domingo, 28 de octubre de 2012

Cap. VII – Historias 1ra Parte


Voces en el Silencio

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Mael se sintió aliviado por la perspectiva de empezar a sobrevolar el bosque de grandes abetos, estaba ya muy cerca, al fin podría tranquilizar el corazón de Maharet y decirle que su hermana estaba bien a pesar de todo lo sucedido, aun no podía menguar la emoción que en su interior crecía, había presenciado y sentido cosas inexplicables, ahora podía estar seguro que siempre había algo mas aunque sus ojos no pudieran ver, estaban allí, esa idea tranquilizo su errante espíritu.

Aterrizo sobre una de las terrazas de la casa, cuando entro, el ambiente tranquilo y silencioso lo invadió como nunca había.    
El lugar estaba sumido en un silencio absoluto como si cada persona estuviera a punto de dormir antes del amanecer, excepto una, él conocía los hábitos de  Maharet, sabia que ella se encontraba tejiendo, y así fue, ella estaba en una sala gran  circular cubierta de laminas de madera preciosa desde los pisos hasta el techo y  como único mueble una rueca en la cual ella, calma y pausadamente hilaba mechones de su largo cabello rojo.

Cuando él entro, unos ojos azules enrojecidos y una sonrisa característica de ella le daban la bienvenida

Mael se sintió feliz al verla, se acerco, puso sus manos en sus mejillas y descanso su frente en la suya, Maharet por su parte le respondió con un beso en la frente, y entre sollozos exclamó:

- Te extraño hermana
- Yo también Maharet – respondió la voz de Mael,

._______________.

Marius sentía los parpados de sus ojos pesados y perezosos, el resplandor de una luz muy suave los tocaba, e inundaba su espíritu con placidez, los abrió y se encontró flotando en lo alto de una gran habitación casi tocando el techo solo bestia un pantalón color blanco; frente a él, un lienzo en el cual había sido creado un ángel con alas de luz que inundaba todo a su alrededor inclusive su cuerpo casi desnudo envolviéndose con ellas, criatura de cabellos rojos que yacían esparcidos como hondas interminables de roja pasión, su rostro fino y delicado no había sido terminado, el lienzo sostenido por bordes invisibles que lo templaban y en su mano derecha un pincel húmedo, esperando terminar el rostro… deseo terminarlo, pero donde estaba el ángel, el lienzo obedeció a sus deseos y se movió dejando que su vista viera el verdadera criatura que había podido captar sus manos inmortales ella estaba dormida en una enorme lecho y frente a ella la luz del sol besaba su delicada y blanca piel descubierta, el  pudo ver  que de ella se desprendía miles de lucecitas una conectada con otra que la inundaban como alas enormes se desprendían de su ser, que se iluminaron cada vez mas segándolo por unos instantes, cuando abrió de nuevo los ojos se encontraba tendido a la orilla del estanque.

Se frustro un poco al no poder terminar su sueño, o una visión, se quedo un rato allí viendo el techo de la caverna, embelezado por la sensación de cosquilleo en su interior dejándose embriagar por  las formas caprichosas que se formaban en el techo, estaba cansado ya que su ciclo de sueño estaba totalmente trastornado y  cuando al fin dormía, tenia que hacerlo sumergido en agua y esta no es muy acogedora a su fría persona, Cristóbal le había explicado que el elemento agua era un perfecto aislante e inhibidor de su nueva habilidad, solo allí podría dormir tranquilo, así que tenia su lugar de descanso en una caverna de belleza singular, formada por rocas sedimentarias carbonatadas, allí descansaban los cimientos de la pirámide escalonada, ahora que él era conciente de la existencia de la clarividencia en su interior, este poder le daba un sin numero de conocimientos solo que tenia que aprender a usarlo.

Por fin se decidió a levantarse, se puso sus ropas, cuando las encontró;  recorrió los pasillos de la gran estructura observando el gran avance que habían hecho los dos chamanes durante dos semanas había podido restaurar casi en su totalidad las insignias labradas en las paredes de roca que habían sido dañados, los dos chamanes querían dejar sellada la pirámide escalonada para restablecer la tranquilidad a sus ocupantes invisibles antes de partir,  al parecer con mucho éxito, porque cada vez que Marius buscaba algún objeto de su posesión, este aparecía en un lugar distinto y ni que decir de las sombras que no están allí, susurros imperceptibles, entre otras cosas.

Mientras caminaba el viento de los pasillos le hacia temblar de frío y el hecho que su piel aun estuviera húmeda no ayudaba. Como no los encontró dentro de la cueva o la pirámide, sintió su presencia afuera, y así fue, los encontró dormidos a los dos, uno al lado del otro, debajo de un árbol gigantesco descansando en medio de grandes raíces que hacían de lecho protector y calido.

Al observarlos sintió que ellos agitaban en él sentimientos de ternura y afecto que hace tanto tiempo escondía en su interior, Cristóbal cuya juventud, inocencia y sabiduría le habían impresionado tanto, y Mekare quien después de esa noche, había cambiado su trato hacia él, ella era una mujer prodigiosamente brillante, dulce, aunque cuando veía a sus ojos profundamente podía sentir una tristeza, auque Marius podía escuchar su calida voz en el interior de su mente.

No quiso decirles nada para no despertarles así que se sentó frente a ellos a observarles y vigilarles sus sueños, sintió que los ruidos de la noche se armonizaban cada vez mas, este lugar era más acogedor que antes, levanto la mirada y vio através del movimiento del denso de los árboles que el cielo estaba aclarando mientras la luna se levantaba desde poniente lentamente sobre las montañas tapizadas de la densa e intacta selva, volvió sus ojos hacia sus amores pero uno ya no estaba, Mekare había desapareció

Un suspiro salio de Marius mirando su chaqueta roja, a la cual ya le faltaban tres botones de oro, en un pestañeo, se movió a una velocidad extraordinaria entre los grandes árboles y concentro todos sus sentidos enfocándolos en cada sensación proveniente de su alrededor cuando al fin pudo sentir la “alteración”, su cuerpo no fue lo suficientemente rápido como para esquivar el ataque de Mekare que venia directo a él.

Ella era tan veloz como los pensamientos que emanaban de ella  y su instinto de cacería era tan brutal como su sinceridad, con una sonrisa juguetona y con un guiño, de un zarpazo arranco con delicadeza otro de los botones de Marius. Terminando instantáneamente el juego.

El inmortal derrotado regreso al gran árbol donde encontró a Mekare mostrando su pequeño trofeo a un soñoliento Cristóbal que aun se sobaba los ojos mostrando con un condescendiente interés, como el de un padre con su pequeño hijo por su logro, ella se lo dio al jovencito y este lo guardo en su morral que colgaba de sus hombros.

La pelirroja se acercaba a Marius colocando sus calidas manos sobre sus mejillas, mientras que él tuvo el deseo de besarla...
- podrías al menos intentar moverte un poquito mas rápido la próxima vez, solo duraste un par de segundos mas… - le dijo ella a su mente su tono dulce y  juguetón.

- no puedo igualar su velocidad – se excuso Marius gentilmente, conteniendo su impulso, pero colocando sus manos sobre las manos delicadas de ella
- ¡Mentiroso!, - le replico ella
- No miento – replico el rubio inmortal, ante tan seria aseveración sintiendo la piel de Mekare quemarle un poco
- yo concuerdo con Mekare – dijo Cristóbal mas avispado sacudiéndose el cabello y la ropa dejando tras de si una pequeña nube de polvo, mientras que ella se intereso por algo que vio en lo alto del árbol y separándose de la plática fue en busca de un insecto casi invisible.

– lo digo, porque usted ya lo ha hecho – continuo Cristóbal iluminado por la luna llena que se filtraba por los espacios de las hojas del gran baobas - igualar su velocidad aunque sea por unos instantes, acaso no se acuerda, cuando se interpuso entre Mekare y Mael.

- eso fue…
- lo hizo y ya, no le busque tanta explicación, aunque Mekare tiene razón de frustrase con usted
- Frustrarse por mí – dijo mirando a Mekare que se perdía entre las ramas del árbol siguiendo demasiado de cerca a un grupo de pequeños bichos que residían en el.
- Si, el hecho que piense demasiado las cosas para hacerlas, tal vez ese rasgo dominante de su personalidad le haya traído mucho problemas, ella quiere que sea mas espontáneo y que se aventure en los limites de sus habilidades sobrenaturales, y no en caso de vida o muerte como tiene la costumbre de  descubrirlos y usarlos, o me  equivoco – dijo el chico sonando mas mayor de que en realidad era – creo que por eso le puso ese reto de los botones poniéndole de premio contestar una de sus tantas preguntas que tiene, a pesar de que ella le desagradan, claro que también esta la otra opción,
- ¿Cual? – pregunto interesado Marius

- a ella le llaman la atención las cosas brillantes así que es posible que quiera quedarse con sus botones o tal vez solo fue por puro aburrimiento. – termino levantándose los hombros mientras que miraba a Mekare que había dejado subir los bichitos por el brazo y se los mostraba, el los miro y con un gesto de rendimiento se comió uno de ellos ante la incomodad de ella que se apresuro a regresarlos al árbol antes que terminaran en el estomago del chico.

- pero cambiando de tema, hay algo de lo que queríamos hablarle Marius, antes de partir de aquí, ahora que Mekare puede controlar telepatía vamos a probarla en mi pueblo…
- allí  conoceremos a tu mujer – dijo Mekare con un aire de picardía en su rostro aun en el árbol –  ¡Marius! podrías darle consejos a Cristóbal sobre como complacer a su esposa, a si quedaría preñada
- por su puesto, con gusto – contesto Marius siguiéndole el juego para atormentar al chico - te ayudare con eso Cristóbal, si me lo hubieras pedido antes tendríamos mas tiempo – dijo Marius Seriamente
- Noooo, eso… eso… no tiene nada que ver – dijo Cristóbal todo colorado – de lo que tenemos que platicar es de otra cosa.

Mekare entre risas silenciosas se acerco a Marius y metió su mano dentro de la chaqueta sacando el pequeño colgante en forma de marfil
- Del pequeño Itza – dijo ella
- el niño fantasma – dijo Marius – que pasa con el
- pues, tenemos que preguntarle a usted si es que lo va a llevar consigo… – continuo Cristóbal
- ¿Como?
- Itza -  dijo Mekare observando la joya que estaba en la palma de su mano derecha – el te dio esto a ti y solo a ti para que lo cuidaras
- es cierto, pero yo no puedo verlo y no tengo poderes mágicos con que alimentarlo
- Itza no es un espíritu acompañante -  dijo Cristóbal – su alma es pura, tanto que no necesita alimentarse de alguien para existir, pero, su alma se encuentra atada a este objeto – dijo viendo el dije - ya que usted es el nuevo dueño, por lo tanto es el responsable del niño, es decir no puede permitir que alguien lo tenga o se rompa…
- quiero saber si te comprometes a cuidar de él – sintieron la voz de Mekare muy fuerte mientras sostenía el dije cerca de su pecho y le miraba llanamente

Marius le mantuvo la mirada y sin dudarlo asevero
- Si
- no te creo – dijo ella con un aire sarcástico
- ¿Por qué no me cree?
- no has podido cuidar de nadie…
- Mekare – le replico Cristóbal – no sea grosera
 -… de nadie que hayas querido, cual seria la diferencia de este a quien ni siquiera conociste
- Tienes razón
- Esa es tu defensa – instigo Mekare
- Mekare, se esta pasando – dijo Cristóbal tratando de detener la tensión en el ambiente
- No, solo corroboro tus observaciones, aunque te equivocas en una – contesto él con una sonrisa de triunfo

Ella se acerco a él despacio tratando de encontrar en su mirada el significado de lo que acababa de decir. Tomo la mano de Marius y sin apartar la mirada con la garra de su dedo índice hizo una corte y allí puso el dije.

- Supongo que sabes que tienes que encontrar la otra mitad para liberarle de su prisión – dijo más tranquilamente Mekare
- me lo imaginaba -
- ¿Qué me perdí? -  dijo Cristóbal
- acostúmbrate a retener la información dentro de tu mente conciente sin necesidad de un percutor, porque no practicas, y le cuentas a Cristóbal antes de que se desespere por no saber que esta pasando
- y usted donde ira – pregunto Marius
- Cerca – dijo ella mientras se perdía en la oscuridad de la foresta

Después de un minuto de silencio por parte de Marius, fue Cristóbal quien lo saco de sus pensamientos
-  me va a contar o no, Marius

._______________.



- Pude ver cuando él nació – narró Marius, mientras Cristóbal se acomodaba entre las raíces del árbol después de haber hecho una fogata – Itza nacio en un palacio de piedra, en una noche tormentosa y antes de tiempo, cuando la pequeña criatura  salio de su madre su pequeño cuerpo era tan pequeño que podía caber en la palma de la mano, sin embargo estaba rebosante de vida, fue apartado de su madre y entregado a su padre  quien lo recibió en su pecho feliz por su existencia y se lo llevo. Su  madre agotada por el esfuerzo ella murió a pesar de los esfuerzos de Mekare quien trato de salvarla.
Paso el tiempo y pude ver a un chiquillo tal vez de 6 años corriendo entre la gente que vivía en la metrópoli de piedra. Su apariencia podría haber pasado desapercibido físicamente de los otros exceptuando por una característica peculiar
- Uno de sus ojos era casi blanco  - dijo el jovencito
- si – contesto Marius mientras el fuego crepitaba
- Pobrecillo
- porque lo dices
- porque cuando eres diferente, los demás de temen y estas muy solo – comento Cristóbal un tanto melancólico – por favor siga no lo interrumpiré

- Su padre era un gran rey, fuerte e inteligente y amaba con locura a su pequeño ItzahPack, en toda su vida su ideal era construir un gran reino para su descendiente que seria grandioso y tocado por el sol, Mientras el niño corría al encuentro de su padre que volvía de un largo viaje

El niño lo abrazo
- iremos a verla esta noche – dijo el en una lengua extraña
- y me quedare con ella
- solo una noche vendré por ti al amanecer

Caminaron en medio de la selva escoltados por varios centinelas equipados con lanzas casi todo un día siguieron el rumbo del corriente río arriba hasta llegar cerca de las grades montañas su destino era una especie de pequeño templo sellado por una roca inmensa, escondido entre dos inmensos árboles llegaron casi cuando se ponía el sol, los soldados se retiraron dejando al hombre y al niño allí, minutos después una piedra se movió de ella salio una mujer inmensa comparados con ellos vestida con un manto blanco de una sola pieza era Mekare que los recibió a los dos con mucho cariño y el padre encomendó su hijo a sus cuidados y se retiro de allí

No pude escuchar la voz de mekare pero el niño se emociono al saber que ella le tenia un presente, le indico con la mirada que se diera vuelta allí estaba un jaguar

El niño corrió a el sin temor lo abrazo con mucha felicidad, el jaguar a su vez eran tan manso con un gatito ambos acariciaron a la bestia y esta les mostró un afecto como si fueran criaturas como el

- es igualito al que me diste – mostrando la  figurita de jade con la forma de un jaguar que colgaba de su cuello - es hermoso y puede acompañarme
- …pero, si se que no es prudente… pero… ella vendrá cuando la llame…como… con mi mente

- Los tres jugaron durante toda la noche…

Cuando los vi de nuevo en medio de una tormenta el padre llevaba en brazos a su hijo el cual había sido fulminado por un relámpago dejado su cuerpecito sin vida, el rey enloquecido de dolor llevo al niño frente a Mekare, ella lo tomo en sus brazos y comenzó a llorar desconsoladamente con lagrimas de sangre
- hazlo vivir – grito el rey
Mekare lo miro con tristeza
- …
– si puedes tu vives en medio de los dos mundos puedes darle vida a este cuerpo
- Mekare lo miro con pena y siguió negándose el iracundo le quito de sus brazos al niño y se fue furioso, Mekare espero a la distancia de la ciudad pero al ver que el padre no enterraba el cuerpo del niño supo lo que quería hacer al ver que traía a un hechicero trato de impedirlo pero fue repelida por soldados portando antorchas cuando los eludió se enfrento a enormes fogatas que rodeaban el templo, pero aun así se arriesgó y sufriendo grandes quemadas atravesó el muro de piedra lucho inmóvilmente con el hechicero y le venció al llegar al cuerpecito su rostro se desencajo de horror… e hizo algo que nunca vampiro debe hacer…

- bebió del cuerpo del niño – dijo silenciosamente Cristóbal
- Si

Ella al parecer moribunda escribió con su filoso dedo en el cuerpo del niño mientras un viento se hacia presente en todo el lugar
El rey había traído mas guardias que subían hasta el templo, pero ella al parecer no pudo terminar de hacer lo que se proponía y estaba demasiado débil como para enfrentar a los soldados del rey cuando le interrumpieron con saetas de fuego que comenzaron a quemar sus ropas pero no por mucho ya que ella se corto los brazos y el fuego que amenazaba con quemarle se volvió furiosamente contra los que la atacaban muriendo abrazados por el. El rey furioso se lanzo sobre el muro de fuego con daga en mano y envuelto en llamas acuchillo a Mekare sorprendida por tal arranque de locura fue interrumpida y antes que fuera tarde tomo el primer objeto que tuvo a su alcance el dije y vertió allí su sangre pero el objeto callo a la distancia y se rompió en dos    

El rey aun vivo se abalanzo sobre ella pero fue detenido por una enorme jaguar mientras que un viento garrafal descontrolo las llamas dispersándose rápidamente por toda la ciudad.

Entre la locura un jaguar atravesaba la ciudad eludiendo las llamas llevando encima a Mekare, mientras incendio arrazo con toda la metrópoli destruyendo así la gran ciudad.

- eso fue lo que paso – dijo Cristóbal
- Eso fue lo que vi – contesto Marius

- Usted lo cuidara, yo lo se, pero creo que este lugar, le gusta mucho al niño, me pregunto si querrá ir con usted
- por su puesto, por eso le dio el dije – dijo Mekare, que regreso con un regalo para Cristóbal en especie frutas en variedad y con pescado muy grande

- Que bien ya tenia hambre – dijo Cristóbal abalanzándose sobre la comida, pero Mekare evito que tomara algo de ella
- Todavía no – expreso ella
- pero ¿Por qué?
- primero lo primero
- A no eso no, no quiero, hace mucho frío, además no es necesario, no me toca hasta dentro de…
- claro que si, no querrás que tu esposa se aleje de ti al ver lo sucio que estas, así que te darás un baño ya
- no quiero
- no es cuestión de que quieras, lo harás y ya

 De un segundo al otro Mekare lo tomo por la cintura y lo llevo a la rivera más cercana donde tenia preparada un grupo de hierbas, Marius divertido les siguió silenciosamente
- Marius, ayúdeme mire que esta muy fría – imploro Cristóbal
- no lo hagas por ti hazlo por tu mujer

Mekare sin contemplaciones le echo de un empujón la manantial de agua cristalina, fueron gritos los que pego pero ante al insistencia de Mekare al frotarlo con hojas tratando de quitarle el sucio acumulado en su piel

Marius observaba divertido la escena mientras en el fondo pensaba en el pequeño niño que llevaba en el bolsillo.

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viernes, 5 de octubre de 2012

Cap. VI – Corazón abierto 2da. Parte

Voces en el Silencio


Mekare se despertó sobre un lecho tan blando y suave que parecía estar en una nube, cubierta por mantos color rojo escarlata tan suaves que causaba que su piel desnuda se avergonzara un poco, la luz del sol del sol de la tarde entraba por una enorme puerta frente a ella que eran tan grande que llegaba hasta el techo y este tenia miles de talles pequeñísimos de cristal y metal,  una suave brisa salada entraba a la habitación que hacían ondear unas cortinas que  colgaban desde el techo; delgadísimos boradas con hilos formas muy complejas y hermosos, se levanto y enrollo los mantos alrededor de su cuerpo ya que por alguna razón sus ropas no estaban, salio por la puerta de cristal a un enorme balcón que le mostraba una metrópoli de estructuras: una después de otra compitiendo entre ellas en extravagancia  hasta donde sus ojos alcanzaba a ver rebosantes de vida humana, hombres y mujeres vestidos un poco raro para su gusto aunque se veían muy exóticos con colores en sus rostros y ropajes que resaltaban sus atributos viajaban en pequeñas barcas conducidas por hombres por un timón que se deslizaban sobre canales de agua que hacían de calles. 
Regreso su mirada y el edificio de donde había salido era enorme con un sin numero de ventanales hecho por una material conocido por ella, mármol muy difícil de conseguir y pulir, todo estaba revestido por el mas fino y elaborado, se fascinó al tocarlo, adentro escucho bullicios de muchas personas, puso su atención en que no tenia idea de donde estaba este lugar, regreso a la habitación y por una fracción de segundo pudo notar cuando entraba que alguien flotaba ha su derecha cuando miro bien ya no había nada, tenia una leve idea de lo que pasaba pero no tenia fundamento alguno, asi que se dispuso a buscarlo, porque él debería estar cerca, salio de la habitación y se encontró pasillos y pasillos con enormes puertas y personas que iban y venían  agitadas hablaban un idioma extraño para ella pero trato de analizarlo, pero se resigno a su comprensión el poder de las lenguas debería estar perdido en alguien mas.

Ella seguía admirando cada cosa mientras avanzaba en la inmensa "palacio" una habitación llamo su atención una en la cual estaba cerrada. Pero al no tener un cuerpo que le impidiera entrar, paso libremente a través de la puerta era uno de los salones mas suntuosos y desordenados que hubiera visto, pintura regada fuera de sus frascos, en el piso pinceles tirados por allí y por allá, lienzos de telas muy finas rotos, marco de madera ya no utilizadas y en las paredes colocados uno sobre otro una cantidad de cuadros enorme, cada uno ilustraba escenas sorprendentes pero extrañas para ella, tanta realidad solo podía ser captada por los ojos de un inmortal con un corazón sensible, en una esquina había un cuadro muy grande en el cual estaban plasmados Marius como un Maestro y su alrededor muchos jóvenes que prestos a devorar cada conocimiento que saliera de el,  esto le termino de confirmar que debería ser su casa, no solo su casa, su hogar. 

Al lado en la otra habitación un barullo de jóvenes voces todos varones de distintas edades llamo su atención, ella atravesó la pared las siguió y entro a un enorme salón mas grande que el anterior, allí había muchas mesas las cuales contenía frascos de formas hermosas hechos de arena sometida a grandes temperaturas y dentro contenía agua de colores, cada chico preparaba  componentes para crear los mas interesantes colores, Mekare uso el único poder que poseía para ver en sus mentes a pesar de no poder comprender sus palabras podía comprender su lenguaje del corazón como lo llamaba Cristóbal, paso por en medio de ellos y se dejo llenar por sus pensamientos de tranquilidad y felicidad, Mekare se acero a uno de ellos que hacia una preparación olió un frasco de color rojo intenso que tenia en sus manos pudo encontrar sustancias conocidas como yema de huevo, otras basadas en hiervas y aceites de frutas ácidas. De pronto un anciano muy bien vestido entro por la puerta llevando a uno de los pequeños consigo les dijo algo y todos se apresuraron a sus quehaceres esperaban alguien importante.

Siguió al anciano fuera de la habitación, este les daba indicaciones a cada uno de las personas, dejando la casa deslumbrante al parecer iba a haber un evento, recorrió casi toda la casa con él, sorprendiéndose de cada cosa que en ella había, bajo las escaleras apresurado, alguien tocaba a la puerta, al abrirla una joven mujer entro por ella era radiante en belleza pero su interior era misterioso, había una coraza en su mente aunque fue fácil ver que ella solo tenia una idea consigo, complacer el señor de la casa y su aprendiz, la palabra mago pudo comprenderla muy fácilmente era una palabra tan etérea, la joven traía consigo una gran cantidad de personas que llevaban toda clase de cosas sobre todo flores, pero ahora fue ella quien llamo su atención y le siguió esperando poder encontrarlo a él en aquella inmensa casa.

Ella fue por uno de los pasillos del primer piso y en una gran cámara tan grande como la suya dentro de la pirámide pero soberbia en cuanto a luz y formas ordeno dejar una gran cantidad de flores de formas exquisitas en el centro mando a colocar un cuadro enorme en el cual estaba plasmado un jovencito de cabellos cobrizos rizados con alas negras rodeados de mas criaturas semejantes a él pero nunca con su belleza con sus manos unidas exclamando al parecer una plegaria, era muy hermoso aunque había algo en el que la hacia sentir melancolía, ambas observando el cuadro largamente Mekare deseo tener al chico verdadero frente a ella, la joven mujer fue interrumpida de sus pensamientos apasionados, por un joven de ojos brillantes color negros y cabellos liso de igual color ataviado pulcramente como todos, Mekare lo había visto en el cuadro este parecía ser el mayor de todos los aprendices de Marius, los dos jóvenes entablaron una larga charla la cual no intereso mucho a Mekare, así que siguió  la gente que iba y venia y ninguno notaba su presencia, mientras el crepúsculo atravesaba el cielo, por un instante creyó que tal vez la maldición puesta sobre ella y absorbida por Marius habría fallado, pero lamentablemente sus dudas quedaron disipadas cuando el sol se puso, y su mente pudo escuchar que a lo lejos una creciente bullicio de voces llenas de una irracional deseo de destrucción se aproximaban.   
         
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Marius trato inútilmente de despertar su cuerpo dormido y el de Amadeo, sabia que tenia que hacer algo, no era un sueño, no podía asegurarlo lógicamente pero entonces que otras cosa podía ser era estaba, tan confundido, nunca había tenido sueños de esta clase antes, todo eran tan real los olores, el tacto al tocas las cosas a pesar que segundos después las atravesaba, era como estuviese allí ese funesto día,  pudo salir de la cripta técnicamente atravesando las paredes y que no podía tomar nada a pesar de que podía sentir la brisa y el calor del sol  cuanto toco su rostro pero sin quemarle, que era aquello, pero si su cuerpo descansaba tranquilamente abajo en la cripta de oro que con tanto espero mando a hacer para su descanso y para Amadeo, o a caso seguía allá lejos en otros continente y en otro tiempo, se negó a pensar en esa posibilidad.

Se puso a escuchar las voces en la ciudad y ellos, ellos estaban allí, reclamando su destrucción, criaturas repulsivas y decadentes, iban a destruir su mundo otra vez, casi voló hasta su casa encontrándolos a todos, estaban tranquilos sin saber lo que se avecinaba, si este era un sueño tenia que despertar, pero como, no podía por mas que lo intentaba cerraba sus ojos, no quería estar allí,  su casa estaba tal y como la recordaba llena de vida y gente que hacia sus quehaceres sin apremio, escucho a sus protegidos reír dentro de su taller, todos estaban allí hasta Vicenzo dejando entrar a una cantidad de flores que llevaban al salón de bailes, escucho la risa de su querida Bianca que bromeaba con Ricardo su muy querido aprendiz.

Trato de advertidles gritándoles que se fueran a todos y cada uno pero nadie le escuchaba el sol se había puesto ya y no sabia que hacer, llamaron a la puerta con fuerza, sabia que eran ellos, entraron derrumbando las puertas portando en sus manos fuego, muerte y destrucción a todo por cuanto había luchado en conseguir y amar; comenzaron la masacre de aquellos inocentes, si querían herir porque no le buscaron en su cripta, pero estos que no tenia nada que ver, vio como los pequeños fueron los primeros en caer bajo esas criaturas perversas, Vincenso el hombre viejo quedo tirado en el pasillo en un charco de sangre, corrió por las escaleras tratando de encender con su mente a los agresores de su casa, pero no pasaba nada, los atacó con sus manos pero su cuerpo inmaterial los atravesaba, los injurio desde lo mas profundo de su corazón, pero todo era en vano nadie podía mirarle, y el fuego avanzaba rápidamente por el palacio, la masacre seguía frente a sus ojos sin poder detenerla, y el fuego se extendía por la casa, grito de impotencia y de sus ojos comenzaron a salir lagrimas 

- Lo siento Marius – dijo una suave voz consoladora
El levando la mirada y vio a Maharet frente a él, se confundió un poco al no ser la voz de ella  era de otra persona, aunque en cierta forma le recordaba, era caso
- ¿Mekare?

Ella asintió de inmediato su aspecto cambio a la Mekare de cabello enmarañado y ropajes harapientos, pero todo en ella era diferente ahora que el fuego reflejaba su apariencia
- Has que paren, ayúdalos por favor, porque yo no puedo – pidió Marius casi al borde de la desesperación aquella dulce visión de cabello rojo y ojos verdes.
- Marius – le dijo con voz dulce - nadie puede cambiar el pasado
- ¿El pasado? Eso es imposible, no puede ser cierto, esta es una pesadilla
- debería de serlo, pero no lo es, es así que la maldición funciona, nos hace vivir el momento mas doloroso de nuestras vidas una y otra vez hasta que se pierde el sentido de la cordura, pero tu has ido mas allá, después de que… debería preguntarte que de donde sacaste la brillante idea, - se acerco a el y le miro a los ojos con una mirada imperturbable -  nos has traído a tu amado hogar para verlo destruido nuevamente, pero solo tu puedes devolver nuestras almas al lugar y tiempo que le corresponden
- no entiendo

Un suspiro salio de ella mientras los gritos iban en aumento y las capuchas negras entraban como un mar negro, atravesándoles a los dos como al aire 
- en tu interior tienes, uno de mis poderes, para ser exactos el de la clarividencia, lo discerní después de calmarme del susto que me distes cuando me reprendiste para salvar a tu amigo Mael con las mismas palabras de mi maestro y por el cambio en tu forma de ser desde que Cristóbal te despertó, pero ahora lo estoy confirmando con lo que veo.
- Clarividencia de que estas hablando
- la habilidad de un chaman de poder viajar a través del tiempo y espacio.
- eso no es posible

Mekare río ante esta afirmación tan concluyente y seria de Marius que buscaba la forma de poder calmar su dolor
- tienes razón no es posible, pero aquí estamos, y se que por muy
- no puede ser, este es un sueño, un sueño del cual no puedo despertar

El Marius corpóreo entro por la puerta acompañado del jovencito de rizos de cobre y comenzó a luchar contra sus agresor que se abalanzaron sobre el y su aprendiz, este Marius los encendía en llamas desde sus entrañas haciéndolos casi explotar, pero eran demasiados y el joven inmortal inconciente de sus habilidades los golpeaba mientras Marius ocupado defendiendo a la joven con perlas en su cabellera salía con ellas en brazos por una ventana

Marius y Makere eran testigos silenciosos de lo que pasaba

La cantidad de criaturas era enorme tantos que cuando “Marius” volvió a entrar para salvar a alguien mas era rodeado por muchos de ellos los cuales con antorchas en manos le gritaban con ira  odio demencial se esforzaban  encenderle pero el les quemaba y destruía pero por cada uno de era hecho cenizas 3 mas aparecían y se cernían sobre el mientras el Gritaba a todo pulmón el nombre de Amadeo
Mientras éste, presa del pánico al ver a Marius ardiendo en fuego fue apresando por las criaturas y llevado por estas lejos de la casa junto con otros pobres chiquillos que lograban sobrevivir al fuego.
      
- Marius, a caso ya no has sufrido lo suficiente, solo sin dirección ni sentido que guíe tus pasos desde este funesto día – le pregunto ella lo mas dulce que pudo 

El seguía sollozando de frustración escuchando los gritos de todos los niños y jóvenes que gritaban por su ayuda
- debí de morir en este lugar junto con ellos – espeto Marius
- pero no lo hiciste – le contradijo Mekare – tu querías vivir buscaste el viento y el agua para apagar fuego que estaba consumiendo tu vida, elegiste vivir por la eternidad cuando “ella” te ofreció su sangre, escogiste vivir cuando gritaste ante tu diosa agonizante que comiera de ella para que no desapareciera la vid de tú existencia, no trates de fingir ahora, se que es difícil pero te pido que hagas lo mismo y cura tu mente, déjalos ir Marius
- Ellos significaron para mi vida mucho más que un objeto y fue por mi egoísmo que todos ellos perecieran, nunca debí pretender algo que ya nunca podría volver ser 
- humano, no tiene nada de malo,  y ellos eran mortales hubieran muerto aun cuando no los hubieras conocido – Marius levanto la mirada y pudo ver el rostro de Mekare iluminado por el infierno de fuego que destruía el palacio, dejando ver una mirada sin emoción ni sentimiento a pesar de los gritos de angustia de sus amados pupilos, esto hizo que Marius se enfureciera
 - QUE ERES TÚ SINO UN SER CRUEL Y FRÍO QUE NO TE CONDUELAS DE SU SUFRIMIENTO – le espeto Marius
- Si, lo soy, pero ese no es el tema es cuestión, hasta que tú no comprendas y te liberes de este dolor no podremos regresar y nos quedaremos en este lugar hasta que satisfagas ese sentimiento enfermizo de auto castigo, mientras Cristóbal debe estar lidiando con tu amigo Mael, a si que te pido que vivas tu duelo si es así como te agrada vivir, pero sería sano superarlo y dejar a un lado el temor de perder a los seres que amas, ya que siempre corres ese riesgo sean inmortales o no
- TÚ NO PUEDES CONOCERME, NADIE PUEDE HACERLO
- si es cierto, una eternidad no alcanza para conocer el alma de una criatura, pero tu no eres un ser sublime con un único problema, pues el mundo no gira a tu alrededor por muy inmortal y poderoso que seas, tu solo eres un gota de agua en océano, y por lo que se de ti déjame ver a través de tu “sufrimiento egoísta”. Te exiliaste solo, con tu dos dioses, y digo solo, porque a pesar de que te uniste a tu doncella de cabellos dorados y fan de las perlas en realidad nunca te entregaste e ella como con los demás a ser feliz, creyendo así  que pagarías de esa forma por sus vidas que no pudiste salvas de la hoguera, tal vez por eso desde entonces no has tenido el valor de vivir libre como lo hiciste aquí, pero no creo que fuera en verdad por ellos o por tu Amadeo, creo en mi humilde opinión son un pretexto para el temor que tienes de vivir la vida y prefieres seguir siendo un testigo mas de esta vida que continua a pesar de que tu pequeño experimento fracasara, como fracaso tu amada Roma

- CALLATE – grito Marius lleno de rabia, olvidando con quien hablaba, se arrojo sobre ella ambos cayeron a través un suelo blando como una nube y la gran casa de fuego había quedado atrás, las sombras cayeron sobre ellos
- deberías saber  que es difícil hacerme callar – dijo ella con una amplia sonrisa – ya  que es una mala costumbre con la que nací ni siquiera cuando me arrancaron la lengua pudieron callarme y crees tu que podras Marius   
  
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- QUE ESTA PASANDO – grito Mael furioso
Tratando se romper las ataduras que inmovilizaban su cuerpo, pero que no podía ver
- No se que paso, pero hora ninguno de los dos esta aquí – contesto Cristóbal con una mirada muy seria en sus ojos negros, estaba sentado en una piedra que había sido parte del altar principal, mirando a Marius y Mekare congelados como dos estatuas reales de granito blanco en una abrazo
- QUE RAYOS ESTA HACIENDO MARIUS
- Absorbió el mal que estaba invadiendo el alma de Mekare de la única forma que solo pueden hacerlo los vampiros, ofreciendo su sangre como ofrenda, lo que ninguno de los tres sabia que había algo mas que una simple relación de amo y sirviente entre ellos dos, Marius tiene dentro de si una parte del alma de Mekare, por lo tanto uno de sus habilidades y al entregarse así... lo que hizo fue arrastrarle junto con él a quien sabe donde, pero aun me pregunto que clase de habilidad para hacerlos desaparecer de tal forma, creo que talvez…
- QUE s”•$$ ESTAS HABLANDO CHIQUILLO, si ellos estan alli mismo

un suspiro salio de Cristobal
- sus cuerpos obviamente estan alli, pero sus almas no, a decir verdad, solo es una hipótesis y usted fue el que pregunto que estaba pasando y yo cortésmente le respondí si no lo entiende no es mi problema       
- NO VES QUE MARIUS QUIERE APODERARSE DE ELLA

El jovencito comenzó a reír como si Mael hubiera contado el más grande chiste
- a caso usted no sabe con los años que tiene, que nadie es dueño de nadie, bueno sabia que no era muy listo, pero esto es el colmo
- MOCOSO ENDE”•$
- Si un chiquillo mocoso, pero por lo menos no estoy haciendo el ridículo tirado en una esquina haciéndome el perezoso y viviendo en plan de estorbo y mejor compórtese que no le voy a quitar las ataduras hasta que haya roto todos los hilos con los que quien sabe quien lo estaba manipulando
- A mi Nadie me manipula
- ¿si como no? ¿Y como explica que Marius tubo que darle una tunda pa dejarlo quieto? Porque ya hizo suficiente alborto, mejor cálmese que no tardare en terminar – dijo el chico acercándose a él y dejando una piedra en su frente - por mientras le diré lo que ha pasado pa que se tranquilice pues.   
 
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Marius estaba sobre ella, cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo y donde estaban se alejo avergonzado de ella, jamás le había faltado el respeto de esa forma a nadie
- yo no quise
- si quisiste y lo hiciste, pero no tiene nada de malo sacar un poco de ira de vez en cuando, en muy sano, pregúntamelo a mi, es mi emoción favorita – dijo divertida Mekare mientras se levantaba y observaba a su alrededor 
- ¿donde estamos?   
- Eso debería preguntártelo yo, eres tu quien tiene mi poder,
- No le gusta responder preguntas – dijo mordazmente Marius, caminando entre la oscuridad aun sintiendo enojo hacia ella en su interior.

- Es fascinante que se busque el significado verdadero de la pregunta mas que la respuesta misma por lo tanto no es una pregunta real, es decir, creo yo que no hay necesidad de respuestas si no hay verdaderas preguntas.

Marius se detuvo y dando la vuelta y la miro ella; parecía esta examinando la negrura a su alrededor sumamente tranquila y relajada inclusive algo divertida, se estaría burlando de él en castigo por su grosería  

- No me estoy burlando de ti, si lo estuviera hubiera dicho…
- ya entendí no tiene porque ser tan sincera – dijo Marius mientras ella le sonreía  
- bien, será mejor que salgamos de aquí
- ¿Cómo?
- Pensé que ya te lo había dicho… - un suspiro salio de ella nuevamente, esto incomodo a Marius de sobremanera
- Que acepte mi miseria
- Podríamos quedarnos aquí la eternidad filosofando sobre causa y efecto, dediciones y resultados o sobre porque la existencia no es perfecta o solo podríamos decir la verdad
- Que yo fui el responsable de sus muertes 
- Ya habíamos avanzado en ese punto, solo piensa en esto: ¿Pero que te hace creer que el mudo gira a tu alrededor?
- ¿QUE?
- Creo que mi pecado capital es peor el tuyo pero ciertamente el tuyo Marius es la vanidad, ahora entiendo porque proteges tanto a ese mentecato de Lestat, le amas por que es libre, libre de sentimientos, de valores, de limites,  a decir verdad también yo lo envidio, hacer las cosas sin resquemores por lo que podría pasar o quien podría afectar – comenzó a reír – sabes que fue lo que pensó cuando ella estaba en el piso sin cabeza “¿Qué pasaría si ella muere?, puedes creerlo,- dijo casi ahogándose entre la risa – hasta yo tenia miedo en ese momento.
- Eres tan cruel como lo pareceres – dijo Marius
- porque no compruebas esa hipótesis Marius
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Cuando Marius se atrevió a Besar a Mekare sus ojos se tornaron negros – se dijo a si mismo - como los de ella y se quedaron como dos estatuas durante mas de media hora, mientras que él aun atontado poco a poco logro tener el control de si mismo, al parecer el chiquillo de ojos oscuros fue quien le estaba ayudando, la experiencia fue de lo mas extraño en ningún momento pudo controlar cada puñetazo que había lanzado a Marius una fuerza inexplicable lo había manejado como un muñeco, él jovenzuelo le explico que había sido un hechicero de gran poder y que Marius había evitado que una maldición dañara la conciencia de Mekare al absorberla él mismo.
Cuando al fin termino de explicar todo eso, en defensa de lo que había hecho Marius al aprovecharse de la situación como es su costumbre, que según el mocoso no era así, bueno ya que el chico hablaba hasta por los codos, pude ver como Marius comenzó a llorar, no lo había visto hacer eso desde hacia mucho tiempo y los ojos se tornaron tan azules como siempre y los de Mekare también volvieron a ser verdes, cuando hubieron recobrado sus conciencias completamente Marius se quedo dormido en los brazos de Mekare aun sollozando como un crío.

Ella se lo llevo quien sabe a donde, dejándome con el chiquillo y es bastante claro, con una mirada, que no quería que le siguiera, mientras el chico me contaba todo, y cuando digo todo es todo, cielos, quería ponerle un bozal en la boca, lo bueno que no creo que me haya ocultado nada cuando al fin termino poco antes del alba, ella apareció, aunque eran iguales en aspecto, ella era tan diferente de Maharet se veía dura y distante; su mirada era inclusive despiadada aunque ya no con ese toque de locura como el de antes. Un escalofrío recorrió mi cuerpo de nuevo cuando ella se acerco y acaricio mi cabello mirándome fijamente con esos ojos verdes.
El crío me dijo que ella me pedía que fuera su mensajero, y así cumpliría con el cometido por el cual me había enviado Maharet
Por su puesto que había dicho que sí al momento sin dudar. Ella sonrió y se fue
El chico dijo que los tres me lo agradecían y que me fuera pronto antes de que amaneciera 
Claro que me altere cuando ya me estaba corriendo sin haberme dicho nada de ningún mensaje y el mocoso se atrevió a reírse, y me dijo que yo seria la voz de Mekare cuando la viera y que no me asustara, yo asustarme por algo así, me indigne y le dije que no iba ser la primera vez que haría algo así. Así que me prepare a irme porque sabia que ella no regresaría además ella era lo suficiente fuerte como para defenderse de cualquier cosa cuando me elevaba el diminuto muchacho dijo entre susurros que no me preocupara por él porque estaría bien.     
Porque iba yo a preocuparme por el,  porque a pesar de todo Marius no era solo un filosofo sino que había atravesado los siglos airoso de todas las situaciones y sabia que esta no iba ser la excepción.  

Las luces de la gran casa iluminaban el centro del oscuro bosque, estaba contento de llegar y entregar su mensaje a ellas, deberían de estar muy preocupadas después de tanto esperar el regreso.
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La selva que le rodeaba era asombrosamente hermosa, sobre todo para los sentidos de un vampiro, no recordaba que los crepúsculos fuera mas claros y hermosos o las noches tan luminosas, aspiró profundo pudo sentir el oxigeno entrando en sus pulmones junto con olores que en su vida había sentido, y siempre se sorprendía de que no se hubiera fijado en la cantidad de criaturas que estaban a su alrededor de toda forma color y tamaños haciéndose sentir con sus extraños o prodigiosos sonidos, al arrastrarse, gritar, chillar…. Era un jardín salvaje, casi lo había olvidado, el jardín, pero a pesar de todo, no era su jardin, Marius no estaba muy cómodo, seria tal vez por el aislamiento, él siempre se había asegurado de estar rodeado de miles de humanos ya que procuraba tener su casa en ciudades populosas y modernas, si, amaba ese bullicio el continuo movimiento de sus estresados habitantes y el calmante barullo de sus mentes, pero aquí era todo silencio y oscuridad que le aturdían, A veces extrañaba oír el sonido de su propia voz alzándose sobre todas las demás.

- y porque simplemente... te vas a tus amadas ciudades, si sufres tanto aquí – le pregunto una voz femenina muy cálida que supo reconocer

El no quiso abrir sus ojos sentía el agua en la que flotaba y sobre todo unos brazos de una mujer que le rodeaban eran calidos, al abrirlos se encontró con dos ojos verdes intensos que le miraba con sagacidad y esperando una respuesta de parte suya, por un momento no supo contestar al observar su asombrosa belleza y deleitarse con el calor que salía de cada parte de su piel
- tengo que hacerlo por…
- …por la promesa a mi hermana – contesto ella sin mover sus labios si quiera y los oídos de Marius no escucharon nada mas que el sonido del agua rozando  las piedras pero sus palabras alcanzaron su mente.
- si por eso también, no es correcto que veas mis pensamientos sin mi permiso
- no me disculpare porque es tu culpa, tu eres un libro abierto, además tu también has visto los momentos de nuestra vida mas importantes, asi que eres un fisgón
- No es lo mismo, no puedo controlar las visiones  solo pasan, mientras usted lo hace por que si

Una expresión divertida y maliciosa se formo en el rostro de Mekare,

- vaya, al fin se despertó – dijo Cristóbal que estaba medio dormido desde una orilla – casi casi, sea hace el cuento del bello durmiente – dijo bromeando el jovencito

Marius tenia mil preguntas que hacerles a los dos pero sabia que no habría respuesta por lo menos de parte de ella ya que las evadia con ingenio, hasta que se le ocurrió una brillante idea mientras se relajaba al flotar en el agua viendo hacia las estrellas una luna preciosa iluminaba el cielo

- Cristóbal, te gustaría escuchar algo que se acerca de la hermana gemela de Mekare: Maharet
- Claro que si Marius, sabe que Mekare casi no me ha mostrado nada de ella,

En el rostro de ella se dibujo una dulce sonrisa y asintió con la cabeza, Marius puso todas sus dotes de historiador, pero mas que todo se dispuso a contarle a sus dos Chamanes todo cuanto sabia de Maharet.

Fin 6to Cap. 

Continuara...