martes, 30 de abril de 2013

Cap. IX – Obsequios 2da Parte


Voces en el Silencio


Algo me inquietaba y sabia que no era por mi encuentro con el anciano era algo mas, su mano estaba fría cuando la bese, mientras me alimentaba dentro del bar en medio de la pista de baile nadie reparaba en los besos que le daba en su cuello mucho menos en los pequeños sorbos que robaba de mi victima una bella mujer… no había reparado en que era pelirroja aunque su cabello no eran tan rojo hasta que la deje sentada en la sección VIP del lugar, ella se disculpo porque estaba algo mareada… ella pensaba que era por el licor. No debí molestarme, solo porque ella se disculpara pero sentí que esa simple palabra me hería… despidiéndome de ella cortésmente me aleje no tan satisfecho. Salí del establecimiento y entre la multitud de personas que iban y venían por la avenida atestada de frágiles humanos buscando en sus pensamientos el que me provoca esa sensación de pesquisa 

Era joven larguirucho de piel canela y ojos negros brillantes de cabello rizado desordenado, llevaba sandalias vaqueros rotos mostrando sus piernas velludas y torneadas, una playera amarilla con un emblema de algún equipo local de fútbol – supe quien era él por mi sueño

- usted es el vampiro Marius no es cierto – me pregunto descaradamente y sin premura en medio de aquella multitud
- Soy Marius – le conteste
- la mujer de cabello rojo aun esta con usted – hablo de nuevo sin presentarse eso no me gusto que no tuviera modales así que sonreí dejándole ver deliberadamente mis colmillos  que le hela la sangre a cualquier ser mortal
- vengo de parte de Tiao mi nombre es Danso  - dijo rápidamente, era malcriado pero no tonto  
- por un momento creí que no tenias modales  - le dije

El joven me miro un poco molesto por el sondeo en su mente, es que alguno de ellos no tiene una muralla por cráneo
- Don Tiaho quiere verlo por la mujer de cabello rojo – dijo ansiosamente
- Que esperas llévame a el

El miro con una ansiedad en sus ojos, también quería saber que pensaba pero asintió con la cabeza e hizo señas de que le siguiera, me condujo silenciosamente por en medio del gentío hasta que llegamos a la costa y pasamos a lo largo del XXXX entrando a la zona este de la ciudad muchas casas una junto a la otra pequeñas y rusticas iban en fina una tras otra creando un patrón desequilibrado la gente dentro de cada una se escuchaban platicas risas lloriqueos de aquí y de allá, tantos humanos en tan poco espacio  

El jovenzuelo se detuvo en una especie de vecindad era una casa enorme con multitudinales cuartos dentro de cada uno familias completas

Entramos había un enorme patio y alrededor vivienda tras vivienda dentro del mismo edificio subimos por unas escaleras destrozadas por el tiempo hasta llegar al ultimo piso la gente de los pasillos nos miraba pasar preguntándose por mi presencia de alguna manera era demasiado llamativo en este lugar entramos al fin en una de las habitaciones que no tenia numero oxidado 49 por dentro no era tan descuidado sus paredes estaban tapizadas de madera y no de concreto como los otros no sucio pero si muy desordenado estaba atestado de libreros desde el piso hasta el techo que no contenían ni un solo libro sino una enorme cantidad de frascos de vidrio de diferentes formas y colores conteniendo cada uno un elementos extraños el joven no me ofreció un asiento solo me indico que esperaba allí y desapareció por una de las cuatro puertas que contaba la habitación, espere tal vez unos cinco minutos, tenia curiosidad por abrir alguno de aquellos frascos par ver que contenían y recordé lo que una vez me dijo Cristóbal, “no toque nada” me hizo reír pero lo tome en serio 

- bienvenido a mi casa vampiro – saludo Tiaho con hastío
- Buenas noches Tiaho – conteste lo mas amablemente que pude a pesar de su hostilidad me sorprendí al verlo entrar, el mas anciano mas delgado y demacrado solo habían pasado 5 meses desde que lo vi pero eran años que se habían volcado sobre su cuerpo, entro lentamente en la habitación ayudado a caminar por un bastón en su mano derecha y el muchacho sosteniéndolo del brazo izquierdo guiándolo ya que el tenia en sus ojos una venda blanca llena de símbolos que creí reconocer en algún lugar de mi mente.  

._.

La habitación decorada impecablemente las molduras de madera, muebles antiguos allí estaba el baúl, un nudo se hizo en mi garganta  al considerar la idea… abrí con mi mente las puertas del balcón afuera la noche estaba hermosa y muy tibia el trópico siempre era agradable para seres como nosotros nos hacia sentirnos bien, a pesar de que no había luna las luces artificiales provenientes de la ciudad le daban un hermoso tono al color de los árboles y las sombras que estos hacia, al principio no me gustaba el lugar era demasiado cerca de la ciudad, podía escuchar el bullicio de sus mentes pero ahora creo que lo disfrutaba.

Mi equipaje estaba todo colocado impecablemente dentro del armario me cambie mi ropa tan rápido, no quería perder ni un momento, necesitaba verla saber que antes no había sido una ilusión ella estaba bien mirándome, analizándome y burlándose de mi como era su costumbre.

Al salir de la habitación el jovencito de piel canela estaba esperándome, el era hermoso, muy pequeño, sus ojos negros eran un cielo de calma y luz pero aun no podía estar calmada que este niño fuera un shaman real, eso me preocupaba

- Buenas noches – me dijo con su voz aun tenia un aire infantil en ella – mi nombre es Cristóbal
- buenas noches… Cristóbal, mi hermana ¿donde esta?
- en el invernadero!!! Impaciente igual que usted aunque me dijo que aun no estaba preparado
- ¿Qué no está preparado? – tuve que preguntar porque de alguna manera su mente era tan silenciosa, muy diferente a su cuerpo, transparente  a sus emociones
- es que le tiene un presente, mientras esperamos si usted quiere puede preguntarme lo que quiera antes de verla
- si me gustaría hablar contigo Cristóbal–
- por su puesto sígame – cortésmente me condujo hacia una de las habitaciones de la casa era exactamente igual que la que yo ocupaba, tenia un pequeño recibidor en la antecámara allí nos sentamos en un precioso juego de muebles tipo Luis XVI demasiado grandes para su figurita pronto de la puerta del baño salio una jovencita era pequeñita como el de ojos grandes y cabellos oscuros evitando por completo mi mirada ella sabia lo que era, la diferencia de el que se sentía por que no decirlo a gusto con mi presencia ella sentía miedo

- Buenas noches – le salude
- buenas noches – dijo ella
Cristóbal dio la vuelta y se levanto le tomo las manos entre las suyas y las beso tiernamente – 
- Hola me buscabas; todo está bien – dijo dulcemente -  Ella es Maharet la hermana de Mekare a que son ¡igualitas verdad!, señora ella es mi esposa – nos presento  
Ella asintió con la cabeza mientras me observaba
- tengo mucha hambre y podría comerme una vaca entera
- te haré una cena muy sabrosa – contesto ella saliendo de la habitación

- ella aun no se acostumbra a personas como ustedes – dijo el entre risas mientras se sentaba nuevamente en el sillón - me imagino que Marius le ha contado mucho de nosotros 
- si muchas cosas y algunas me preocupan un poco…
- saquéelo todo no tiene que reprimir nada
- seré sincera con tigo, me dio un susto de muerte al verte a su lado en la madrugada Marius me dijo que eras joven pero es que… eres un niño – me miraba mientras hablaba con suma sencillez tratando de ver mas allá de mis palabras - y no dudo de las habilidades que posees por tu edad porque yo era muy poderosa a corta edad… pero lo que estas haciendo no requiere poder sino experiencia cargar con las emociones de otra persona un humanos una carga muy grande, pero las de uno de nuestra raza es mil veces peor.

- si, soy un mocoso – dijo el de lo mas paciente – yo fui el primero en creer que era el ultimo shaman sobre la tierra para algo como esto…
No me esperaba esa respuesta, esperaba sentir un poco de arrogancia o fuerza propias de un adolescente para pedir que le dejase seguir adelante, pero no fue así
- a decir verdad, tanta responsabilidad me abruma y mas de una vez he querido salir corriendo porque son muchas las cosas que puedo enumerarle a parte de las que usted apunta por las que soy el menos indicado, sin embargo, la forma en como se dieron las cosas va mas allá de cualquier pensamiento racional y lineal de querer o no querer hacerlo, de poder o no… de entre todos ellos los mejores shamanes, curadores y hechiceros con mas fuerza y experiencia estaban allí no creo tener nada de especial estoy seguro  pero yo también soy un shaman y por mucho miedo o dudas que tenga de mi mismo no puedo renunciar; Mekare y Marius tiene mucha fe en mi aunque ignore el porque de su confianza o inclusive algunos de los demás chamanes pero de lo que si estoy seguro que nunca podría  huir de mi deber ella me necesita y hasta cierto punto yo también…  desde que he sido su filtro me siento diferente mas fuerte mas seguro de mi mismo de alguna manera dentro de mi se que podré terminar con el proceso

No es que su monologo haya desaparecido todos mis temores, no fue eso lo que me tranquilizo

- estas seguro, puede ser muy doloroso hasta podrías caer con ella
- Es una posibilidad que no pasara, no estamos solos. Los dos tenemos personas a las que amamos y por las cuales luchar, no podemos dejarnos consumir ni ella ni yo – me dijo seriamente - parece que no iba ha recibir la respuesta que yo quería: miedo o ira pero el era realmente un mar en calma
- ¿Cuándo todo esto termine? – pregunte
- usted debe saberlo mejor que yo, ya que usted conoce mejor a su gente; ella nunca será la misma persona que usted conoció, en ella hay daños irreparables… anoche ella estaba muy lucida y controlada, ella puede estar así durante horas días o semanas pero a veces no será así, y no será agradable, ella siempre necesitara de una persona que la estabilice, Marius su sangre es sorprendente el efecto que deja en ella pero el no puede tomar esa responsabilidad por la eternidad
- yo lo haré, es mi hermana yo la cuidare
- seria lo mejor, pero hay cosas que usted y ella deben hablar además falta mucho para eso a penas tiene dos habilidades  
- hay otra cosas que quiero saber, el espíritu de ese hombre Drevon como tiene tanto poder, jamás había visto un fantasma humano tan fuerte 

Un suspiro y me dedico la más tierna de las sonrisas
- es mejor que ella le explique
- porque
- es lo mejor 

Creo que nos esta llamando a gritos – dijo el tocando sus sienes con los dedos. Bajamos;  la Casa era hermosa casi no había cambiado la forma original de esta solo retocado su belleza natural, el invernadero era otra cosa un hermoso y gigantesco recinto  hecho de cristal  lleno de plantas de todas formas y tamaños y colores  

Pude sentir su fuerte presencia en medio de la prodigioso verdor allí latía rápidamente su fuerte corazón, ella estaba en detrás un conjunto de mesas y armarios conteniendo frascos y mas frascos de todo color forma y tamaño algunos con objetos extraños y otros por ser ocupados  
- a ella le encanta el cristal – comento en susurros Cristóbal – puede pasar horas observándolos por sus formas, colores y tamaños; Marius la mima demasiado siempre que sale le trae uno nuevo

Ella estaba frente a un frasco esperando con impaciencia y estaba tan concentrada que no pareció sentir mi presencia o al menos eso creí cuando el frasco cobro un color azul perlado ella se levanto lo tomo en sus manos  se volteo hacia nosotros me miro a mi, luego a Cristóbal del alguna manera se comunicaron mentalmente a lo que yo no pude escuchar

- Hola hermana – le dije
Ella me sonrió dulcemente y caminando hacia mi como lo haría un humano  me extendió el frasquito

- Gracias – le dije viéndolo entre mis manos – es hermoso

Ella se rió de mí achicando los ojos como solía hacerlo cuando me planeaba alguna travesura

- no le diré eso – dijo el jovencito entre dientes - ella le tiene un presente, pero es el contenido lo importante no el frasco en si

Ella lo tomo de mi mano y lo abrió una fragancia deliciosa salio de el; la tapadera tenia un goterito del mismo material finamente trabajado    

- pregunta que si puede, - me dijo el niño – es para sus ojos 
Lo mire a el
– no se preocupe ella es un genio para eso de las pociones –
- si – conteste después de ver que ella hacia un puchero por mi desconfianza

Ella alzo las manos por encima de mis ojos con el gotero en la mano mientras una gota comenzaba a resbalarse dejo caer sobre mis ojos un liquido azulado del frasco al contacto fue sorprendente de inmediato el liquido envolvió el globo ocular dejando  a su paso una refrescante sensación y el dolor desapareció
-  los ojos humanos no duran mucho deberías probar con un unos inmortales – escuche la vos del jovencito con un deje mucho mayor al de el, era Mekare quien me hablaba pude verlo en sus ojos verdes vivos al fin como en la madrugada sabia que era ella, mi hermana estaba detrás de ellos, sus singular sonrisa, su sentido del humor cruel. Ella lo había hecho para mi, tomo el frasco de sus manos, había convertido más de algunas de estas plantas en este elixir que calmaba el dolor de los ojos mortales que usaba

- sorprendida creías que era roció matutino lo que te iba a regalar – escuche mientras ella se acerco a mi cerré mis ojos al sentir sus manos en mis mejillas luego sentí sus labios ardientes sobre mis ojos mortales, los beso delicadamente
 
- y tu deberías probar…
- yo estoy bien así… - escuche la respuesta antes de terminar

La abrace, esta vez no me puse a llorar, pero no quise soltarla en mucho tiempo mientras ella me rodeaba con las misma intensidad que yo su cuerpo calentaba el mío
- estas con fiebre – le dije alejándome un poco al sentir que su temperatura aumentaba – observando sus mejillas sonrosadas al igual que sus labios por el calor
- no estoy feliz – dijo el jovencito mientras ella me miraba intensamente con cada palabra - debo de desahogarme de alguna forma todo lo que traigo dentro, no te preocupes no me incendiare, este fuego no me hace daño    

Una sonrisa de felicidad cruzo por sus ojos mientras una mano iba directamente a su pecho
- deberías saber que soy la vampiro mas extraña de todos – dijo Cristóbal que estaba allí algo incomodo pero hacia muy bien de traductor creo que el cambiaba algo de las cosas que ella me decía
- lo se siempre fuiste la rara de la familia – le dije   

._.

El humano no se quería retirar a pesar que el anciano casi le había gritado que se largara muy a su pesar término cediendo, cuando este  agarro su bastón  amenazadoramente, cerrando la puerta tras de si.

- ya era hora de que salieran de su escondrijo – dijo Tiaho con toda la fuerza que pudo - no son difíciles de localizar, como vera ya no puedo y no quiero seguir con este… juramento así que donde esta ella  
- ella no me acompaño hoy, puedo entender su predicamento, inclusive su ira pero debe comprender que tenia que cerciorarme primero
- ella no esta aquí -  escupió el anciano 
- No
- Vampiro no estoy jugando no puedo salir de este lugar sin que me ataquen hasta intente por mis propios medios quitar esta carga y no resulto – dijo moviendo su peligrosamente atacando una caja de madera que salio despedida hacia el piso saliendo un par de desvencijados anteojos

- No puedo imaginar por los inconvenientes que esta pasando
- no, no puede, aun encerrado dentro de estas paredes por meses, rodeado de un muro de desdichadas gentes puedo verlos a través de todo, puedo hasta ver el mocoso que esta a su lado después de haber sellados mi ojos, puedo verlos y ellos pueden verme a mi, es como ser un faro en medio de una noche oscura, no me dejan tranquilo y yo nunca había tenido esta habilidad tan desarrollada, y aun no he olvidado que esto fue por su culpa.
- lamento terriblemente las desgracias por las que estas pasando Tiaho… pero  ella reclamara lo es que es suyo cuando el tiempo sea el justo, ni antes ni después – dije engrosando un poco la voz no toleraría mas desplantes del humano
- cuando será eso -  dijo el mas calmado que antes aunque no menos enojado  
- mañana le avisaremos el momento de que usted le entregue
- mañana entonces, DANSO – dijo el alzando la vos y golpeando su bastón con el piso, rápidamente el muchacho abrió la puerta - el Señor ya se va y recoge los anteojos y dáselos al “Señor” – recalcando deliberadamente el ultimo adjetivo  
- ¿QUE?
- que no oyes
- ¿se lo va a dar a el? No, ¿porque?, pensé que me los darías a mi
- no seas estupido muchacho, tu  no los necesitas y yo no quiero nada de estas criaturas después
- pero yo…
- no me contradigas Danzo

Furioso el chico los tomo de piso y me los ofreció   
- tómelos – escupió Tiaho – trate de aliviar este poder pero ustedes son unos monstruos cada día me convenzo que  criaturas como ustedes no deberían existir
- no me importa que tengas tan mala opinión de nuestra raza, pero aquí estaremos mañana – tome las gafas de la manos del muchacho teniendo cuidado de no tocarlo y las guarde en el bolsillo del interior de mi abrigo - Buenas noches  -  me despedí lo mas cortes que pude mientras el jovencito abrió las puertas… afuera en la calle el chico murmuro
- espere, si no quiere los anteojos puede dármelos a mi
- si no los quisiera no las habría aceptado
- usted ni siquiera sabe para que sirven

Le mire a los ojos con fiereza pero aunque su corazón estaba a punto de reventar me mantuvo la mirada
- veo que eres capaz de controlar tu miedo – le dije - pero debes de codiciarlo mucho para encararme de esa forma, pero son míos ahora.

Deje la desvencijada vecindad atrás y surque los aires sin que nadie notara mi desaparición con excepción del muchacho, llegue a un enorme centro comercial donde comencé a visitar cada  tienda, compadecía a Tiaho e incluso entendía su irrespetuosa conducta si yo tenia que dormir casi todas las noches dentro de mi bañera el tendría que estarla pasando terriblemente mal, mi garganta se seco al comprender que Mekare debió soportar esto. 
Era cerca ya de la dos de la mañana cuando decidí regresar a la mansión con muchas cosas hermosas para todos, cuanto tiempo había pasado que no hacia estas cosas tan triviales, pasar tiempo entre los humanos adquiriendo objetos, cada detalle en las cosas para ellos me llenaban de emoción aunque estaba seguro que a la mayoría de ellos les parecerían extravagantes mis obsequios.

Conduje mi auto a una velocidad temeraria para cualquier humano, todo era demasiado simple casi involuntario creo que estaba sintiendo de nuevo esa sensación que había olvidado tanto tiempo: alguien dependía de mi y yo dependía de ellos. Divise los linderos de la propiedad muy rápido, abriendo las pesadas puertas con mi mente cerrándolas a mi espalda, la casa estaba iluminada, había tanta vida en ella a pesar que en su mayoría dormían, ya hacia mucho me había acostumbrado a ellos,  al salir de mi auto  ya me esperaba Antonio con su singular buen humor

- señor Marius Buenas noches, que tal encontró Rio
- muy vivaz
- hooo si, nunca dormimos en este país - 

Dijo riendo, Antonio realmente me agradaba al igual que su esposa y el niño aunque era rara vez que lo veía era demasiado pequeño para que trasnochara

- … son igualititas si no fuera por los ojos no las diferenciaría – continuo mientras me ayudaba a sacar los paquetes del auto
- donde están todos
- Buenos las damas pelirrojas en la habitación de la señora Mekare, Cristóbal en la sala se quedo dormido mientras las dos platicaban, ese muchacho se ve algo cansado, todos los demás están en sus habitaciones
- si es cierto, lo hacemos trabajar demasiado
- tu también vete a dormir debes estar cansado
- ¡que va! no se preocupe por mi en mis tiempos mozos era un bar tender y pasaba de fiesta en fiesta, muchos días sin dormir, ha la vida, después me case y adiós pachanga 
- estoy seguro de eso, solo que no quiero que tu esposa se enoje contigo
- a eso si, las mujeres, nos hacen como quieren -  no sonaba como reproche sino mas bien como un privilegio              

Solo me lleve conmigo tres paquetes y dos bolsas, entre a la sala principal, Cristóbal dormía a pierna suelta como dijo Antonio, aun tenia mucha curiosidad por el “obsequio de Tiaho” que llevaba en mi bolsillo pero pobre chico había estado muy presionado todos estos días, no tuve el corazón de despertarlo acurrucado en el sofá con las manos debajo de su mentón, parecía un bebe, deje la mayoría de las cosas allí y solo me lleve una pequeña cajita y dos bolsas y a el, lo cargue como si fuera un pequeño y lo lleve a su habitación antes de entrar toque la puerta Teresa abrió      
- buenas noches Teresa
- buenas noches señor Marius – dijo asustada al verme con el en brazos, ella aun no se acostumbraba a nosotros
- no te preocupes esta bien solo se durmió antes ocurrírsele subir, me permites  

Ella contesto con un si con su cabeza, pase y lo deje en la cama, me despedí de ella sin cruzar mas palabras, ella era tan diferente de Cristóbal, nunca mantenía la vista al frente cuando estaba en mi presencia.

- Que duerman bien – dije antes de salir no sin antes dejar la lustrosa bolsa en la que habían regalos para cada uno.

Me dirigí hacia su habitación ellas estaban allí, podía escuchar sus poderosos corazones aun afuera de la casa, toque la puerta y Maharet me respondió

- Adelante, Marius, pasa
- Buenas noches – salude al entrar las vi como la había visto antes, un deja vu, tal vez, estaban en la lecho, Maharet pasaba las manos por el cabello de Mekare rizándolo con sus dedos mechón tras mechón, lenta y delicadamente, mientras que ella dormía apaciblemente en su regazo, mientras en su mano apretaba con fuerza lo que parecía ser un anillo de metal muy rustico aunque era muy grade para que sus dedos tan finos lo usaran, frente a ellas al pie de la cama Canelo y Oso me rodearon con sus colas levantadas, les di un par de caricias con las que quedaron contentos volviéndose a echar.   

- Marius, volviste pronto
- si, no me tomo mucho tiempo

Me acerque y le entregue la cajita y la bolsa
- un presente de bienvenida
- Gracias – me contesto, era tan bella como su hermana y sus ojos ya no estaban tan rojos como antes a pesar de que eran los mismos; los tomo y abrió la caja, el broche de cabello eran tan hermoso como en el escaparate - siempre tienes un gusto exquisito – mientras se colocaba en su cabello rojo

- habías visto a un bebedor de sangre hablar en sueños – mientras observaba la bolsa
- no hasta que la vi a ella – conteste  
- si ella siempre ha sido especial, ¿puedo?      
- por su puesto, es para Mekare
- ¡Oh! Un frasco de cristal soplado – exclamo y lo volvió a meter dentro de la bolsa
- Si, es lo único que realmente le agrada, todo lo demás, pasa inadvertido para ella – dije observando el objeto que había en las manos de Mekare
- Esto – dijo viendo lo que yo veía – no cuenta como un regalo siempre le ha pertenecido, lo perdió cuando nos separaron, y yo lo encontré milagrosamente, así que lo guarde para entregárselo cuando la volviera a encontrar, se puso eufórica al verlo – dijo con un deje de amargura en su voz – luego  se quedo dormida después del baño, me costo mucho que se pusiera este vestido
- si suele hacer berrinche, es porque no he encontrado ropa de su agrado, pero seguiré probando  
- Cristóbal me dijo que ella había hecho los gravados – comento mientras seguía peinando – para él – dijo con amargura nuevamente  
- si es su forma de comunicarse con Drevon – dije su nombre, no me agradaba hacerlo - ya que el no puede escucharla
-  Tu tampoco vas a decirme en que se convirtió ese hombre 

Guarde silencio un par de segundos balanceando en mi mente toda la información que el nos abría brindado teniendo cuidado que ella no la viera
- será mejor que ella se lo cuente cuando este lista
- es tan malo
- yo no lo se, lo único que se necesitan demasiado  
- ¿necesitarse?, ¿Cómo?, es un espectro, una sombra, un reflejo de vida  – dijo ella con ira en su voz
- porque… se aman
- yo también la quiero y aun así… - su semblante cambio y sus ojos se enrojecieron pero no lloro se contuvo -  sabes lo que me pregunto Marius, tan tranquilamente que me asusto, “¿las has traído contigo?, ¿Son para mi?  ¿Las hiciste para mi?” – una sonrisa histriónica se escucho levemente en la habitación yo no sabia a que se refería, ven sígueme, me dijo, fuimos a su habitación donde ella se paro alado de un enorme baúl 

 - Desde  hace tanto tiempo en mi mente se sembró la semilla de una idea… -

Lo abrió dentro había eslabones, una fragancia extraña y al mismo tiempo conocida de ellas se desprendió, ella las saco el sonido lleno la habitación y me indico que las tomara
- intenta romperlas 

“Intentar” casi no había nada que yo no  pudiera romper, las tome eran inusualmente pesadas las tironee sin mucha fuerza pero para mi asombro estas no cedieron lo hice con mucha mas pero no hubo el efecto deseado hasta que por tercera vez utilice mi fuerza hasta ahora no usada peor nada, la mire a sus ojos azules, el dolor estaba alli, uno diferente

- esa idea eran eslabones irrompibles, ni yo he podido si quiera forzarlas, están hechas de mis cabellos Recubiertas de acero y mi sangre…

Ahora entendía lo que ella había querido decirme
- … son para ella Marius, las hice para ella siempre lo supe y ella también, Marius crees que a pesar de amarla tanto podré hacerle eso a ella

Se veía tan frágil y vulnerable, el dolor más grande que puedes sentir, es herir a los que amas, la abrace   
- Estamos aquí para evitarlo, Maharet, y lo haremos
 
Un suspiro salio de ella
- Cuéntame más sobre las cosas que ella hace ya que casi toda la noche hable yo…
- por su puesto
 ._.

Había pasado ya una semana, para desdicha de Tiaho y de Mekare, Cristóbal se había negado a hacerlo tan rápido, el mismo había ido a visitar al anciano y haberle dicho tan tajantemente que debían de esperar al menos una semana, me hubiera gustado estar allí, para verlo defenderla tan fieramente, hasta el anciano tubo que darse por servido ya que Cristóbal fue quien puso la fecha en que entregaría el poder, después fue totalmente inquebrantable respecto  a la preparación física y mentalmente de los dos, a lo que dedico todo su tiempo y esfuerzo sin vacilación, todas las dudas que pudiera tener Maharet con respeto al chico quedaron sepultadas, yo estaba muy orgulloso de él.

Testigo de los preparativos Maharet se quedo con nosotros, ciertamente su presencia hacia que los ojos verdes de Mekare estuvieran más brillantes todos los días, aunque ella no pudo estar completamente sola con su hermana aunque lo comprendía, a pesar de que la necesidad de un intérprete ya no fuera necesaria pues Mekare había aprendido hablar en señas, solo en un par de horas aunque había estado reacia a comentar sobre de su vida a su hermana siempre evadiendo sus preguntas.

Faltaba dos días para el traspaso de poder, aunque ese día debí de poder ver lo que iba a ocurrir.   

Los anteojos estaban sobre una mesa frente a mí, mientras avanzaba en mi lectura de vez en cuando levantaba la mirada para cerciorarse que siguiera en el mismo lugar

- Con ella puedes ver el mundo de las sombras – me dijo Cristóbal, después de tratar inútilmente de persuadirme de destruirlos

A Mekare se le había iluminados sus ojos al saber de su existencia, había tratado de que se los prestara, pero Cristóbal había sido muy estricto a acerca de este tema.
“Si usted los quiere para si es su decisión – me dijo ceremoniosamente- pero por nada del mundo se los preste, no quiero que su psique sea afectado por un objeto como ese, solo tiene que esperar unos cuantos días mas para poder ver así que no veo el caso”  

Si yo los usara que podría ver, me preguntaba, entes traslucidos flotando  sobre el suelo, criaturas grotescas como en la mitología o simplemente nada, por mi escepticismo, deje el libro a un lado ya que después de media hora no había pasado de la misma hoja.


Aun con dudas me levante del reconfortante sillón y me coloque sobre el rostro los desgastados y maltrechos anteojos… para mi decepción solo pude ver las imperfecciones del vidrio enfoque mis ojos mas allá y parecía inmutable, nada había cambiado, me reí de mi mismo, como pude creer en las supercherías, que era lo que me había motivado a ponérmelos pura curiosidad, Mekare estaría decepcionada, cuando dirigí una ultima mirada hacia abajo, había un diminuto muchachito de piel canela y cabello oscuro, iba descalzo y su ropa no era mas que una falda de una tela color blanca, me recordaba los ropajes de los faraones, porque llevaba en cima muchas joyas,  me sonreía con una dulzura propia de los niños y sus ojos eran hermosos muy grandes, aunque extraños, uno del color del chocolate mientras el otro era casi blanco.

- Hola – dije aun inseguro que en verdad pudiera verlo o que le me escuchara

El chiquillo rió con migo, y corrió a mi alrededor lleno de alegría, pero aun no me parecía real; puedo escuchar sus risitas que parecían hacer eco en la biblioteca, escuchaba su voz aunque no entendía ni una palabra, hasta que moví la mano izquierda de un lado a otro, a caso era un sueño, el rió y me imito después de mirarme con curiosidad de arriba a bajo ante mi mirada de incredulidad, Itza salio corriendo por la puerta abierta desde la cual se detuvo un momento indicándome que lo siguiera con su manita, pude escuchar claro y fuerte sus pasitos dirigiéndose por los pasillos hacia el jardín cuando pase al lado de la escalera alguien venia bajando mire hacia arriba era una chiquilla de nueve años con un vestido de vuelos muy común hacer 200 años y una muñeca que era una replica en miniatura de la niña que la llevaba debajo del brazo, Itza regreso reclamando mi atención de nuevo cuando levante laminada hacia arriba ella había desaparecido, seguí al pequeño sin prisa cuando note un brillo casi imperceptible por donde el se había ido atravesando la puerta del jardín oeste, era un hilo de plata,  que parecía iniciar en la solapa de mi traje, abrí mi chaqueta vi aun con tristeza que el dije de jade estaba envuelto con el hilo, trate de tocarlo sentir su textura pero nada había que sentir porque nada físico había allí, aunque no estaba seguro, tristemente supe lo que significaba.
  
A fuera La luna estaba reacia a salir, algunos arbustos se movieron cuando el muchachito paso a su lado, pero pudo ser solamente el viento, lo alcance cerca del riachuelo donde se puso a chapotear con el agua queriendo que yo le acompañara también sus risas eran fascinantes haciendo eco en el aire, a la distancia podía sentir el corazón de Mekare me pregunte si podría verlo a el también, el niño al ver mis intenciones como si me hubiera leído el pensamiento se puso frente a mi con los bracitos extendidos y agitando su cabecita con un rotundo no, debí de haberle hecho caso.

- Solo tengo curiosidad – le dije, no se si me entendió pero salio corriendo en dirección a la casa

Ella estaba un poco lejos había aprendido a escuchar su poderoso corazón a mas distancia ya que carecía de olor, otra característica de ella, para mi alivio estaba sola bueno casi, la encontré en medio de unos árboles acurrucada entre las raíces de un abeto estaba acompañada por los enormes perros que al verme se emocionaron y fueron a recibirme les di una pequeña caricia a cada uno y se fueron quedando relevados de cuidarla, hace tiempo que ellos no habían ido a casar y al comida de la casa no les gustaba, según Mekare, estas criaturas siempre me fascinaban, se fueron a una velocidad asombrosa por el bosque en dirección de la selva, estaba muy sucia  seguramente ella había escapado de Cristóbal y sus preparativos;  también de Maharet y de sus preguntas, se notaba que había estado escarbando en el suelo buscando cosas como era su costumbre, tenia sus ojos cerrados y su rostro resplandeciente con los rallos de la luna que se filtraban en medio de las hojas, su cabello rojo desordenadamente regado sobre sus hombros, espalda hasta el suelo.

- a mi también me gusta verla dormir… – escuche una voz muy grave y fuerte detrás mío   

Cuando volteé la voz provenía de un hombre inmensamente grande de mas de dos metros, corpulento de piel blanca bronceada sus ojos me miraban con un aire de prepotencia eran grandes de color azul zafiro y su largo cabello rubio que llegaba al final de su espalda se resbalo por los hombros desnudos al cruzar los brazos sobre su pecho y me sonrió con una mueca torcida
- porque es hermosa mi hechicera…

Pude verle tal y como era, justo cuando murió en la esencia de la juventud antes de ser abrazado por el fuego un hombre tal vez de 27 años, medía mas de dos metros alto, de contextura musculosa, fuerte y lampiño, extraño para su gente, el no llevar barba lo hacia verse mas joven no llevaba camisa u otra prenda solo una especie de pantalón hecho de pieles y cocido por los extremos así también unos botas hechos del mismo material 

- al fin puedes verme, ¿Qué sientes, miedo?
- Que debería sentir, solo eres una sombra

El río a pulmón abierto,
- eso quisieras tu – me contesto altaneramente mientras caminaba hacia mi dejando muy poco espacio entre los dos, yo no me moví escuche con cada uno de sus pasos un sonido metálico los acompañaba pero no supe ver de donde provenía el sonido porque veía sus ojos azules, había un cambio en el parecía estar de muy buen animo   

- es una lástima que no seas tan alto, espero que no sea una molestia
- Que quieres decir

El rió de nuevo, llevándose el brazo derecho a acariciarse la melena unas mechas caían en su frente ancha, en esa mano el llevaba un anillo, era el mismo que había visto antes pero también unas cadenas que estaban en su brazo, como no las había visto antes
- nada solo cosas mías

- Que es eso – le exigí
- ¿Que, esto? – dijo el haciendo vibrar el metal – pensé que ya lo sabias, pero no te asustes “Marius” solo es la fuerza que nos mantiene unidos por siempre, su corazón es mío y mi alma es suya – dijo con tono mordaz  

Se me hizo un nudo en la garganta y perdí la compostura… su corazón, pude al fin entender la relación, era igual que el hilo que sujetaba el alma del pequeño Itza al dije pero, el estaba sujeto a su corazón, el era el fuego que recorría su cuerpo desde su corazón…

- pensé que le gustabas porque te pareces a mi, un poco, pero también eres bastante fiero, vampiro, aunque en una pelea yo ganaría
   
- Exijo saber que pasa – dijo Cristóbal al ver mi ira manifestada en mis colmillos y mis ojos, mientras aparecía en medio de los arbustos estaba acompañado del pequeño Itza
- tu – dijo divertido Drevon alzando la ceja a Itza que se escondió detrás de mi – no pasa nada pequeño hechicero - refiriéndose a Cristóbal  
- Shaman por favor- contesto el aludido - no creo que nada, Marius no se enoja con facilidad y ud. eres bastante hastío la mayor parte del tiempo
- El esta enfadado por esto – dijo el levantando las cadenas de su brazo –  cree que le hago daño o es que le disgusta la idea de lo que ella y yo somos uno, como también a ti 

Un suspiro de desagrado escuche de Cristóbal, el sentía lo mismo que yo con respecto a este hombre que nos miraba de manera divertida, hasta que esa “alegría” se fue desapareciendo por un minuto desapareció  

- Espero que su curiosidad haya sido satisfecha Marius, ya conoce al encantador de Drevon
- curiosidad, mmmm, no serian celos – exclamo divertido hasta que sus risas fuero desapareciendo
 
Mekare sobre el pasto parecía sufrir, su corazón se aceleraba y sus dientes se apretaban de dolor algo la lastimaba.

Cristóbal y yo nos acercamos pero Drevon estaba ya a su lado

- que le estas haciendo – le grite sin pensarlo
- nada, nunca le haría daño – me grito indignado mientras se sentaba su lado susurrando en un idioma desconocido  tratando de consolarla su seño estaba hundido por la preocupación igual que a nosotros

Cristóbal se acerco a ella y la sostuvo en sus brazos cerro los ojos
- alguien esta tratando de…
- el viejo…- grito Drevon eso nunca lo permitiré
- que intentan robar, que pasa – pregunte también ansioso
- Tiaho, dijo Cristóbal aun con los ojos cerrados… el esta siendo tacado si el muere…

Mekare se despertó de improviso sus ojos se pusieron negros de ira y su mandíbula apretando con fiereza

Sin querer ella se levanto bruscamente en dirección donde se encontraba seguramente el viejo yo trate de detenerla pero ella era demasiado fuerte se desembarazo de mi abrazo con facilidad, mientras que Cristóbal trato inútil de mente de dormirla ya que ella desapareció a una velocidad extraordinaria dejándonos solo a nosotros en medio de la noche.

Fin cap. 9  

Continuará