Voces en el Silencio
El día había pasado muy lento, mas lento de lo usual, ansiaba que Cristóbal se despertase curado para que fueran a recorrer la murmurante selva y descubrir que muchas cosas se escondían bajo la alfombra de hojas secas y lodo, los pantanos, las montañas, el cielo, este era el paraíso que mostraba en cada pequeña parte la rebosante vida que nunca termina y que siempre cambia.
Además ella sabia que tarde o temprano tenia que ir en busca de lo que le pertenecía, y uno de ellos estaba cerca, muy cerca, podía sentirlo por momentos y luego esfumarse durante el día, una de sus habilidades, que estaba segura, no poder dominar aun…
Sus pensamientos se dirigieron a cada brillante gota de lluvia, que reflejaba los pocos rayos solares que las tocaban ya disueltos por la espesura, empapaba todo lo que tocaba el olor que liberaba cada gota era delicioso.
A su lado Cristóbal ya no tenía fiebre, afortunadamente el elixir estaba ayudando a su cuerpo a eliminar el bicho en su sangre y su buen apetito era un signo de mejoría segura, aunque su recuperación es lenta como suele ser en los humanos.
El vampiro Marius dormía a pesar de la hora, en una esquina de la habitación el solía ser metódico al principio, despertándose mucho antes que saliera el sol y durmiendo después del alba, aprovechando cada segundo, pero ahora al parecer algo modificaba sus manías, pero, que podría saber ella; era la primera vez, desde hacia milenios que convivía con alguien de su especie y él la hacia sentirse extraña, tanto que se sentía incomoda a pesar de la buenas cosas que todos sentían por él, Itza, el alma inocente de un pequeño niño que le gustaba jugar en la verde montaña hecha por su padre, aunque en esa época era una pirámide; su joven maestro chaman que tenia una bondad de corazón sorprendente; Drevon que (según Cristóbal) simpatizaba con él, eso era lo que mas le extrañaba, él solía ser muy celoso, destruía en una llamarada a los escasos vampiros que aparecían con la esencia de fuego que residía en su interior, tal vez no lo había hecho aún, porque estaba perdida en alguno de los chamanes, aunque el se hubiera valido de alguna artimaña para molestarle, pero Marius era la excepción, será por su parecido o tal vez era alguno de sus descendientes humanos, porque se parecían mucho, pero observando bien a Marius y recordando la figura de Drevon, ambos son muy diferentes de facciones, las de Drevon eran mas rudas, era mucho mas alto y musculoso ya que el era un gran guerrero a pesar de su defecto de nacimiento, y Marius mas delgado y afable un “intelectual” como le había dicho Cristóbal una vez, lo único que guardaban parecido era el claro cabello rubio que caía sobre sus hombros hasta su espalda; y, esos ojos, de un azul tan intenso que podía atravesar el corazón con una mirada.
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Donde se encontraba, no tenia idea, y sinceramente no le preocupaba, tampoco le daba importancia al hecho de cómo había llegado allí, Y el cansancio y sus sueños perturbadores quedaron muy a tras, ahora tenia una absoluta curiosidad, se dedico a recorrer el lugar, parecía ser mas una casa de habitación que una cueva, trozos de tejidos amontonados sobre piedras que hacia de mobiliario, objetos rústicos colocados cuidadosamente en fila sobre un estante hecho de un tablón mal pulido de un árbol, escudillas de piedra pulidas torpemente, contenedores de piedra labrados en diferentes colores tenían en su interior apestosos y viscosos contenidos tapados con hojas y mecates de fibras de corteza de árbol, hacían de tapadera, casi en la entrada de esta, una confortable fogata, colocada ingeniosamente para no humear el interior del lugar y calentarlo, allí a un lado del fuego estaba sentado un hombre de cabellos blancos vestido casi con harapos, había notado su presencia con los latidos tranquilos de su palpitante corazón, se acerco al hombre pero este no parecía notar que él estaba allí, rodeo la fogata para apreciarle mejor a través la luz: un hombre de baja estatura 1.65, calculo, con el cabello muy blanco a pesar de que no era tan mayor, y su rostro redondo con mejillas prominentes, labios carnosos y ojos negros avispados, era casi el de Cristóbal pero con mucha mas vida transcurrida en su cuerpo.
- has venido de nuevo… - dijo el hombre, Marius a penas lo comprendió su lenguaje era casi extraño pero pudo hacerlo
Marius estuvo a punto de responder, pero de inmediato, supo que no se refería a él, se dio la vuelta y allí en la entrada en la sombras de la noche, el reflejo de unos ojos inexpresivos los observaban a la distancia
- puedes entrar si quieres, hace mucho frío allí afuera
Solo se escucho en respuesta, una especie de gruñido amenazador saliendo de su garganta
- Se que me entiendes criatura… muy a tu manera, pero, se que me entiendes, nosotros siempre entendemos las lenguas desconocidas, ¿Por qué no entras? ¿No solo la del sol, esta luz también te lastima?
Diciendo esto le echo agua a la fogata dejando solo las brazas rojas tratando de arder y la oscuridad ocupando el lugar.
Marius casi da un grito de advertencia al hombre que había apagado la única defensa que tenia ante ese instinto asesino que emanaba la criatura, sin duda era un bebedor de sangre sediento, se abalanzó velozmente hacia su presa pasando a través de un inmaterial Marius que trato de detenerlo, tomo al hombre por el cuello y lo estrello en la pared; pero, algo le detuvo de su cometido, sostuvo sus afilados caninos a escasos centímetros de su aorta.
- Veo que tienes miedo – dijo el hombre, que seguía tan tranquilo como al principio a pesar de su mortal situación – temes entender nuevamente lo que tus ojos pueden ver.
La criatura, se quedo congelada ante sus palabras, parecía debatirse en sus pensamientos, dio un alarido estruendoso lanzándolo lejos y se quedo allí con su cuerpo recostado en la pared. Su altura era mucho mayor que el hombre viejo, apenas se identificaba su figura ya que su cuerpo estaba cubierto por tierra y lodo, a un grado de no verse su piel o su cabello.
El humano le miraba con ojos sin temor e inclusive desafiante
– A que vienes aquí, quieres o no quieres matarme, has tenido más de una oportunidad pero siempre te detienes – dijo mostrando en su pecho una cicatriz que iba desde su garganta hasta el pecho, hecha hacia ya mucho tiempo
La criatura lo miro expectante y nerviosa como si no supiera que hacer pero parecía escuchar
– Te temía en ese entonces cuando era un chiquillo, pero ahora eres tu quien tiene temor de mi, ¿buscas algo?
No recibió respuesta sin embargo la criatura parecía mas confundida a cada momento
– Esta vez soy yo el que te ha buscado en tus dominios…
Marius pudo observar que ambos se mantuvieron con la vista en el otro, como si de esta manera pudieran entenderse mejor que hablando, hasta que mucho después el señor susurró de sus labios
- …Mekare
Marius reacciono observando la criatura de fulgores verdes en sus ojos que en cuestión de segundos se lanzo iracunda de nuevo sobre el hombre, pero este alzo sus manos no para defenderse, pero, de alguna forma sin tocarla siquiera, él hizo ella se desplomara sobre el suelo antes de alcanzarlo.
El hombre dio vuelta al cuerpo y con cuidado dejando caer agua sobre su rostro limpiándolo de toda la mugre que lo cubría pudo ver las facciones de Mekare
- Mekare en tu locura me has develado tu nombre, al fin lo comprendí, lo que quieren de mí, no me importa que clase de criatura seas, pero lo que se es que eres un chaman como yo, has sido iniciada de la peor manera, niña y no puedes salir de la línea de la locura sin ayuda, así que yo seré tu maestro y te guiare…
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– ¿MARIUS? – Le grito Cristóbal por quinta vez, haciendo que al fin el inmortal se despertara de su sueño – Esta bien, Marius
– Cristóbal, porque lo dices – pregunto confundido Marius al notar en Cristóbal una mirada de preocupación
– Pues, note la hora que es y usted no se despertaba y esta sudando sangre,
Marius pasó la mano por su frente y estaba húmeda por la sangre que se escurría de sus poros
– Estoy bien, solo que, un poco…
– Cansado – termino la frase Cristóbal
– Si, como lo sabes
– yo… Mekare, me dijo que usted parecía mas cansado cada día… además Itza lo confirma
– Eso dijo... ¿Itza?
– Si el espíritu del muchachito que reside dentro del jaguar de jade que usted lleva en el bolsillo parece que disfruta de su compañía
Espíritu, Marius saco el jaguar del bolsillo de su chaqueta y observo el objeto roto
– Aquí dentro hay espíritu de un niño
– lo duda, Marius, el fue quien le indico a Mekare y usted donde encontrar mi tesoro – dijo mostrando alegremente su pequeña medalla que colgaba de su pecho – gracias a ella me he mejorado mucho
– Si tu lo dices – dijo un tanto escéptico Marius recobrando su serenidad – Donde esta Mekare
– Mekare se fue a cazar
– Cazar debe haber seres humanos cerca, pero no puedo sentirlos, no es bueno que salga sola podrían ser hechiceros
– ella estará bien ya que no caza humanos y no hay ninguno cerca
– ¿entonces que caza, animales salvajes?
– No, ella se alimenta de… otros vampiros –
– ¿Que?
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Desde el momento que puso sus pies en el húmedo y blando piso un escalofrió recorrió su espina, Mael, a pesar de todo, siempre había sido un hombre integro, pero ¿Qué rayos le había pasado, para que él no hubiera avisado el progreso de Mekare? Y sobre todo ¿Por qué Maharet no podía ver a través de sus ojos?, y después de meses de silencio; Este había sido un factor determinante en su argumento para convencer a Maharet de poder ir en su busca, ya no podían esperar, necesitaban saber si todo estaba al menos bien.
Avanzo a través de la espesa selva y llego hasta el lugar indicado por el mapa estelar que le había mostrado Jessie pero no encontró vestigio alguno de humano o inmortales y mucho menos de una pirámide, solo una catarata una enorme cantidad de criaturas.
Así que recorrió los alrededores, al avanzar la molesta sensación iba en aumento, se sentía observado, y eso era una verdadera estupidez ya que no había nadie a su alrededor solamente alimañas y bestias en cada rincón que sus ojos podían ver, siguió andando haciendo caso omiso. Apretó el paso para cubrir mas terreno y abuso mas sus sentidos pero no encontró nada relacionado con Mekare, sin embargo cada célula de su cuerpo le indicaba salir huyendo de allí, tal fue su ansiedad que creyó ver en los ojos de las bestias del lugar, destellos verdes que seguían a cada paso que daba.
Regreso a la catarata y mojo su sudoroso rostro con la helada agua, su reflejo en el agua mostraba un ser rubio de mirada dura y perspicaz, nariz ganchuda y frente amplia sus ojos azules coronados por un ceño fruncido le daban un semblante muy rudo, pensó que entupido se sentía al estar tan incomodo durante un rato tan largo, un inmortal como él ya no debía tener esas ridículas sensaciones de temor ya que casi nada podía dañarlos, gotas de lluvia comenzaron a caer delicadamente.
– Que extraño – Se dijo en voz alta, para si mismo - porque de pronto hay tanto silencio – ya no podía escuchar a las criaturas bulliciosas del lugar solo el sonido de la catarata
Algo llamo su atención levanto su mirada, del otro lado de la rivera en la espesura unos ojos verdes incandescentes le miraban fijamente, pudo sentir una presencia colosal que no pudo describir… agudizo sus sentidos para poder ver su figura, pero solo pudo sentir su apetito voraz que clamaba por sangre, contuvo su miedo y con una voz fuerte
– Yo soy Mael, quien eres y que quieres
Pero no recibió respuesta sin embargo la figura entre las sombras avanzo y Mael pudo ver a una Mekare muy distinta a la que había conocido con anterioridad, pero seguía sintiendo temor de ella tal como aquella vez, sobre todo al ver su mirada y una sonrisa siniestra en su rostro de marfil.
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- ¡Estas Seguro! – Exclamó Marius Preocupadamente mientras atravesaba el cielo nublado llevando a Cristóbal que iba envuelto en una enorme capa que escondía todas sus facciones larga capa
- Si, claro, no puedo equivocarme, ella esta en la catarata donde los conocí por primera vez – contesto algo airado Cristóbal que trataba de no perderse nada desde lo alto a pesar del fuerte viento y la capa que le tapaba la visión,
- Y él ¿que paso con él?
- Yo creo que, mejor se apura si quiere alcanzarlo en una pieza Marius
- En que demonios estás pensando Mael, en aparecerse así como así
Al llegar a la parte superior de la catarata dejo en el piso a Cristóbal y se dispuso a sentir la presencia de alguno de los dos pero fue imposible para el detectar alguno de los dos, se concentro y fugazmente sintió un aroma a sangre, sangre inmortal, se descendió al pie de esta y en una piedra un enorme charco de sangre se estaba disolviendo con la lluvia.
- ¡MARIUS POR ALLÁ RÁPIDO! – Le grito Cristóbal señalándole con el dedo por donde venía el río - ¡ESTÁN RÍO ARRIBA!
El inmortal se elevo por los aires y siguió el río, rápido pudo encontrar rastros de batalla, árboles derrumbados, rastros de sangre, rocas echas pedazos, y a Mael a la distancia en muy malas condiciones en medio del río.
Apenas podía mantenerse en pie, tenía heridas profundas por todos lados, parecían hechas por cuchillas y en un brusco movimiento para protegerse con sus brazos una nueva herida se hizo frente a sus ojos sin poder ver al agresor, aunque Marius sabía quien era, antes de un nuevo ataque alcanzo a su amigo y lo sostuvo en brazos
- Mekare, por favor basta, ¡es suficiente!
A la distancia Mekare se detuvo pero parecía no querer escuchar ya que estaba degustando la sangre de Mael que se escurría de sus afilados dedos a su boca.
- ¡Ella es un monstruo! – Exclamo débilmente Mael
- ¡TU CÁLLATE! ¡No estarías en esta situación si no fueras tan necio! ¡No puedes hacer caso de una simple advertencia!
Mael se mordió la lengua de la furia pero no contesto nada ya que Mekare no tenia mas en sus manos que saborear y había puesto sus ojos en él nuevamente, corrió hacia ellos tan rápidamente que parecía flotar pero Marius se puso entre ambos y ella se detuvo frente a el lucia algo extraña tenia una tenue sonrisa en su rostro y sus ojos verdes parecía mas fieros que nunca
- Por favor Mekare déjelo ir, el no volverá a invadir su territorio, lo prometo, el debe venir de parte de su hermana.
En respuesta una sonrisa mas amplia se dibujo en su rostro dejando ver sus blancos dientes, tomo con delicadeza uno de sus brazos y lo retiro de Mael Marius no pudo ante su fuerza colosal que pudo haberle arrancado el brazo si hubiera querido, pero no lo hizo, y tomando por el cuello al herido Mael lo levantó dando un fuerte apretón, este en defensa solo pudo tomar entre sus manazas el delgado brazo de ella pero sin resultado, y ella se dispuso a introducir en el pecho su mano dejando salir una gran cantidad de sangre antes de que terminara su cometido Marius haciendo uso de todas sus fuerzas la detuvo, antes de que sacara su corazón y en un arranque de desesperación sin pensar en lo que decía salio de su boca con todas sus fuerzas.
- ¡¡¡ DEJAR SEGARSE POR LA IRA EN SU INTERIOR LE HARÁ MAS DAÑO A USTED QUE A ÉL!!!
Mekare se detuvo y al mirar en los ojos de Marius, que al igual que ella, estaba tan confundido ya que no tenia idea de porque le había dicho eso.
Ella se retiro de su cometido y casi al borde del llanto se esfumó Mael cayo al piso.
- Que D!!! Fue eso - Pregunto Mael con voz cargada – donde aprendiste hablar en esa lengua y que rayos le dijiste para poder detenerla – termino con un aire de indignación
- Hable en otro idioma
- ¡Claro! ¿que? No te habías dado cuenta
Marius trato de buscar en su mente como lo hizo eso pero se sentía muy cansado
A lo lejos en gran carrera venia Cristóbal todo agitado tratando de alcanzarlos al llegar tomo aire y con fuerza
- ¡PERO, DE DONDE SACO ESAS PALABRAS! ¿QUIÉN SE LAS DIJO?
- Las palabras vinieron a mí sin buscarlas – contesto Marius mientras Mael se levanto y reviso alguna de sus heridas mas profundas que comenzaban a cerrarse mientras Cristóbal se quito de su campo visual, por si las dudas
- Marius, de alguna parte tuvo que haberlas escuchado, que acaso no se dio cuenta que la impacto, Cielos, hasta a mi se me erizo el cabello de la nuca, del susto, cuando las pronuncio, son exactamente sus palabras
- de que hablas.
- haaaa! Pues del maestro de Mekare, mi antepasado quien le enseño todo sabe.
- Mazhco
- ¡Ya ve! ¿Cómo sabe su nombre?
- yo
- QUE RAYOS DE HA PASADO, nunca te había visto en tal mal estado – afirmo Mael – Yo debería haber tomado tu lugar y nunca habría dejado que algo así pasara
- Ud no se atreva a afirmar eso señor, que por usted se armo todo este lío, Marius nos ha protegido de cualquier cosa y por si no se ha dado cuenta le acaba de salvar el pellejo y me imagino que por su enojo no es la primera vez – le dijo el joven acercando a el y mirándolo a los ojos del gigante que tenia frente a si
- y tu mortal que tienes que ver con esto – le inquirió con desprecio el vampiro Mael
- Humano y chaman, mucho, para su información…
Marius despejando su mente al parecer no encontró el porque había pasado esto, pero su cabeza comenzó a trabajar como siempre, mientras Mael y Cristóbal se cernían en una discusión sin sentido
- Yo no soy un niño y déjeme decirle que tengo suficiente edad
- a mi no me lo parece solo eres un mocoso, así que no estorbes – dijo mael apartándolo de su camino de un empujón
- Y usted no amenace – mostrando en uno de sus frascos un liquido escarlata, sangre de Mael algo diluida que había recolectado el chaman – tengo lo suficiente de usted como para dejarlo tieso durante toda mi mortal e insignificante existencia, si vuelve a molestar a Mekare o Marius, ¡me escuchó!
- Te atreves a amenazarme
- no me atrevo, lo hago.
- Paren de tonterías los dos – Dijo Marius con su voz tranquila y seria como era su costumbre – Tu no puedes quedarte aquí Mael, y antes que rezongues a cualquier cosa que te diga, bebe – siguió, mostrándole su brazo derecho y remangándose la camisa
– La quieres para ti solo – dijo mordazmente Mael – como a la antigua Reina, por eso Maharet no puede ver a través de ti tu te has valido de alguna artimaña para eso
- ¡Eso no es cierto! – Alzo un poco la voz, Cristóbal – El no es un interesado como usted
- Cristóbal no intervengas y búscala – le dijo muy calmado Marius, y prosiguió - no tengo idea Mael el porque tu señora no puede ver a través de mis ojos, pero todo esta en mi sangre, ve por ti mismo todo lo que ha pasado, apresúrate no quiero dejarla mucho tiempo sola, Mekare nos necesita
- Tus aires de señor, siempre me hastían, tus no mandas sobre mí Marius
- Mael no hagas más difíciles las cosas
- ¡Marius! – Intervino el joven – Mekare esta en la pirámide, regreso allí y esta algo confundida, pero, hay algo que no me gusta tengo una sensación extraña que proviene del interior, algo que no había antes allí.
Marius sin tardanza tomo al jovencito por la cintura y dispuso el vuelo,
- Iré con ustedes – grito Mael a su lado que volaba a la misma velocidad de Marius por los cielos
- Sinceramente – dijo Marius – estoy perdiendo la paciencia contigo
Mael quiso reprocharle, pero algo en la voz y la mirada de Marius, hizo que se detuviera.
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Mekare fue sorprendida dos veces este día, desde cuando era tan irresponsablemente distraída, jamás, teniendo sus poderes habría caído en una trampa tan obvia, cuando un sin número de seres oscuros fueron invocados al entrar ella contacto con un pequeño sello grabado en la entrada de la pirámide, no tubo otra opción mas que el sangrar para darle al menos un poco de energía aun debilitado Drevon que hizo tiempo haciendo una muralla de fuego en el angosto corredor para que no la alcanzaran, y que ella entrara en un recinto seguro dentro de la pirámide a aguardar.
Corrió por los intrincados pasillos detestando su situación: todos sus sentidos estaban cerrados al mundo no material, su espíritu atado a su cuerpo y sus conocimientos frustrados al no poder usarlos.
Paso por un cuarto cerrado por ella misma hace mucho tiempo y al entrar los sellos estaban resquebrajados con preocupación siguió a otra pero era la misma situación, todos los sellos labrados en roca estaban rotos.
De inmediato se aproximo al único lugar donde podrían encontrarla rápido Cristóbal y Marius el salón principal allí comenzó hacer un sello en el piso con sus filosas uñas lo mas rápido que se podía, pero a pesar de su diseño no tendría ninguna efectividad ya que era chaman carente de poder para alimentar siquiera a su compañero el cual no podrá resistir por mucho, Cristóbal lo terminará y eliminara los espectros, pero si alguno le tocada directo antes el la maldición podría saltar a su joven maestro debido a la unión que tenían, pero eso no lo permitiría jamás. Sus oídos escucharon un estruendo atravesando los corredores en su dirección, ante que entraran ella sitió un escozor que se regaba por cada poro de su piel sin pensarlo dos veces con sus uñas hizo pequeñas heridas y de inmediato llamas cubrieron todo su cuerpo justo antes que una nube negra llenará la habitación y arremetiera contra ella.
Marius llevando a Cristóbal entraron por el tragaluz seguido por Mael se encontraron con una escena nunca antes vista por sus ojos porque a pesar de no poder ver espíritus, Marius y Mael podían ver una nube oscura llenando la habitación y a Mekare envuelta por las llamas, pero lo que verdaderamente miraba Cristóbal era una enorme cantidad de espíritus de humanos atormentados por el sufrimiento que eran violentamente atraídos hacia Mekare mientras que Drevon sostenía una cruenta batalla contra ellos protegiendo a su señora.
De inmediato Marius y Mael se prestaron a acercarse a Mekare
- NO SE ATREVAN A INTERVENIR NINGUNO DE LOS DOS - les grito el chico mientras corría hacia ella – ES DREVON LA MANTIENE A SALVO PERO NO POR MUCHO TIEMPO – luego se arrodillo en el piso y susurrando palabras incomprensibles saco su daga de plata de su morral corto con ella su mano y siguió el diseño que quedo sin terminar
- PERO QUE DE$%& ESTA PASANDO - grito Mael
- No estoy seguro, pero, deja al chico hacer su trabajo, solo nos mantendremos al margen – dijo Marius con un aire de preocupación porque en su pecho sentía una molesta sensación como si ya hubiera visto esto antes tanto que de alguna manera sin pensar solo por reflejo dio un salto hacia atrás a toda velocidad ya que Mael con una mirada muy extraña se abalanzo sobre Marius y tiro sobre él una manaza el golpe dio una pared destrozando una gran parte de la roca.
- ¿MAEL QUE PASA CONTIGO? – grito marius mientras esquivaba los veloces ataques de los puños del vacío Mael, con unos ojos humanos solo se podían distinguir restos de piedra despendidas y polvo volando por todos lados.
Mientras Mekare era atacada por los entes oscuros, las lenguas de fuego repelían sus avances, la defendían, pero su intensidad estaba menguando, el jovencito hacia lo posible por tratar de terminar el dibujo en el piso, eran demasiados hasta que uno toco un pequeño espacio de la piel de granito de Mekare que quedo expuesta dejando en el lugar una mancha oscura que se fue extendiendo por toda ella, Los entes desaparecieron al instante mientras se debatía inútilmente carente de poder mágico para repelerlo de si
- MALDICIÓN – dijo Cristóbal muy preocupadamente para si mismo mientras terminaba el diseño del dibujo
Marius oyendo la preocupación de Cristóbal y al no poder arreglar las cosas con Mael de una manera más simple pues este parecía no escuchar nada de lo que Marius le decía, y arto de la situación arremetió un golpe en el pecho a Mael y este callo hacia atrás acto seguido lo aprisiono sobre la pared haciendo tanta presión como podía para poder inmovilizarlo lo suficiente
- NO ME HAGAS LASTIMARTE Y CONTROLA TU CUERPO
Este solo gruño y se soltó del aprisionamientos de Marius, empujándolo haciendo que retrocedía unos paso Marius contraataco estrellándolo contra el pedestal de piedra que fue echo añicos
La mujer pelirroja hincada en medio del sello seguía luchando por no perder el control y evitando de alguna forma tal por voluntad que la mancha se extendiera, Cristóbal termino con el sello
- déjemelo a mi Mekare, yo podré combatirla si esta dentro de mi, soy fuerte
Ella apretaba los dientes y negaba con fuerza con la cabeza, antes que el chico se diera cuenta ella deshizo el sello que acababa de hacer de un fuerte puñetazo
- ¡PERO QUE HA HECHO! – grito confundido el jovencito mientras a su espalda los dos inmortales seguía en una feroz pelea
- Se que no lo parezco pero yo puedo se que puedo – dijo el chico desesperadamente extendiendo su mano casi en las lagrimas mostrando el corte en su mano – beba de mi y déjeme cargar con ella
Mekare lavando el rostro la mancha había llegado a su cara hasta sus ojos los cuales se fueron leonado de la mancha negra, dibujo una pequeña sonrisa entre su sufrimiento pero siguió negándose
– y que quiere que haga verla perder la lucidez, no soy un inútil – y entro en el circulo y puso su mano herida casi en su boca, pero las débiles llamas azules se alargaron para no dejarlo avanzar
Marius que seguía escuchando todo lo que pasaba tenia que intervenir no le quedo otro remedio que usar su poder contra Mael
- lo siento amigo pero no me das otra opción – le dijo Marius y luego Mael salio disparado contra una de las paredes y quedo inmóvil por la presión que la mente de Marius ejercía sobre su cuerpo, fue tan grande que las heridas que Mekare había provocado en Mael comenzaron a abrirse de nuevo y la pared comenzó a ceder bajo aquel peso invisible y Mael se desmayo.
Marius se detuvo y puso atención al cuerpo de Mael el cual estaba en muy malas condiciones pero no tenia tiempo y se acerco a Cristóbal que lloraba de frustración mientras Mekare seguía arrodillada con sus manos sobre el piso hincando sus uñas en la dura piedra y las llamas azules débilmente la cubrían.
- no me ha dejado… - dijo el chico
- No te preocupes por nada, todo estará bien – dijo el rubio inmortal con toda la tranquilidad del mundo, pues el sabia que hacer – ayuda a mi necio amigo a ser como siempre
Y antes que el chico pudiera ver sus intensiones Marius se arrodillo frente a ella Trato de que el olor de la sangre saliendo de las pequeñas heridas que habían despertado ese apetito voraz y casi incontenible que se escondía dentro de si, le dominara la razón, irguió el cuerpo de ella colocando sus manos en sus mejillas sintió el calor del fuego pero no se quemo y rápidamente antes de sucumbir a la sed, la rodeo con su brazos y la aprisiono con toda la fuerza que tenia presionando sus labios contra los de ella encontrando resistencia en ellos mordió su lengua ampliamente vertiendo en aquella boca su sangre dejando que cayera en su garganta tanta como era posible.
Mirando uno al otro los ojos de Marius se tornaron negros como escarabajos y los de ella se volvieron a su original verde, pero, ambos cuerpos se pusieron rígidos como unas estatuas congelados en ese beso de sangre.
