- es mejor que ella le explique
- porque
- es lo mejor
Creo que nos esta llamando a gritos – dijo el tocando
sus sienes con los dedos. Bajamos; la Casa
era hermosa casi no había cambiado la forma original de esta solo retocado su
belleza natural, el invernadero era otra cosa un hermoso y gigantesco
recinto hecho de cristal lleno de plantas de todas formas y tamaños y
colores
Pude sentir su fuerte presencia en medio de la
prodigioso verdor allí latía rápidamente su fuerte corazón, ella estaba en
detrás un conjunto de mesas y armarios conteniendo frascos y mas frascos de
todo color forma y tamaño algunos con objetos extraños y otros por ser
ocupados
- a ella le encanta el cristal – comento en susurros
Cristóbal – puede pasar horas observándolos por sus formas, colores y tamaños;
Marius la mima demasiado siempre que sale le trae uno nuevo
Ella estaba frente a un frasco esperando con impaciencia
y estaba tan concentrada que no pareció sentir mi presencia o al menos eso creí
cuando el frasco cobro un color azul perlado ella se levanto lo tomo en sus
manos se volteo hacia nosotros me miro a
mi, luego a Cristóbal del alguna manera se comunicaron mentalmente a lo que yo
no pude escuchar
- Hola hermana – le dije
Ella me sonrió dulcemente y caminando hacia mi como lo haría
un humano me extendió el frasquito
- Gracias – le dije viéndolo entre mis manos – es
hermoso
Ella se rió de mí achicando los ojos como solía hacerlo
cuando me planeaba alguna travesura
- no le diré eso – dijo el jovencito entre dientes -
ella le tiene un presente, pero es el contenido lo importante no el frasco en
si
Ella lo tomo de mi mano y lo abrió una fragancia
deliciosa salio de el; la tapadera tenia un goterito del mismo material
finamente trabajado
- pregunta que si puede, - me dijo el niño – es para sus
ojos
Lo mire a el
– no se preocupe ella es un genio para eso de las
pociones –
- si – conteste después de ver que ella hacia un puchero
por mi desconfianza
Ella alzo las manos por encima de mis ojos con el gotero
en la mano mientras una gota comenzaba a resbalarse dejo caer sobre mis ojos un
liquido azulado del frasco al contacto fue sorprendente de inmediato el liquido
envolvió el globo ocular dejando a su
paso una refrescante sensación y el dolor desapareció
- los ojos
humanos no duran mucho deberías probar con un unos inmortales – escuche la vos
del jovencito con un deje mucho mayor al de el, era Mekare quien me hablaba
pude verlo en sus ojos verdes vivos al fin como en la madrugada sabia que era ella,
mi hermana estaba detrás de ellos, sus singular sonrisa, su sentido del humor
cruel. Ella lo había hecho para mi, tomo el frasco de sus manos, había
convertido más de algunas de estas plantas en este elixir que calmaba el dolor
de los ojos mortales que usaba
- sorprendida creías que era roció matutino lo que te
iba a regalar – escuche mientras ella se acerco a mi cerré mis ojos al sentir
sus manos en mis mejillas luego sentí sus labios ardientes sobre mis ojos
mortales, los beso delicadamente
- y tu deberías probar…
- yo estoy bien así… - escuche la respuesta antes de
terminar
La abrace, esta vez no me puse a llorar, pero no quise
soltarla en mucho tiempo mientras ella me rodeaba con las misma intensidad que
yo su cuerpo calentaba el mío
- estas con fiebre – le dije alejándome un poco al
sentir que su temperatura aumentaba – observando sus mejillas sonrosadas al
igual que sus labios por el calor
- no estoy feliz – dijo el jovencito mientras ella me
miraba intensamente con cada palabra - debo de desahogarme de alguna forma todo
lo que traigo dentro, no te preocupes no me incendiare, este fuego no me hace
daño
Una sonrisa de felicidad cruzo por sus ojos mientras una
mano iba directamente a su pecho
- deberías saber que soy la vampiro mas extraña de todos
– dijo Cristóbal que estaba allí algo incomodo pero hacia muy bien de traductor
creo que el cambiaba algo de las cosas que ella me decía
- lo se siempre fuiste la rara de la familia – le dije
._.
El humano no se quería retirar a pesar que el anciano
casi le había gritado que se largara muy a su pesar término cediendo, cuando
este agarro su bastón amenazadoramente, cerrando la puerta tras de
si.
- ya era hora de que salieran de su escondrijo – dijo Tiaho
con toda la fuerza que pudo - no son difíciles de localizar, como vera ya no
puedo y no quiero seguir con este… juramento así que donde esta ella
- ella no me acompaño hoy, puedo entender su
predicamento, inclusive su ira pero debe comprender que tenia que cerciorarme
primero
- ella no esta aquí -
escupió el anciano
- No
- Vampiro no estoy jugando no puedo salir de este lugar
sin que me ataquen hasta intente por mis propios medios quitar esta carga y no
resulto – dijo moviendo su peligrosamente atacando una caja de madera que salio
despedida hacia el piso saliendo un par de desvencijados anteojos
- No puedo imaginar por los inconvenientes que esta
pasando
- no, no puede, aun encerrado dentro de estas paredes por
meses, rodeado de un muro de desdichadas gentes puedo verlos a través de todo,
puedo hasta ver el mocoso que esta a su lado después de haber sellados mi ojos,
puedo verlos y ellos pueden verme a mi, es como ser un faro en medio de una
noche oscura, no me dejan tranquilo y yo nunca había tenido esta habilidad tan
desarrollada, y aun no he olvidado que esto fue por su culpa.
- lamento terriblemente las desgracias por las que estas
pasando Tiaho… pero ella reclamara lo es
que es suyo cuando el tiempo sea el justo, ni antes ni después – dije
engrosando un poco la voz no toleraría mas desplantes del humano
- cuando será eso -
dijo el mas calmado que antes aunque no menos enojado
- mañana le avisaremos el momento de que usted le entregue
- mañana entonces, DANSO – dijo el alzando la vos y
golpeando su bastón con el piso, rápidamente el muchacho abrió la puerta - el
Señor ya se va y recoge los anteojos y dáselos al “Señor” – recalcando
deliberadamente el ultimo adjetivo
- ¿QUE?
- que no oyes
- ¿se lo va a dar a el? No, ¿porque?, pensé que me los
darías a mi
- no seas estupido muchacho, tu no los necesitas y yo no quiero nada de estas
criaturas después
- pero yo…
- no me contradigas Danzo
Furioso el chico los tomo de piso y me los ofreció
- tómelos – escupió Tiaho – trate de aliviar este poder
pero ustedes son unos monstruos cada día me convenzo que criaturas como ustedes no deberían existir
- no me importa que tengas tan mala opinión de nuestra
raza, pero aquí estaremos mañana – tome las gafas de la manos del muchacho
teniendo cuidado de no tocarlo y las guarde en el bolsillo del interior de mi
abrigo - Buenas noches - me despedí lo mas cortes que pude mientras el
jovencito abrió las puertas… afuera en la calle el chico murmuro
- espere, si no quiere los anteojos puede dármelos a mi
- si no los quisiera no las habría aceptado
- usted ni siquiera sabe para que sirven
Le mire a los ojos con fiereza pero aunque su corazón estaba
a punto de reventar me mantuvo la mirada
- veo que eres capaz de controlar tu miedo – le dije - pero
debes de codiciarlo mucho para encararme de esa forma, pero son míos ahora.
Deje la desvencijada vecindad atrás y surque los aires
sin que nadie notara mi desaparición con excepción del muchacho, llegue a un
enorme centro comercial donde comencé a visitar cada tienda, compadecía a Tiaho e incluso entendía
su irrespetuosa conducta si yo tenia que dormir casi todas las noches dentro de
mi bañera el tendría que estarla pasando terriblemente mal, mi garganta se seco
al comprender que Mekare debió soportar esto.
Era cerca ya de la dos de la mañana cuando decidí
regresar a la mansión con muchas cosas hermosas para todos, cuanto tiempo había
pasado que no hacia estas cosas tan triviales, pasar tiempo entre los humanos
adquiriendo objetos, cada detalle en las cosas para ellos me llenaban de
emoción aunque estaba seguro que a la mayoría de ellos les parecerían
extravagantes mis obsequios.
Conduje mi auto a una velocidad
temeraria para cualquier humano, todo era demasiado simple casi involuntario
creo que estaba sintiendo de nuevo esa sensación que había olvidado tanto
tiempo: alguien dependía de mi y yo dependía de ellos. Divise los linderos de
la propiedad muy rápido, abriendo las pesadas puertas con mi mente cerrándolas
a mi espalda, la casa estaba iluminada, había tanta vida en ella a pesar que en
su mayoría dormían, ya hacia mucho me había acostumbrado a ellos, al salir de mi auto ya me esperaba Antonio con su singular buen
humor
- señor Marius Buenas noches, que tal
encontró Rio
- muy vivaz
- hooo si, nunca dormimos en este
país -
Dijo riendo, Antonio realmente me
agradaba al igual que su esposa y el niño aunque era rara vez que lo veía era
demasiado pequeño para que trasnochara
- … son igualititas si no fuera por
los ojos no las diferenciaría – continuo mientras me ayudaba a sacar los
paquetes del auto
- donde están todos
- Buenos las damas pelirrojas en la
habitación de la señora Mekare, Cristóbal en la sala se quedo dormido mientras
las dos platicaban, ese muchacho se ve algo cansado, todos los demás están en
sus habitaciones
- si es cierto, lo hacemos trabajar
demasiado
- tu también vete a dormir debes
estar cansado
- ¡que va! no se preocupe por mi en
mis tiempos mozos era un bar tender y pasaba de fiesta en fiesta, muchos días
sin dormir, ha la vida, después me case y adiós pachanga
- estoy seguro de eso, solo que no
quiero que tu esposa se enoje contigo
- a eso si, las mujeres, nos hacen
como quieren - no sonaba como reproche
sino mas bien como un privilegio
Solo me lleve conmigo tres paquetes y
dos bolsas, entre a la sala principal, Cristóbal dormía a pierna suelta como dijo
Antonio, aun tenia mucha curiosidad por el “obsequio de Tiaho” que llevaba en
mi bolsillo pero pobre chico había estado muy presionado todos estos días, no tuve
el corazón de despertarlo acurrucado en el sofá con las manos debajo de su
mentón, parecía un bebe, deje la mayoría de las cosas allí y solo me lleve una
pequeña cajita y dos bolsas y a el, lo cargue como si fuera un pequeño y lo
lleve a su habitación antes de entrar toque la puerta Teresa abrió
- buenas noches Teresa
- buenas noches señor Marius – dijo
asustada al verme con el en brazos, ella aun no se acostumbraba a nosotros
- no te preocupes esta bien solo se durmió
antes ocurrírsele subir, me permites
Ella contesto con un si con su
cabeza, pase y lo deje en la cama, me despedí de ella sin cruzar mas palabras,
ella era tan diferente de Cristóbal, nunca mantenía la vista al frente cuando
estaba en mi presencia.
- Que duerman bien – dije antes de
salir no sin antes dejar la lustrosa bolsa en la que habían regalos para cada
uno.
Me dirigí hacia su habitación ellas
estaban allí, podía escuchar sus poderosos corazones aun afuera de la casa,
toque la puerta y Maharet me respondió
- Adelante, Marius, pasa
- Buenas noches – salude al entrar
las vi como la había visto antes, un deja vu, tal vez, estaban en la lecho,
Maharet pasaba las manos por el cabello de Mekare rizándolo con sus dedos mechón
tras mechón, lenta y delicadamente, mientras que ella dormía apaciblemente en
su regazo, mientras en su mano apretaba con fuerza lo que parecía ser un anillo
de metal muy rustico aunque era muy grade para que sus dedos tan finos lo
usaran, frente a ellas al pie de la cama Canelo y Oso me rodearon con sus colas
levantadas, les di un par de caricias con las que quedaron contentos
volviéndose a echar.
- Marius, volviste pronto
- si, no me tomo mucho tiempo
Me acerque y le entregue la cajita y
la bolsa
- un presente de bienvenida
- Gracias – me contesto, era tan
bella como su hermana y sus ojos ya no estaban tan rojos como antes a pesar de
que eran los mismos; los tomo y abrió la caja, el broche de cabello eran tan
hermoso como en el escaparate - siempre tienes un gusto exquisito – mientras se
colocaba en su cabello rojo
- habías visto a un bebedor de sangre
hablar en sueños – mientras observaba la bolsa
- no hasta que la vi a ella –
conteste
- si ella siempre ha sido especial, ¿puedo?
- por su puesto, es para Mekare
- ¡Oh! Un frasco de cristal soplado –
exclamo y lo volvió a meter dentro de la bolsa
- Si, es lo único que realmente le
agrada, todo lo demás, pasa inadvertido para ella – dije observando el objeto
que había en las manos de Mekare
- Esto – dijo viendo lo que yo veía –
no cuenta como un regalo siempre le ha pertenecido, lo perdió cuando nos separaron,
y yo lo encontré milagrosamente, así que lo guarde para entregárselo cuando la
volviera a encontrar, se puso eufórica al verlo – dijo con un deje de amargura
en su voz – luego se quedo dormida
después del baño, me costo mucho que se pusiera este vestido
- si suele hacer berrinche, es porque
no he encontrado ropa de su agrado, pero seguiré probando
- Cristóbal me dijo que ella había
hecho los gravados – comento mientras seguía peinando – para él – dijo con amargura
nuevamente
- si es su forma de comunicarse con
Drevon – dije su nombre, no me agradaba hacerlo - ya que el no puede escucharla
-
Tu tampoco vas a decirme en que se convirtió ese hombre
Guarde silencio un par de segundos
balanceando en mi mente toda la información que el nos abría brindado teniendo
cuidado que ella no la viera
- será mejor que ella se lo cuente
cuando este lista
- es tan malo
- yo no lo se, lo único que se necesitan
demasiado
- ¿necesitarse?, ¿Cómo?, es un espectro,
una sombra, un reflejo de vida – dijo
ella con ira en su voz
- porque… se aman
- yo también la quiero y aun así… -
su semblante cambio y sus ojos se enrojecieron pero no lloro se contuvo - sabes lo que me pregunto Marius, tan
tranquilamente que me asusto, “¿las has traído contigo?, ¿Son para mi? ¿Las hiciste para mi?” – una sonrisa
histriónica se escucho levemente en la habitación yo no sabia a que se refería,
ven sígueme, me dijo, fuimos a su habitación donde ella se paro alado de un
enorme baúl
- Desde
hace tanto tiempo en mi mente se sembró la semilla de una idea… -
Lo abrió dentro había eslabones, una
fragancia extraña y al mismo tiempo conocida de ellas se desprendió, ella las
saco el sonido lleno la habitación y me indico que las tomara
- intenta romperlas
“Intentar” casi no había nada que yo
no pudiera romper, las tome eran
inusualmente pesadas las tironee sin mucha fuerza pero para mi asombro estas no
cedieron lo hice con mucha mas pero no hubo el efecto deseado hasta que por
tercera vez utilice mi fuerza hasta ahora no usada peor nada, la mire a sus
ojos azules, el dolor estaba alli, uno diferente
- esa idea eran eslabones
irrompibles, ni yo he podido si quiera forzarlas, están hechas de mis cabellos Recubiertas de acero y mi sangre…
Ahora entendía lo que ella había querido decirme
- … son para ella Marius, las hice para ella siempre lo supe y ella
también, Marius crees que a pesar de amarla tanto podré hacerle eso a ella
Se veía tan frágil y vulnerable, el dolor más grande que puedes sentir,
es herir a los que amas, la abrace
- Estamos aquí para evitarlo, Maharet, y lo haremos
Un suspiro salio de ella
- Cuéntame más sobre las cosas que
ella hace ya que casi toda la noche hable yo…
- por su puesto
._.
Había pasado ya una semana, para desdicha de Tiaho y de
Mekare, Cristóbal se había negado a hacerlo tan rápido, el mismo había ido a
visitar al anciano y haberle dicho tan tajantemente que debían de esperar al
menos una semana, me hubiera gustado estar allí, para verlo defenderla tan
fieramente, hasta el anciano tubo que darse por servido ya que Cristóbal fue
quien puso la fecha en que entregaría el poder, después fue totalmente
inquebrantable respecto a la preparación
física y mentalmente de los dos, a lo que dedico todo su tiempo y esfuerzo sin
vacilación, todas las dudas que pudiera tener Maharet con respeto al chico
quedaron sepultadas, yo estaba muy orgulloso de él.
Testigo de los preparativos Maharet se quedo con nosotros,
ciertamente su presencia hacia que los ojos verdes de Mekare estuvieran más
brillantes todos los días, aunque ella no pudo estar completamente sola con su
hermana aunque lo comprendía, a pesar de que la necesidad de un intérprete ya no
fuera necesaria pues Mekare había aprendido hablar en señas, solo en un par de
horas aunque había estado reacia a comentar sobre de su vida a su hermana siempre
evadiendo sus preguntas.
Faltaba dos días para el traspaso de poder, aunque ese
día debí de poder ver lo que iba a ocurrir.
Los anteojos estaban sobre una mesa
frente a mí, mientras avanzaba en mi lectura de vez en cuando levantaba la
mirada para cerciorarse que siguiera en el mismo lugar
- Con ella puedes ver el mundo de las
sombras – me dijo Cristóbal, después de tratar inútilmente de persuadirme de
destruirlos
A Mekare se le había iluminados sus
ojos al saber de su existencia, había tratado de que se los prestara, pero
Cristóbal había sido muy estricto a acerca de este tema.
“Si usted los quiere para si es su
decisión – me dijo ceremoniosamente- pero por nada del mundo se los preste, no
quiero que su psique sea afectado por un objeto como ese, solo tiene que
esperar unos cuantos días mas para poder ver así que no veo el caso”
Si yo los usara que podría ver, me
preguntaba, entes traslucidos flotando
sobre el suelo, criaturas grotescas como en la mitología o simplemente
nada, por mi escepticismo, deje el libro a un lado ya que después de media hora
no había pasado de la misma hoja.
Aun con dudas me levante del
reconfortante sillón y me coloque sobre el rostro los desgastados y maltrechos
anteojos… para mi decepción solo pude ver las imperfecciones del vidrio enfoque
mis ojos mas allá y parecía inmutable, nada había cambiado, me reí de mi mismo,
como pude creer en las supercherías, que era lo que me había motivado a
ponérmelos pura curiosidad, Mekare estaría decepcionada, cuando dirigí una
ultima mirada hacia abajo, había un diminuto muchachito de piel canela y
cabello oscuro, iba descalzo y su ropa no era mas que una falda de una tela
color blanca, me recordaba los ropajes de los faraones, porque llevaba en cima
muchas joyas, me sonreía con una dulzura
propia de los niños y sus ojos eran hermosos muy grandes, aunque extraños, uno
del color del chocolate mientras el otro era casi blanco.
- Hola – dije aun inseguro que en
verdad pudiera verlo o que le me escuchara
El chiquillo rió con migo, y corrió a
mi alrededor lleno de alegría, pero aun no me parecía real; puedo escuchar sus
risitas que parecían hacer eco en la biblioteca, escuchaba su voz aunque no entendía
ni una palabra, hasta que moví la mano izquierda de un lado a otro, a caso era
un sueño, el rió y me imito después de mirarme con curiosidad de arriba a bajo
ante mi mirada de incredulidad, Itza salio corriendo por la puerta abierta
desde la cual se detuvo un momento indicándome que lo siguiera con su manita, pude
escuchar claro y fuerte sus pasitos dirigiéndose por los pasillos hacia el
jardín cuando pase al lado de la escalera alguien venia bajando mire hacia
arriba era una chiquilla de nueve años con un vestido de vuelos muy común hacer
200 años y una muñeca que era una replica en miniatura de la niña que la
llevaba debajo del brazo, Itza regreso reclamando mi atención de nuevo cuando
levante laminada hacia arriba ella había desaparecido, seguí al pequeño sin
prisa cuando note un brillo casi imperceptible por donde el se había ido
atravesando la puerta del jardín oeste, era un hilo de plata, que parecía iniciar en la solapa de mi traje,
abrí mi chaqueta vi aun con tristeza que el dije de jade estaba envuelto con el
hilo, trate de tocarlo sentir su textura pero nada había que sentir porque nada
físico había allí, aunque no estaba seguro, tristemente supe lo que significaba.
A fuera La luna estaba reacia a salir,
algunos arbustos se movieron cuando el muchachito paso a su lado, pero pudo ser
solamente el viento, lo alcance cerca del riachuelo donde se puso a chapotear
con el agua queriendo que yo le acompañara también sus risas eran fascinantes
haciendo eco en el aire, a la distancia podía sentir el corazón de Mekare me
pregunte si podría verlo a el también, el niño al ver mis intenciones como si
me hubiera leído el pensamiento se puso frente a mi con los bracitos extendidos
y agitando su cabecita con un rotundo no, debí de haberle hecho caso.
- Solo tengo curiosidad – le dije, no
se si me entendió pero salio corriendo en dirección a la casa
Ella estaba un poco lejos había
aprendido a escuchar su poderoso corazón a mas distancia ya que carecía de
olor, otra característica de ella, para mi alivio estaba sola bueno casi, la
encontré en medio de unos árboles acurrucada entre las raíces de un abeto estaba
acompañada por los enormes perros que al verme se emocionaron y fueron a
recibirme les di una pequeña caricia a cada uno y se fueron quedando relevados
de cuidarla, hace tiempo que ellos no habían ido a casar y al comida de la casa
no les gustaba, según Mekare, estas criaturas siempre me fascinaban, se fueron
a una velocidad asombrosa por el bosque en dirección de la selva, estaba muy
sucia seguramente ella había escapado de
Cristóbal y sus preparativos; también de
Maharet y de sus preguntas, se notaba que había estado escarbando en el suelo
buscando cosas como era su costumbre, tenia sus ojos cerrados y su rostro
resplandeciente con los rallos de la luna que se filtraban en medio de las
hojas, su cabello rojo desordenadamente regado sobre sus hombros, espalda hasta
el suelo.
- a mi también me gusta verla dormir…
– escuche una voz muy grave y fuerte detrás mío
Cuando volteé la voz provenía de un hombre
inmensamente grande de mas de dos metros, corpulento de piel blanca bronceada
sus ojos me miraban con un aire de prepotencia eran grandes de color azul
zafiro y su largo cabello rubio que llegaba al final de su espalda se resbalo
por los hombros desnudos al cruzar los brazos sobre su pecho y me sonrió con
una mueca torcida
- porque es hermosa mi hechicera…
Pude verle tal y como era, justo
cuando murió en la esencia de la juventud antes de ser abrazado por el fuego un
hombre tal vez de 27 años, medía mas de dos metros alto, de contextura
musculosa, fuerte y lampiño, extraño para su gente, el no llevar barba lo hacia
verse mas joven no llevaba camisa u otra prenda solo una especie de pantalón
hecho de pieles y cocido por los extremos así también unos botas hechos del
mismo material
- al fin puedes verme, ¿Qué sientes,
miedo?
- Que debería sentir, solo eres una
sombra
El río a pulmón abierto,
- eso quisieras tu – me contesto
altaneramente mientras caminaba hacia mi dejando muy poco espacio entre los
dos, yo no me moví escuche con cada uno de sus pasos un sonido metálico los
acompañaba pero no supe ver de donde provenía el sonido porque veía sus ojos
azules, había un cambio en el parecía estar de muy buen animo
- es una lástima que no seas tan
alto, espero que no sea una molestia
- Que quieres decir
El rió de nuevo, llevándose el brazo
derecho a acariciarse la melena unas mechas caían en su frente ancha, en esa
mano el llevaba un anillo, era el mismo que había visto antes pero también unas
cadenas que estaban en su brazo, como no las había visto antes
- nada solo cosas mías
- Que es eso – le exigí
- ¿Que, esto? – dijo el haciendo vibrar el metal – pensé
que ya lo sabias, pero no te asustes “Marius” solo es la fuerza que nos
mantiene unidos por siempre, su corazón es mío y mi alma es suya – dijo con
tono mordaz
Se me hizo un nudo en la garganta y perdí la compostura…
su corazón, pude al fin entender la relación, era igual que el hilo que
sujetaba el alma del pequeño Itza al dije pero, el estaba sujeto a su corazón,
el era el fuego que recorría su cuerpo desde su corazón…
- pensé que le gustabas porque te pareces a mi, un poco,
pero también eres bastante fiero, vampiro, aunque en una pelea yo ganaría
- Exijo saber que pasa – dijo Cristóbal al ver mi ira manifestada
en mis colmillos y mis ojos, mientras aparecía en medio de los arbustos estaba acompañado
del pequeño Itza
- tu – dijo divertido Drevon alzando la ceja a Itza que
se escondió detrás de mi – no pasa nada pequeño hechicero - refiriéndose a
Cristóbal
- Shaman por favor- contesto el aludido - no creo que
nada, Marius no se enoja con facilidad y ud. eres bastante hastío la mayor
parte del tiempo
- El esta enfadado por esto – dijo el levantando las
cadenas de su brazo – cree que le hago
daño o es que le disgusta la idea de lo que ella y yo somos uno, como también a
ti
Un suspiro de desagrado escuche de
Cristóbal, el sentía lo mismo que yo con respecto a este hombre que nos miraba
de manera divertida, hasta que esa “alegría” se fue desapareciendo por un
minuto desapareció
- Espero que su curiosidad haya sido
satisfecha Marius, ya conoce al encantador de Drevon
- curiosidad, mmmm, no serian celos –
exclamo divertido hasta que sus risas fuero desapareciendo
Mekare sobre el pasto parecía sufrir,
su corazón se aceleraba y sus dientes se apretaban de dolor algo la lastimaba.
Cristóbal y yo nos acercamos pero
Drevon estaba ya a su lado
- que le estas haciendo – le grite
sin pensarlo
- nada, nunca le haría daño – me
grito indignado mientras se sentaba su lado susurrando en un idioma desconocido tratando de consolarla su seño estaba hundido
por la preocupación igual que a nosotros
Cristóbal se acerco a ella y la
sostuvo en sus brazos cerro los ojos
- alguien esta tratando de…
- el viejo…- grito Drevon eso nunca
lo permitiré
- que intentan robar, que pasa –
pregunte también ansioso
- Tiaho, dijo Cristóbal aun con los
ojos cerrados… el esta siendo tacado si el muere…
Mekare se despertó de improviso sus
ojos se pusieron negros de ira y su mandíbula apretando con fiereza
Sin querer ella se levanto
bruscamente en dirección donde se encontraba seguramente el viejo yo trate de
detenerla pero ella era demasiado fuerte se desembarazo de mi abrazo con
facilidad, mientras que Cristóbal trato inútil de mente de dormirla ya que ella
desapareció a una velocidad extraordinaria dejándonos solo a nosotros en medio
de la noche.
Fin cap. 9
Continuará
No hay comentarios:
Publicar un comentario