jueves, 6 de diciembre de 2012

Cap. VII Historias 2da. Parte


Voces en el Silencio


Después de cerrar la pirámide caminaron al poniente durante 3 noches siguiendo el curso del río llevando a Cristóbal ya que no podía seguir su ritmo, Marius insistió en llevarlos por los aires pero la idea no pareció agradarle a la pelirroja.
Cuando al fin llegaron a su destino, al anochecer, a un pequeño pueblo situado a las orillas del río XXX con tal vez 6 familias residiendo allí.

Cristóbal y Marius estaban un tanto preocupados por el comportamiento impredecible de Mekare, mientras ella no parecía importarle nada en absoluto pero sus dudas fueron descartadas, cuando pasaron por la primera casa hecha de ramas y hojas de la cual asomaron la cabeza unos niños y vieron a Cristóbal los cuales fueron en su encuentro felices y contentos de tenerle cerca de nuevo.

Al ver a los dos inmortales que seguían a Cristóbal  no reaccionaron de manera alarmada o sorprendida como era costumbres de los humanos al ver seres extraños, sino, curiosa los chiquillos les rodearon y les saludaron en sus respectivas lenguas XXX,

Cristóbal en medio de la algarabía de la gente presentó a los dos extranjeros con sus respectivos nombres y apellidos, como había acordado hacer en el camino,  y en cuanto a su ocupación dijo que ambos eran investigadores de plantas y animales, como tantos otros que habían pasado por allí.        

Ambos hicieron lo mismos agradeciendo su amabilidad y ellos no se percataron de sus diferencias incluso cuando los adultos vieron a recibirles y muy amablemente les ofrecieron alimento y cobijo para su estadía.

Todo el pueblo llego a recibirles, poniendo la hora de retirase a dormir para recibir a los extranjeros que habían venido con su joven Chaman. Entre ellos, una jovencita menuda de piel tostada por el sol, pero de mirada delicada con  unos ojos cafés oscuros, cabello negro, liso,  brillante recogido en una cola mostraban un rostro lindo y fresco, su nombre era Teresa pero la todos la llamaban Tere, ella era la esposa de Cristóbal, quien tímidamente le dio un abrazo de bienvenida a su esposo, regalo tenue sonrisa a los dos extranjeros.

Los aldeanos hicieron una enorme fogata y se sentaron a su alrededor dejando un lugar especial para los invitados y el líder de la aldea quien era un hombre grueso de mirada directa y fuerte pero cortes y muy vivaracho con muy bien se podía entablar cualquier tipo de conversación dejando ver su creatividad y curiosidad. Al preguntarles a los tres sobres sus experiencias y el explicar las actividades del pueblo.
Y con respecto a la comida ofrecida, Mekare y Marius simularon comerla y con la velocidad que les caracteriza la desaparecían sin que se percatara el pequeño truco.

En el transcurso de la velada en la cual Marius encontró fascinante la forma en que Mekare utilizaba la telepatía pues no solo expresaba sus pensamientos a las mentes de otros simulando hablar, si no que reinterpretaba las imágenes que entraban por sus ojos, mostrándolos a ambos vivos y humanos; pudo ver como todos ellos, que no veían seres etéreos blancos y fantasmales, sino a un hombre y a una mujer con un cuerpo como fue alguna vez. A esto se refería Cristóbal al decir que invirtiera tiempo y esfuerzo al poner al limite sus habilidades y no era que él no lo hubiera hecho con anterioridad algunas veces, cuando era necesario, e inclusive había borrado pensamientos, o disimular su existencia pero nunca mostrarse diferentes o alterar la realidad, y ella lo hacia con naturalidad, deberían haber mas de 50 personas en aquel lugar y cada una caía bajo los pensamientos de ella, quien no había dejado de sonreír y platicar como lo haría uno de ellos.

Después de un par de horas los habitantes se retiraron a sus casas sintiendo no poder dar “posada” a sus visitantes ya que Cristóbal los alojaría en la suya, la joven pareja, caminaron a la luz de la luna uno al lado del otro por un pequeño camino que se introducía por la selva no tardaron en llegar a un enorme árbol al que llamaba XXX, allí Cristóbal los presento formalmente.

- Teresa, ellos son el señor Marius y Mekare
- Mucho gusto – dijo la alegre muchacha extendiendo las manos a la pelirroja

Mekare las tomo entre las suyas  y por un instante pareció que podía ver a través de la muchacha que se sonrojo cuando ella la abrazo

El caballero rubio por su parte con un gesto galante beso la mano de la muchacha, mientras que Cristóbal tiño su rostro con un  rojo, mas que nunca ante el comentario silencioso de Mekare

- Que desconsiderados eres, Cristóbal deben tener mucho frío aquí afuera vamos a la casa – dijo ella al sentir el frío tacto de la piel de Marius
Avanzaron y llegaron a un claro en el cual se situaba una pequeña casita, cuando se aproximaban a ella, escucharon a la distancia ladridos caninos y de la espesura saltaron dos enormes perros que corrieron a su encuentro de su amo dando brincos de felicidad a su alrededor. 

- Tengan cuidado – dijo Teresa, ellos siempre aparecen de la nada y son muy bravos con las personas que no conocen.

Marius pudo notar algo diferente los animales a parte de su gran tamaño ya que al percibirlos a Marius y Mekare, no  latieron llenos de temor o recelo, como era la costumbre, pero estos sin embargo les miraron con rapidez, olfatearon a Marius y con clara felicidad se acercaron a Mekare saludándola de una extraña manera se echaron a sus pies como dos cachorros, ella correspondió acariciándoles la panza. La jovencita se quedo perpleja

- Nunca se acercan a la gente, y cuando lo hacen es para defendernos y solo son cariñosos con Cristóbal y yo.

Mekare no contesto ya que seguía repartiendo caricias a los dos perros y Cristóbal parecía estar pensando en algo mas profundo que la simpatía por los caninos.

Cuando llegaron a la pequeña casa, esta era igual que las demás hecha de juncos con las paredes blanqueas con cal, era muy pequeña de dos cuartos y dos puertas con corredor uno que servia de una cocina improvisada en la que no había ningún mueble excepto uno bloques de madera y un horno de barro que calentaba la casa, el otro cuarto que servia de habitación, el piso era de tierra cubierta de una hierba que despedía un exquisito olor.

La joven particularmente emocionada por la visita de extranjeros a su casa pronto busco en la parte superior del horno un compartimiento de maderos cruzados en los cuales podía verse pescados secos y carne roja salada de algún tipo de animales y una olla de la cual saco en platos hechos de la cáscara de algunas calabazas  Cristóbal al fin dijo palabra
- Teresa, no es necesario ellos no necesitan comer

Marius se sorprendió al ver que intensiones tenia Cristóbal 

- pero que dices Cristóbal, ellos deben de tener mucha hambre después de un viaje tan largo

- es muy amable de tu parte jovencita – Dijo Marius, mientras Mekare parecía estar muy interesada en conocer la casa y las posesiones de la joven pareja – pero nosotros no  podemos comer tu comida

- recuerdas que una vez te hable de ciertas criaturas
- cual de todas
- bueno, nos todas las criaturas son malas, algunas son buenas y ellos, bueno, Marius y Mekare, ellos
- Que quieres decir…

Antes que terminara de hablar, Mekare dejo libre de sus pensamientos los ojos oscuros de la muchacha que se aterro y se refugio en los brazos de su esposo al poder verlos realmente como eran.

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- Eso fue muy desconsiderado de su parte – le comento Marius a Mekare se chapoteaba en un pequeño y cristalino riachuelo
-Viste como lo abrazo, espero que haya aprovechado para consolarla como es debido – dijo emocionada - aunque si hubiera hecho lo que es debido creo, que ya lo hubiera notado... a veces creo que ese chico tiene atole por las venas
- a usted también le daba vergüenza 

Mekare puso atención a sus palabras, pero su sonrisa cambio a una más melancólica
- Con Drevon no era vergüenza, era orgullo… 
- lo lamento – dijo Marius, sabiendo que había tocado algo que la lastimaba  
- parece que has visitado el lejano pasado, es por eso luces cansado – dijo ella  - y no debes disculparte por algo que no puedes controlar, aun…
- quiere que le describa lo que he visto – agrego el
- no… algo mejor, muéstramelo
- ¿mostrárselo?
- Si, con tus mas de dos mil años, creo que eres capaz de hacerlo mejor que bien, tienes que hacerlo casi de las misma manera que cuando pude ver lo que atormentaba tu corazón, si estas dispuesto, claro – le dijo juguetonamente – puedo ser un proceso un poco invasivo al principio para ti pero creo que después podrías encontrarlo placentero…
- si – dijo Marius sin dudarlo por un segundo
- Estas seguro – dijo seriamente Mekare – puedes decir que no si tu quieres 
- si quiero

Mekare lo miro gravemente, como si algo le molestara, se acerco a el abrió su chaqueta descubriendo su pecho
- dame en tus pensamientos del preciso lugar y será mejor que lo hagas rápido sino quieres que te desangre – sin aviso y  cruelmente hinco sus colmillos en su cuello

El sintió como los calidos labios de Mekare tocaban su piel y sus dientes penetraban su carne hasta llegar a su arteria, la sangre fluyo abundantemente por la boca hasta llegar a su garganta, pero el inmortal no pudo sentir nada proveniente de ella, no había sentimientos, sensación alguna de placer o dolor, o visiones, absolutamente nada, es como si su sangre fluyera al vació, esto le provoco mucho temor.

Mekare apretó su mordida mientras que el puso en sus pensamientos la imagen que había venido a su cabeza, se concentro todo lo que pudo en ese lugar

Por un momento sintió, preso, como si no pudiera mover un solo músculo por mas que traba su cuerpo no respondía y en su pecho corazón inerte cerro sus ojos y se dejo caer en una oscura penumbra que creyó que era la muerte .

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Cayo en un piso muy blando. Aunque sus sentidos podían escuchar a la distancia dos voces discutir

- te dije que seria un gran guerrero cuando creciera –una voz juvenil aunque ya un tanto ronca
- …
- ¡lo soy! – asevero la voz
- …
- y muy pronto seré el líder de mi pueblo
- tu pueblo tendrá un gran líder – dijo una voz femenina
- y tu serás mi  mujer cuando ese día llegue

Un silencio invadió el ambiente mientras el viento movía la hierba, Marius ya con fuerzas se levanto y pudo observar a un joven rubio de ojos azules profundos sentado en el césped mientras una joven Mekare terminaba de curar una herida en su brazo, le miraba un tanto sorprendida por sus palabras, ambos en la plenitud de la juventud, la adolescencia, jóvenes y bellos ambos, ella vestía un traje blanco de una sola pieza amarrado con una cinta muy parecido al que usaba ahora, que se entallaba muy bien a su delicado y menudo cuerpecito que aun no había terminado de florecer, su cabello peinado en una larga trenza que se acomodaba por sus hombros mientras mechones de su rebelde cabello rojo caían por su frente.

El llevaba cabello muy largo amarrado en una cola, su dorso descubierto mostraba en su piel muchas heridas de batalla y su musculatura aun en desarrollo era testigo de su fuerza,  su única vestimenta era un pantalón y botas de piel y una gran espada que llevaba en su espalda.


- AUN SIGUES CON ESO… si que eres necio, que no entiendes, a mi no me llaman la atención los hombres que lo único que hacen es dañar a los otros – le grito indignada
- tal vez eso sea cierto, pero aun así, tu me quieres – dijo el 
- que pretencioso
- se que me quieres, te preocupas por mi
- me preocupo por cualquier persona que esta lastimada, que acaso no te has dado cuenta que soy una sanadora, es mi trabajo curar las personas, como lo hace mi madre y mi hermana
- pero no es ninguna de ellas quien esta aquí

En sus ojos verdes se vislumbraba una furia,  le dio una tremenda cachetada en la mejilla, pero a el  no pareció enojarle sino que sonrío, ella tiro los que andaba y se retiro pero el ágilmente a pesar de su obvio problema la sujeto de la muchacha y con su fuerza a atrajo hacia si y la beso con pasión    

Marius sintió como si alguien los observara
- puedes creer que casi todos los besos que nos dimos fueron robados – dijo la Mekare inmortal tocando sus labios
Mientras que la jovencita hacia uso de sus dotes chamanicas dejando vencido al guerrero
- NUNCA VUELVAS  HACER ESO
Le grito y salio corriendo de allí, dejando a un mareado pero feliz Drevon tendido sobre el pasto mirando al cielo estrellado
- no se como ni cuando, pero se que estaremos juntos Mekare – dijo el

- se amaban desde que eran niños – dijo Marius 
- si, y eso solo se fortaleció con el tiempo… - dijo ella - hay algo que quieras decirme
- …
- y que es,
- yo creo lo mismo que Cristóbal
- y que es eso
- usted lo sabe
- no, no lo se, dímelo tu   

Mientras hablaban el lugar fue desapareciendo poco a poco dejándolos en una oscuridad de la cual solo los dos resaltaban
- si hay algo que tengas que decir dilo Marius – dijo  ella un poco enojada
- no creo que sea sano un amor así

Ella contesto sonriéndole a sus palabras
- y tu me dices eso

Marius sintió una calidez cuando volvió abrir los ojos se encontraba en el regazo de Mekare, que le observaba con ojos dulces

- cuando estaba dentro de ese ataúd de piedra en medio del mar, la necesidad de la sangre era tal que comencé a morderme a mi misma los primeras semanas, grite, llore, hasta quedar exhausta y me lastimaba para recordarme que no era una pesadilla, hasta que ya no quedo sangre en mis venas, sabia que no moriría y que ese tormento seria eterno… hasta que pude oír su voz consolándome… creí que me estaba volviendo loca… y así era… mucho después pude verlo diciéndome las mismas cosas que necesitaba oír… que mi hermana estaba bien, que me estaba buscando con desesperación… que había encontrado a su hija… a veces perdía la noción del tiempo y mi lucidez iba y venia, pero el siempre estaba allí, diciéndome que esa mujer… era perseguida por sus hijos… que no desfalleciera que él estaba conmigo… por siempre. El no solo me entrego su vida Marius… me ofrendo su alma sin condición sin  importar que tan desquiciada estuviera, que tanto daño hiciera, que tanto bien… Drevon es parte de mi como yo soy parte de él y para bien o mal le amare con la misma intensidad que ese día.
- Pero no pueden estar juntos… eso los lastimara a los dos…
 
- Para cualquier persona puede parecer un amor enfermizo -  dijo ella con una sonrisa sarcástica – porque no puedo tocarle pero aunque nunca pueda sentir sus labios sobre los míos… le amare, aunque duela nunca podría dejarle ir… prefiero esto a que desaparezca completamente de mi…    Se  que entre todos ellos, tu eres el que podría comprendernos mejor, porque cuando tu amas lo entregas todo.

Marius escucho con mucha atención cada palabra dicha por ella, se refería a Drevon con tanta fuerza y pasión que por un momento sintió envidia del espíritu.

- puedo entender que el la amado durante todo este tiempo y usted le a correspondido, pero el amor no solo es eso
- dime entonces tu que es…

Por el camino venia bajando el joven Cristóbal que traía a su esposa ya mas calmada, la respuesta que Marius pudo darle no salio de su boca mas si su pensamiento que el sabia que pudo ser percibido por ella.
  
   
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Durante las siguientes dos semanas Mekare fue espléndida tanto que el inmortal y el jovencito vieron una nueva imagen de su hermosa pelirroja la cual se comportaba perfectamente controlada, no tuvo si quiera una sola de sus episodios y había ayudado a Cristóbal con todas las personas que había acudido de lejos para ver al joven chaman para que este curara sus dolencias, había cambiado sus ropas por unas sencillas que le habían dado las personas en agradecimiento por sus cuidados mientras que  Teresa algo temerosa de ellos al principio, con rapidez comenzó encantarse con la presencia de los dos inmortales aunque era algo tímida por naturaleza, se apenaba cuando Mekare les llevaba alimentos exóticos a ambos, según ella para que fueran buenos padres y muy fuertes, pero Marius tenia la extraña idea que podía ser algo mas que alimentos nutritivos.

A veces el rubio inmortal observaba las actividades nocturnas de las personas las cuales eran muy pocas, le gustaba entablar conversación con el líder del pueblo que sabia una y mil cosas interesantes a pesar de su sencillos pensamientos, así como  al observar el comportamiento de Mekare pudo comprender como ella prefería y disfrutaba la compañía de los humanos  que  la de sus semejantes, inclusive se sintió un poco de celoso al ver como ella en los primeros días compartía sus sonrisas y sus pensamientos con la gente del pueblo que uno a uno caía bajo los encantos de bella pelirroja, en ese preciso momento una joven pareja se despedía de ella con mucho cariño, después de que ella le diera unos sabios consejos a la joven que llevaba en su vientre a su primer hijo.

- porque te quedas a un lado – le dijo Mekare
– soy un estudioso, prefiero observar y no participar
- Que aburrido, sus vidas solo son un soplo del viento para nosotros pero ese perpetuo flujo es lo que los hace atractivos, que en tan cortas vidas sean muy interesantes… pudiste escucharlo
- no de su boca, el muchacho esta muy nervioso, por eso no dijo mucho 
- no, él no, al bebe,
- el neonato, usted puede escuchar la voz dentro de su madre…
- fuerte y claro, si tu utilizaras tus habilidades como es debido también podrías
- y que le ha dicho
- que es uno de los nuestros 

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La siguiente noche Marius regreso de su escondite diurno, y por primera vez sintió como si algo le observara, concentro sus sentido en encontrar a quien le observaba mas no había nada anormal en el lugar, con su cuerpo cansado, pensó que debía de ser la falta de descanso, fue donde  Mekare quien estaba con Cristóbal y Tere en su cabaña platicando alegremente, cuando el  entro al parecer no tenia muy buen porte por la mirada de Cristóbal.

Mekare al verlo tan desmejorado se lo llevo a una de las riveras del río dejando a los dos chicos solos no sin antes poner colorado a Cristóbal por lo que silenciosamente debió de haberle dicho, allí se sumergió en las aguas y le invito a él a seguirla

- no quiero interrumpir las actividades que tenias preparadas esta noche, no es necesario – dijo Marius
- Se nota mucho que algo de lo que viste te ha perturbado, así que ven
- puedo soportarlo
- y no lo dudo,
- Preferiría aprender por mi mismo a controlar esto

Mekare sonrío ante esta afirmación y se sumergió en el agua desapareciendo en ella
- Es que a caso le temes al frío o a mi – escucho Marius en su mente
El contesto el con una sonrisa

- yo se que la vergüenza no es una carga para ti, así que ven y cuéntame lo que viste – dijo ella – si te lo guardas, el peso será demasiado y enloquecerás como yo, la gran diferencia es que la mayor parte de mi vida lo he estado por lo que es mas simple para mi – emergió del agua – no  me gustaría que tu pasaras por eso por mi culpa

Marius avanzo y sin preocuparse de nada entro en el agua  y la abrazo con fuerza

- Era de noche, hacia tanto frío que el pequeñito no dejaba de temblar de los pies a la cabeza, su escasa y pobre ropa era un pantaloncillo caqui muy usado y una camiseta tan vieja que se podía ver su piel a través de ella, era lo único que lo cubría del torrencial aguacero estaba debajo de un alero hecho de tejas de barro de la casa blanca, el se agazapaba mas y se enrocaba en su cuerpecito, tal vez así tendría menos frío, pero no lloraba, era su culpa el que no le dejaran entrar a la casa. Eso me pareció que dijo, adentro de la casa dos personas discutían fuertemente pero sus voces eran apagadas por los truenos que caían sin cesar.
Husmee en su mente, e pesar de su claros problemas el estaba tranquilo no tenia miedo y pensaba en que cada día disgustaba del agua porque era fría y escandalosa, muy molesta la mayoría de las veces, aunque necesaria, imagino en su mente los días calidos, de esos tan calidos que el polvo se pegaba a su cuerpo dejando en su piel una capa protectora del mismo sol mientras él recogía los granos de café que estaban en el suelo, o cuando ayudaba a su papá a recoger los plátanos que se caían cuando él cargaba los racimos de plátano desde la huerta su casa, además sus heridas siempre cicatrizaban el lo atribuía a aquella tierra negra donde había crecido y jugado, un poco de saliva y tierra, para el no había mejor cura, pero esta noche el agua hacia que las heridas de su espalda supuraran dolorosamente, el no entendía lo que pasaba pero pude saber de alguna forma que su madre… 

El inmortal cayó.
Mekare se soltó de su abrazo y enjaguo con agua las lagrimas que corrían por sus mejillas y con delicadeza  peino con sus dedos los casi blancos cabellos rubios y los aparto del rostro del inmortal, el prosiguió

- el pequeño pensaba que la lluvia diluía la riqueza de la tierra mientras que sus  brazos y espalda le escaldaban por su heridas abiertas, “- tengo que esperar a que termine de llover” dijo el niño entre susurros apenas si se escuchaba sus palabras en español debido a que sus dientes castañeteaban por el frió. “por favor ya no me hables, asustas a mi madre, a ella le da mucho miedo que tu me hables y no quiere que te conteste” agrego levantando la mirada al frente a la nada. Sus ojos se pusieron muy tristes y termino “no puedo ayudarte, beto,  ya he ido donde tu mamá Chabela  y no me creyó que tu papa te lastimara y se han enojado bien feo con mis papas y mi papa le ha dicho que son cuestiones de niños pero mi mama…”. La puerta se abrió de un portazo y un hombre macizo salio de la casa en medio de la tormenta “CRISTOBAL” grito el hombre

Marius se detuvo por unos instantes analizando sus propias palabras, mientras Mekare lo insito a continuar con una dulce sonrisa

- “aquí estoy” dijo Cristóbal se levando de un brinco y corrió, se puso frente a su padre, que estaba mas que furioso “COMO TE HAS ATREVIDO A DECIR SEMEJANTES MENTIRAS” le reprocho él a gritos “no son mentiras papa” contesto muy tranquilo a pesar de que ya no aguantaba el frío, “CLARO QUE SI, EL QUE TE HAGA FALTA TU AMIGO NO QUIERE DECIR QUE TENGAS QUE ANDAR DICIENDO QUE LO VES, Y PEOR QUE DIGAS QUE SU PADRE LO HA MATADO” “el me lo dijo” dijo Cristóbal señalando en medio de patio, el hombre ya preocupado en verdad por tan extraña actitud de su hijo menor se arrodillo ante el y le miro a los ojos “no hay nadie allí mijo,” “pero mami” imploro el niño casi al borde de las lagrimas “dile que tu también ves a Beto” la mujer miraba desde la entrada de la puerta y desvió la mirada del lugar que el indicaba su pequeño hijo con su tembloroso dedo. El hombre la miro “Es cierto lo que dice, hay un muerto rondando mi casa y pueden verlo” “NO” grito la mujer con vehemencia y se dirigió al niño le miro y le asesto una cachetada que lo lanzo lejos, lo levanto en medio del fango “ NO MIENTAS CRISTOBAL  QUE ALLI NO HAY NADA” El niño no supo que decir mas que no estaba mintiendo pero un fuerte sacudida de su madre hizo que cerrara su boca porque ella lloraba de miedo ya que en sus ojos se reflejaba la imagen de un pequeño chico bañado en sangre y un enorme rajadura en su pequeño cráneo estaba de tras de ellos. – termino Marius acongojado por sus propias palabras.

Cuando se dio cuenta de la proximidad que tenía con Mekare se alejo de ella, 

- no piense mal de ella Marius – le dijo un Cristóbal mucho mayor que aquel chichillo tembloroso – ella no es una mala persona, pero desde que yo estuve en su vientre sus ojos volvieron abrirse y ellos no dejaban de molestarla,  ella les temía mucho, yo no entendía en ese momento que era por mi, yo los atraía ya que ella había renunciado a sus dones, que se volvieron una tortura para ella porque la acosaban y al ser yo muy pequeño…Cuando me fui estoy seguro que volvió hacer la mujer cariñosa y amable que siempre fue.

Marius quedo perplejo ante su comentario, en el chico no guardaban ninguna emoción de desagrado o rencor hacia su madre. 

Ese mismo día acordaron que tenía que ir a buscar uno de sus dones, y el más próximo era en la ciudad de Brasil y después de este pequeño experimento sabían que Mekare estaba en completo control de la habilidad de la telepatía.  

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En la última noche en el pueblo los lugareños se apesararon de que los extranjeros se llevaran a su joven chaman de su territorio sin embargo les hicieron una hermosa fiesta de despedida deseándoles lo mejor, pero Mekare parecía un tanto distante esta noche

Mientras todos cantaban y bailaban a son de una pegajosa música, la fiesta fue interrumpida por un joven
- mi mujer… Francisca - dijo el entre su voz ahogada – esta teniendo a mi hijo pero algo no anda bien
Cristóbal de inmediato seguía al cansado muchacho por la selva seguido por varias personas ya que el vivía en una de las casa alejadas del pueblo

Cuando Marius noto que Mekare no estaba cerca, fue en su busca, la encontró en el rio que cruzaba cerca del pueblo
- Mekare pasa algo
- su voz en mi cabeza
- quien es – pregunto preocupado Marius
- el bebe de esa joven, no quiere morir, su voz en tan fuerte que no puedo mas  
- y porque no vas a ayudarlo
- es que… tengo miedo
- no entiendo porque
- de mi

Ella se arrodillo y temblando
- no quiero hacerles daño

Marius aun no comprendiendo el contenido de sus pensamientos incompletos
- no lo permitiré
- lo prometes
- si, se lo prometo

Ambos se pusieron en marcha y llegaron a la humilde casita adentro, Cristóbal trataba de colocar al niño en mejor posición para nacimiento, no entendía como había podido llegar a este punto si hacia poco el había verificado que todo fuera bien.

La mujer, una jovencita no mayor de 20 años estaba en labor de parto, pero por ser primeriza el parto se estaba malogrando
Mekare al principio parecía estar confundida al decidir que hacer, espero cuando Cristóbal creía todo perdido ella entro a la casa e hizo una pregunta extraña, pero no exactamente a ellos
- Quieres vivir

Marius no escucho la respuesta, ya que no podía escuchar esa misma voz que Mekare decía poder hacerlo y con el permiso de los demás algo reacios a ello ella saco a la jovencita y la llevo a la rivera del río en donde la sumergió se hizo un pequeño corte en el brazo dejo caer gotitas de su sangre, el inmortal sintió de nuevo esa sed que supo controlar a penas, mientras ella marcaba ciertas piedras y las coloco alrededor de la chica  y el agua empezó a calentarse la gente que la había seguido miraba atentamente a una distancia prudente ya que Cristóbal así les indico, pero a pesar de eso empezaban a  comentar y sorprenderse por lo que veía.

Cristóbal fue en asistencia de Mekare trato de calmar a la chica, pero ella estaba  exhausta, Mekare tomo una de sus manos y manteniendo le mirada mordió su mano absorbiendo su sangre la chica al principio parecía asustada al sentir los colmillos después de esto se calmo, Marius pudo escuchar ambos corazones el de la madre relajarse y palpitar tranquilamente, Mekare el indico a Cristóbal que ya podía volver a intentar colocar de nuevo al niño, y así lo hizo, esta vez fue un éxito era como su los tejidos internos dentro de su matriz se dosificaran dejando que el niño pudiera estar de nuevo en una forma apropiada para su nacimiento, y poco al poco el pequeño corazoncito del bebe también se sincronizaban con el de su madre y el de Mekare  

Luego de esto, la jovencita no necesito pujar sino que poco a poco el niño fue bajando  hasta salir al mundo exterior con tanta tranquilidad, que Marius pudo ver entre las aguas que su pequeño cuerpecito salía del de su madre hasta la superficie del agua sin mucho esfuerzo donde su primer respiro lleno sus pulmones de aire, el joven chaman tomo al niño, hizo el corte en el cordón umbilical y lo entrego a su padre que miraba atónito y entre la algarabilla de la gente Cristóbal seguía atendiendo a la jovencita que seguía en el trance que la había colocado Mekare, después de un rato ya fuera de peligro, Mekare soltó a la chica que regreso a ser ella misma, pidió a su niño y se lo llevaron ella lo abrazo y lo beso llena de emoción
Cristóbal viendo lo incomoda que estaba Mekare pidió mentalmente a Marius que se la llevara, y la pelirroja todo lo que quería era alejarse de ellos, pero la gente la felicitaba y agradecía, Marius paso en medio de ellos y la tomo de la mano, cuando salían en medio de la gente .
El padre muy feliz  los detuvo, por haber salvado a sus dos tesoros, cargando al bebe le dijo su lo podía cargar, Mekare parecía contraria pero ante la insistencia del padre lo hizo.

Ella sostenía el pequeño recién nacido en sus brazos que parecía conocerla, pero mientras le contemplaba su mirada cambio en su segundo, Marius supo de inmediato lo que eso significaba y Cristóbal también.

La gente no podía mirar ni sentir el cambio de Mekare, pero Marius y Cristóbal si, podían reconocer esa mirada cuando un vampiro quiere reaclamar la sangre de su victima, fue aquí donde las palabras de Mekare cobraron sentido para Marius.

- MEKARE – grito Cristóbal aun desde la orilla del río, pero ella no parecía escucharlo 

Marius la tomo de brazo, mientras la gente no parecía percatarse de nada 
- si tiene sed, puede saciarla conmigo – dijo Marius – deje a la criatura con su padre

Ella levanto la mirada y sus ojos inyectados de sangre parecían no comprender lo que decía, entonces el con cuidado y sin bajar la mirada fue poco a poco quitando de su brazos al bebe, Cristóbal que había corrido hasta ellos, coloco las manos en las mejillas de ella y susurrando algo hizo que se durmiera

- sáquela de aquí, rápido – le pidió el chico Marius, quien paso por en medio de la gente llevándola en brazos y estos que preguntaban preocupados que le había pasado, pero Marius no presto atención y salio de allí. Cuando sintió que nadie los veía se elevo por los aires, se disponía a llevarla al su escondite diurno pero noto que ya estaba despierta pero llevaba los ojos cerrados los cuales contenía las lagrimas. El busco y encontró una cadena de pequeñas cascadas allí en una de ellas se introdujo con ella quien lloro sin preocupaciones ya que el agua diluía cada lagrima que salía de sus ojos.  

- te hice daño – pregunto después de un rato
– no – contesto Marius
- si tiene sed puede saciarla conmigo – dijo Marius nuevamente

Mekare sonrió tenuemente ante esta invitación
- no era su sangre lo que deseaba

Se alejo de el,  en la rivera se sentó abrazo sus piernas y escondió su cabeza sus rizos rojos se escurrieron hasta tocar el suelo 

Marius quería consolarla, pero sabía que palabras utilizar, cuales la reconfortarían, si la abrazaba como antes, no, el no debía, hasta que ella levanto la cabeza y una extraña sonrisa adorno su rostro, como nunca lo había hecho antes Marius pudo sentir una turbación en su pecho, que interpreto como alarma, agudizo sus sentidos y sintió la presencia de algo muy cerca, no supo que
- ya no te quedan mas botones, verdad Marius – susurro una voz en su mente, pero esa voz supo reconocerla…Drevon  

Cuándo de la nada dos bestias se abalanzaron hacia él con ferocidad con una velocidad semejante a la suya por poco uno de ellos alcanza su pierna con unos enormes dientes, mientras el otro se dirigía a su cuello, eran los dos perros de Cristóbal, el reacciono instintivamente golpeando al perro mas cercano, este fue impulsado violentamente hacia una roca quedando inmóvil  por el impacto mientras que el otro cobrando mas velocidad lo tumbo en el piso y lanzo sus fauces al rostro del Marius, este lo contuvo poniendo las manos en el hocico de animal con mucho  trabajo pero concentro sus fuerzas hasta que la los huesos del animal cedieron, y quedo tendido en un charco de sangre.

Marius agitado por el ataque busco a Mekare, ella no estaba a la vista, de pronto sintió un agudo dolor en la pierna derecha el perro de color gris se aferraba ella con fuerza mientras que el otro se comenzaba a levantar y dirigirse a su cuello nuevamente

- es suficiente – se escucho como un eco
 Rápidamente los caninos dejaron de atacar y comenzaron a lamer las heridas de Marius que no tardaron mucho en cerrarse

- ¡PERO QUE PASA!   

- te felicito, has mejorado mucho, Mekare y el niño tienen razón acerca de ti, yo sabia que tienes mucho potencial, que desperdicio que solo lo uses en situaciones criticas, pero tengo que decirte algo: nunca, nunca bajes tu defensa aun cuando tu enemigo parezca muerto es una regla básica en una batalla – dijo la voz de Drevon que provenía del cuerpo de Mekare quien estaba sentada sobre una piedra casi frente a el – XXx, XX, déjenlo tranquilo, vengan a mi, se han vuelto mas fuertes desde la ultima vez que los vi – ambos lobos corrieron a su lado, como cuando recibieron a Cristóbal, mientras sus heridas aun abiertas empezaban a cerrarse, ella les daba fuertes palmadas en la espalda

Marius un perplejo y comprendiendo la cruda verdad
- Esto es una monstruosidad, como te atreves a invadir su cuerpo
- lo hago cuando ella me necesita, ¿Qué fue lo que paso?
- su guardián y no lo sabes – dijo marius mordazmente
- no percibo este mundo como tu lo haces, solo estoy unido a este por ella, así que vas a decirme que paso o tengo que jugar a las adivinazas contigo

- ella trajo al mundo a un niño y quiso alimentarse de el – dijo secamente Marius
- solo un niño
- un niño como ella, un chaman 
- ahhh!!! Eso explicaría muchas cosas un pequeño hechicero en sus brazos, quien creería que después de tanto tiempo un maleficio siguiera tan fuerte, tengo que hablar con el chiquillo, tráelo  

- ¿Por qué?
- olvidaba que eres un señor – dijo haciendo una caravana – y no te gusta hacer esos menesteres – le indico a los dos animales silenciosamente y estos salieron disparados rumbo al pueblo  

Marius sentía una profunda aversión a esta criatura que le miraba altaneramente debajo de los ojos verdes de Mekare   
- a caso te molesta – dijo el en tono sarcástico
Marius no contesto

- no te enamores de mi preciosa hechicera
- es una amenaza

Mekare rió
- no te equivoques yo no puedo estar celoso de alguien como tú, ya que ella no podría querer alguien que cada vez que la ve… evoca esa miserable emoción por ella…  

Marius se puso muy serio mientras la voz de Drevon retumbaba en su mente
- creo que sabes a que me refiero, se que es lo que te trajo aceptar mi propuesta de estar aquí y a pasar por todas estos problemas en vez de estar tranquilamente disfrutando de tu vida en tu gran casa y con tus libros como tu querías… 
- solo hablas sin fundamento alguno tu no me conoces y por tu forma de expresarte de mi parece que me aborrecieras  - dijo Marius
- CLARO QUE TE ABORREZCO… desde esa noche que la apartaste de mi
- no tengo idea a que te refieres – le contesto
- el antiguo y mas sabio de los bebedores de sangre, no lo sabe – dijo él con sarcasmo haciendo que Mekare se aproximara a Marius caminando lentamente con un leve cojeó en un pierna derecha – no seas hipócrita, tu no eres un buen hombre que quiere ayudarla, tu solo  quieres aplacar la culpa que comenzaste a sentir cuando la viste por primera vez después de que tu y los otros la obligaron a llevar esta maldición sobre si,  ella quería morir en ese instante, terminar son su martirio por eso  dudo de comer de esa abominable criatura mientras la muerte la abrazaba, pero, tú cobarde no querías morir, si tanto era fu afán de conservar tu miserable vida porque no lo hiciste tu, pudiste comer de tu diosa; pero no, es la ¡única oportunidad!  Gritaste y ahora ella se encuentra en su interior, puedes imaginar al menos lo que es para ella eso, puedes hacerlo Marius

Marius no pudo articular palabra
- por eso mi odio contra ti, por tu culpa, ella esta condenada por toda la eternidad a ser parte del monstruo que tanto odiaba, por eso tu, menos que nadie,  puede enamorarse mi Mekare, por eso… no estoy celoso, se que la culpa y el amor no son sentimientos que puedan ir juntos… ¿Que como lo se?, te estas preguntando, como puedo saber eso que se encuentra en lo mas profundo de tu ser, para serte sincero, yo no lo sabia, pero, mi hermosa hechicera si, porque ella conoce cada uno de tus pensamientos y deseos, ella puede verte tal y como eres, porque ella carga contigo y con el resto de criaturas de la noche, por eso  no puedes ocultar que cada vez que la vez te sientes culpable por lo que pase y yo estoy de acuerdo con eso fuiste tu quien la condeno.

La brisa fría de la madrugada se hizo sentir a parte del silencio por unos instantes mientras los dos se miraban a los ojos como en una batalla de pensamientos pero fue Marius quien bajo la mirada primero mientras apretaba sus puños y dientes, bajo la mirada y sonrisa triunfante de Drevon en el cuerpo de Mekare, pronto ambos sintieron la presencia de los dos canes que se aproximaban muy rápido, antes de que llegaran Drevon le susurro en la mente a Marius 

- si quieres engañarte a ti mismo Marius y a los demás para sentirte bien después de lo que le hiciste a ella no te lo permitiré, porque no puedo matarte como a los otros al menos te haré sufrir…

._______________.

Los grandes canes aparecieron como rayos frente a ellos cada uno llevando encima de si a uno de los jovencillos, Teresa y Cristóbal, cuando este último se bajo alzo la mirada a Mekare que le miraba seriamente y luego la paso a Marius que estaba tan serio y la regreso de nuevo a Mekare, mientras que Teresa un poco asustada se bajo de ellos quedando atrás de Cristóbal   

- ¿Usted?
- si yo, algún problema mocoso  
- si, siempre que usted esta allí es que hay problemas
- ella me necesitaba
- eso no lo dudo – dijo mirándole directamente,  Marius noto que incluso desafiante – y que es lo que tiene que decirnos, que Mekare no ha querido
- ella no es que no quiera decirlo sino que no lo cree probable
- pero tu si – dijo Marius regresando a su acostumbrado control
- ustedes juzgaran si esta serie de eventos se tratan de una “coincidencia” después de que yo les diga parte del pasado que Mekare guarda en lo mas profundo de su interior, será mejor que se pongan cómodos porque esta historia en un tanto larga – les dijo a su mente mientras se sentaba en una roca con los dos grandes canes a sus pies 
Fin Cap. 7