domingo, 28 de octubre de 2012

Cap. VII – Historias 1ra Parte


Voces en el Silencio

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Mael se sintió aliviado por la perspectiva de empezar a sobrevolar el bosque de grandes abetos, estaba ya muy cerca, al fin podría tranquilizar el corazón de Maharet y decirle que su hermana estaba bien a pesar de todo lo sucedido, aun no podía menguar la emoción que en su interior crecía, había presenciado y sentido cosas inexplicables, ahora podía estar seguro que siempre había algo mas aunque sus ojos no pudieran ver, estaban allí, esa idea tranquilizo su errante espíritu.

Aterrizo sobre una de las terrazas de la casa, cuando entro, el ambiente tranquilo y silencioso lo invadió como nunca había.    
El lugar estaba sumido en un silencio absoluto como si cada persona estuviera a punto de dormir antes del amanecer, excepto una, él conocía los hábitos de  Maharet, sabia que ella se encontraba tejiendo, y así fue, ella estaba en una sala gran  circular cubierta de laminas de madera preciosa desde los pisos hasta el techo y  como único mueble una rueca en la cual ella, calma y pausadamente hilaba mechones de su largo cabello rojo.

Cuando él entro, unos ojos azules enrojecidos y una sonrisa característica de ella le daban la bienvenida

Mael se sintió feliz al verla, se acerco, puso sus manos en sus mejillas y descanso su frente en la suya, Maharet por su parte le respondió con un beso en la frente, y entre sollozos exclamó:

- Te extraño hermana
- Yo también Maharet – respondió la voz de Mael,

._______________.

Marius sentía los parpados de sus ojos pesados y perezosos, el resplandor de una luz muy suave los tocaba, e inundaba su espíritu con placidez, los abrió y se encontró flotando en lo alto de una gran habitación casi tocando el techo solo bestia un pantalón color blanco; frente a él, un lienzo en el cual había sido creado un ángel con alas de luz que inundaba todo a su alrededor inclusive su cuerpo casi desnudo envolviéndose con ellas, criatura de cabellos rojos que yacían esparcidos como hondas interminables de roja pasión, su rostro fino y delicado no había sido terminado, el lienzo sostenido por bordes invisibles que lo templaban y en su mano derecha un pincel húmedo, esperando terminar el rostro… deseo terminarlo, pero donde estaba el ángel, el lienzo obedeció a sus deseos y se movió dejando que su vista viera el verdadera criatura que había podido captar sus manos inmortales ella estaba dormida en una enorme lecho y frente a ella la luz del sol besaba su delicada y blanca piel descubierta, el  pudo ver  que de ella se desprendía miles de lucecitas una conectada con otra que la inundaban como alas enormes se desprendían de su ser, que se iluminaron cada vez mas segándolo por unos instantes, cuando abrió de nuevo los ojos se encontraba tendido a la orilla del estanque.

Se frustro un poco al no poder terminar su sueño, o una visión, se quedo un rato allí viendo el techo de la caverna, embelezado por la sensación de cosquilleo en su interior dejándose embriagar por  las formas caprichosas que se formaban en el techo, estaba cansado ya que su ciclo de sueño estaba totalmente trastornado y  cuando al fin dormía, tenia que hacerlo sumergido en agua y esta no es muy acogedora a su fría persona, Cristóbal le había explicado que el elemento agua era un perfecto aislante e inhibidor de su nueva habilidad, solo allí podría dormir tranquilo, así que tenia su lugar de descanso en una caverna de belleza singular, formada por rocas sedimentarias carbonatadas, allí descansaban los cimientos de la pirámide escalonada, ahora que él era conciente de la existencia de la clarividencia en su interior, este poder le daba un sin numero de conocimientos solo que tenia que aprender a usarlo.

Por fin se decidió a levantarse, se puso sus ropas, cuando las encontró;  recorrió los pasillos de la gran estructura observando el gran avance que habían hecho los dos chamanes durante dos semanas había podido restaurar casi en su totalidad las insignias labradas en las paredes de roca que habían sido dañados, los dos chamanes querían dejar sellada la pirámide escalonada para restablecer la tranquilidad a sus ocupantes invisibles antes de partir,  al parecer con mucho éxito, porque cada vez que Marius buscaba algún objeto de su posesión, este aparecía en un lugar distinto y ni que decir de las sombras que no están allí, susurros imperceptibles, entre otras cosas.

Mientras caminaba el viento de los pasillos le hacia temblar de frío y el hecho que su piel aun estuviera húmeda no ayudaba. Como no los encontró dentro de la cueva o la pirámide, sintió su presencia afuera, y así fue, los encontró dormidos a los dos, uno al lado del otro, debajo de un árbol gigantesco descansando en medio de grandes raíces que hacían de lecho protector y calido.

Al observarlos sintió que ellos agitaban en él sentimientos de ternura y afecto que hace tanto tiempo escondía en su interior, Cristóbal cuya juventud, inocencia y sabiduría le habían impresionado tanto, y Mekare quien después de esa noche, había cambiado su trato hacia él, ella era una mujer prodigiosamente brillante, dulce, aunque cuando veía a sus ojos profundamente podía sentir una tristeza, auque Marius podía escuchar su calida voz en el interior de su mente.

No quiso decirles nada para no despertarles así que se sentó frente a ellos a observarles y vigilarles sus sueños, sintió que los ruidos de la noche se armonizaban cada vez mas, este lugar era más acogedor que antes, levanto la mirada y vio através del movimiento del denso de los árboles que el cielo estaba aclarando mientras la luna se levantaba desde poniente lentamente sobre las montañas tapizadas de la densa e intacta selva, volvió sus ojos hacia sus amores pero uno ya no estaba, Mekare había desapareció

Un suspiro salio de Marius mirando su chaqueta roja, a la cual ya le faltaban tres botones de oro, en un pestañeo, se movió a una velocidad extraordinaria entre los grandes árboles y concentro todos sus sentidos enfocándolos en cada sensación proveniente de su alrededor cuando al fin pudo sentir la “alteración”, su cuerpo no fue lo suficientemente rápido como para esquivar el ataque de Mekare que venia directo a él.

Ella era tan veloz como los pensamientos que emanaban de ella  y su instinto de cacería era tan brutal como su sinceridad, con una sonrisa juguetona y con un guiño, de un zarpazo arranco con delicadeza otro de los botones de Marius. Terminando instantáneamente el juego.

El inmortal derrotado regreso al gran árbol donde encontró a Mekare mostrando su pequeño trofeo a un soñoliento Cristóbal que aun se sobaba los ojos mostrando con un condescendiente interés, como el de un padre con su pequeño hijo por su logro, ella se lo dio al jovencito y este lo guardo en su morral que colgaba de sus hombros.

La pelirroja se acercaba a Marius colocando sus calidas manos sobre sus mejillas, mientras que él tuvo el deseo de besarla...
- podrías al menos intentar moverte un poquito mas rápido la próxima vez, solo duraste un par de segundos mas… - le dijo ella a su mente su tono dulce y  juguetón.

- no puedo igualar su velocidad – se excuso Marius gentilmente, conteniendo su impulso, pero colocando sus manos sobre las manos delicadas de ella
- ¡Mentiroso!, - le replico ella
- No miento – replico el rubio inmortal, ante tan seria aseveración sintiendo la piel de Mekare quemarle un poco
- yo concuerdo con Mekare – dijo Cristóbal mas avispado sacudiéndose el cabello y la ropa dejando tras de si una pequeña nube de polvo, mientras que ella se intereso por algo que vio en lo alto del árbol y separándose de la plática fue en busca de un insecto casi invisible.

– lo digo, porque usted ya lo ha hecho – continuo Cristóbal iluminado por la luna llena que se filtraba por los espacios de las hojas del gran baobas - igualar su velocidad aunque sea por unos instantes, acaso no se acuerda, cuando se interpuso entre Mekare y Mael.

- eso fue…
- lo hizo y ya, no le busque tanta explicación, aunque Mekare tiene razón de frustrase con usted
- Frustrarse por mí – dijo mirando a Mekare que se perdía entre las ramas del árbol siguiendo demasiado de cerca a un grupo de pequeños bichos que residían en el.
- Si, el hecho que piense demasiado las cosas para hacerlas, tal vez ese rasgo dominante de su personalidad le haya traído mucho problemas, ella quiere que sea mas espontáneo y que se aventure en los limites de sus habilidades sobrenaturales, y no en caso de vida o muerte como tiene la costumbre de  descubrirlos y usarlos, o me  equivoco – dijo el chico sonando mas mayor de que en realidad era – creo que por eso le puso ese reto de los botones poniéndole de premio contestar una de sus tantas preguntas que tiene, a pesar de que ella le desagradan, claro que también esta la otra opción,
- ¿Cual? – pregunto interesado Marius

- a ella le llaman la atención las cosas brillantes así que es posible que quiera quedarse con sus botones o tal vez solo fue por puro aburrimiento. – termino levantándose los hombros mientras que miraba a Mekare que había dejado subir los bichitos por el brazo y se los mostraba, el los miro y con un gesto de rendimiento se comió uno de ellos ante la incomodad de ella que se apresuro a regresarlos al árbol antes que terminaran en el estomago del chico.

- pero cambiando de tema, hay algo de lo que queríamos hablarle Marius, antes de partir de aquí, ahora que Mekare puede controlar telepatía vamos a probarla en mi pueblo…
- allí  conoceremos a tu mujer – dijo Mekare con un aire de picardía en su rostro aun en el árbol –  ¡Marius! podrías darle consejos a Cristóbal sobre como complacer a su esposa, a si quedaría preñada
- por su puesto, con gusto – contesto Marius siguiéndole el juego para atormentar al chico - te ayudare con eso Cristóbal, si me lo hubieras pedido antes tendríamos mas tiempo – dijo Marius Seriamente
- Noooo, eso… eso… no tiene nada que ver – dijo Cristóbal todo colorado – de lo que tenemos que platicar es de otra cosa.

Mekare entre risas silenciosas se acerco a Marius y metió su mano dentro de la chaqueta sacando el pequeño colgante en forma de marfil
- Del pequeño Itza – dijo ella
- el niño fantasma – dijo Marius – que pasa con el
- pues, tenemos que preguntarle a usted si es que lo va a llevar consigo… – continuo Cristóbal
- ¿Como?
- Itza -  dijo Mekare observando la joya que estaba en la palma de su mano derecha – el te dio esto a ti y solo a ti para que lo cuidaras
- es cierto, pero yo no puedo verlo y no tengo poderes mágicos con que alimentarlo
- Itza no es un espíritu acompañante -  dijo Cristóbal – su alma es pura, tanto que no necesita alimentarse de alguien para existir, pero, su alma se encuentra atada a este objeto – dijo viendo el dije - ya que usted es el nuevo dueño, por lo tanto es el responsable del niño, es decir no puede permitir que alguien lo tenga o se rompa…
- quiero saber si te comprometes a cuidar de él – sintieron la voz de Mekare muy fuerte mientras sostenía el dije cerca de su pecho y le miraba llanamente

Marius le mantuvo la mirada y sin dudarlo asevero
- Si
- no te creo – dijo ella con un aire sarcástico
- ¿Por qué no me cree?
- no has podido cuidar de nadie…
- Mekare – le replico Cristóbal – no sea grosera
 -… de nadie que hayas querido, cual seria la diferencia de este a quien ni siquiera conociste
- Tienes razón
- Esa es tu defensa – instigo Mekare
- Mekare, se esta pasando – dijo Cristóbal tratando de detener la tensión en el ambiente
- No, solo corroboro tus observaciones, aunque te equivocas en una – contesto él con una sonrisa de triunfo

Ella se acerco a él despacio tratando de encontrar en su mirada el significado de lo que acababa de decir. Tomo la mano de Marius y sin apartar la mirada con la garra de su dedo índice hizo una corte y allí puso el dije.

- Supongo que sabes que tienes que encontrar la otra mitad para liberarle de su prisión – dijo más tranquilamente Mekare
- me lo imaginaba -
- ¿Qué me perdí? -  dijo Cristóbal
- acostúmbrate a retener la información dentro de tu mente conciente sin necesidad de un percutor, porque no practicas, y le cuentas a Cristóbal antes de que se desespere por no saber que esta pasando
- y usted donde ira – pregunto Marius
- Cerca – dijo ella mientras se perdía en la oscuridad de la foresta

Después de un minuto de silencio por parte de Marius, fue Cristóbal quien lo saco de sus pensamientos
-  me va a contar o no, Marius

._______________.



- Pude ver cuando él nació – narró Marius, mientras Cristóbal se acomodaba entre las raíces del árbol después de haber hecho una fogata – Itza nacio en un palacio de piedra, en una noche tormentosa y antes de tiempo, cuando la pequeña criatura  salio de su madre su pequeño cuerpo era tan pequeño que podía caber en la palma de la mano, sin embargo estaba rebosante de vida, fue apartado de su madre y entregado a su padre  quien lo recibió en su pecho feliz por su existencia y se lo llevo. Su  madre agotada por el esfuerzo ella murió a pesar de los esfuerzos de Mekare quien trato de salvarla.
Paso el tiempo y pude ver a un chiquillo tal vez de 6 años corriendo entre la gente que vivía en la metrópoli de piedra. Su apariencia podría haber pasado desapercibido físicamente de los otros exceptuando por una característica peculiar
- Uno de sus ojos era casi blanco  - dijo el jovencito
- si – contesto Marius mientras el fuego crepitaba
- Pobrecillo
- porque lo dices
- porque cuando eres diferente, los demás de temen y estas muy solo – comento Cristóbal un tanto melancólico – por favor siga no lo interrumpiré

- Su padre era un gran rey, fuerte e inteligente y amaba con locura a su pequeño ItzahPack, en toda su vida su ideal era construir un gran reino para su descendiente que seria grandioso y tocado por el sol, Mientras el niño corría al encuentro de su padre que volvía de un largo viaje

El niño lo abrazo
- iremos a verla esta noche – dijo el en una lengua extraña
- y me quedare con ella
- solo una noche vendré por ti al amanecer

Caminaron en medio de la selva escoltados por varios centinelas equipados con lanzas casi todo un día siguieron el rumbo del corriente río arriba hasta llegar cerca de las grades montañas su destino era una especie de pequeño templo sellado por una roca inmensa, escondido entre dos inmensos árboles llegaron casi cuando se ponía el sol, los soldados se retiraron dejando al hombre y al niño allí, minutos después una piedra se movió de ella salio una mujer inmensa comparados con ellos vestida con un manto blanco de una sola pieza era Mekare que los recibió a los dos con mucho cariño y el padre encomendó su hijo a sus cuidados y se retiro de allí

No pude escuchar la voz de mekare pero el niño se emociono al saber que ella le tenia un presente, le indico con la mirada que se diera vuelta allí estaba un jaguar

El niño corrió a el sin temor lo abrazo con mucha felicidad, el jaguar a su vez eran tan manso con un gatito ambos acariciaron a la bestia y esta les mostró un afecto como si fueran criaturas como el

- es igualito al que me diste – mostrando la  figurita de jade con la forma de un jaguar que colgaba de su cuello - es hermoso y puede acompañarme
- …pero, si se que no es prudente… pero… ella vendrá cuando la llame…como… con mi mente

- Los tres jugaron durante toda la noche…

Cuando los vi de nuevo en medio de una tormenta el padre llevaba en brazos a su hijo el cual había sido fulminado por un relámpago dejado su cuerpecito sin vida, el rey enloquecido de dolor llevo al niño frente a Mekare, ella lo tomo en sus brazos y comenzó a llorar desconsoladamente con lagrimas de sangre
- hazlo vivir – grito el rey
Mekare lo miro con tristeza
- …
– si puedes tu vives en medio de los dos mundos puedes darle vida a este cuerpo
- Mekare lo miro con pena y siguió negándose el iracundo le quito de sus brazos al niño y se fue furioso, Mekare espero a la distancia de la ciudad pero al ver que el padre no enterraba el cuerpo del niño supo lo que quería hacer al ver que traía a un hechicero trato de impedirlo pero fue repelida por soldados portando antorchas cuando los eludió se enfrento a enormes fogatas que rodeaban el templo, pero aun así se arriesgó y sufriendo grandes quemadas atravesó el muro de piedra lucho inmóvilmente con el hechicero y le venció al llegar al cuerpecito su rostro se desencajo de horror… e hizo algo que nunca vampiro debe hacer…

- bebió del cuerpo del niño – dijo silenciosamente Cristóbal
- Si

Ella al parecer moribunda escribió con su filoso dedo en el cuerpo del niño mientras un viento se hacia presente en todo el lugar
El rey había traído mas guardias que subían hasta el templo, pero ella al parecer no pudo terminar de hacer lo que se proponía y estaba demasiado débil como para enfrentar a los soldados del rey cuando le interrumpieron con saetas de fuego que comenzaron a quemar sus ropas pero no por mucho ya que ella se corto los brazos y el fuego que amenazaba con quemarle se volvió furiosamente contra los que la atacaban muriendo abrazados por el. El rey furioso se lanzo sobre el muro de fuego con daga en mano y envuelto en llamas acuchillo a Mekare sorprendida por tal arranque de locura fue interrumpida y antes que fuera tarde tomo el primer objeto que tuvo a su alcance el dije y vertió allí su sangre pero el objeto callo a la distancia y se rompió en dos    

El rey aun vivo se abalanzo sobre ella pero fue detenido por una enorme jaguar mientras que un viento garrafal descontrolo las llamas dispersándose rápidamente por toda la ciudad.

Entre la locura un jaguar atravesaba la ciudad eludiendo las llamas llevando encima a Mekare, mientras incendio arrazo con toda la metrópoli destruyendo así la gran ciudad.

- eso fue lo que paso – dijo Cristóbal
- Eso fue lo que vi – contesto Marius

- Usted lo cuidara, yo lo se, pero creo que este lugar, le gusta mucho al niño, me pregunto si querrá ir con usted
- por su puesto, por eso le dio el dije – dijo Mekare, que regreso con un regalo para Cristóbal en especie frutas en variedad y con pescado muy grande

- Que bien ya tenia hambre – dijo Cristóbal abalanzándose sobre la comida, pero Mekare evito que tomara algo de ella
- Todavía no – expreso ella
- pero ¿Por qué?
- primero lo primero
- A no eso no, no quiero, hace mucho frío, además no es necesario, no me toca hasta dentro de…
- claro que si, no querrás que tu esposa se aleje de ti al ver lo sucio que estas, así que te darás un baño ya
- no quiero
- no es cuestión de que quieras, lo harás y ya

 De un segundo al otro Mekare lo tomo por la cintura y lo llevo a la rivera más cercana donde tenia preparada un grupo de hierbas, Marius divertido les siguió silenciosamente
- Marius, ayúdeme mire que esta muy fría – imploro Cristóbal
- no lo hagas por ti hazlo por tu mujer

Mekare sin contemplaciones le echo de un empujón la manantial de agua cristalina, fueron gritos los que pego pero ante al insistencia de Mekare al frotarlo con hojas tratando de quitarle el sucio acumulado en su piel

Marius observaba divertido la escena mientras en el fondo pensaba en el pequeño niño que llevaba en el bolsillo.

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