jueves, 28 de febrero de 2013

Cap. VIII - La Visita 2da. Parte

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Había pasado ya un mes tan rápido como un suspiro, esa noche en la cocina Meche, Antonio, Luís, Cristóbal y Teresa disfrutaban de una reunión muy amena junto con una comida muy sabrosa, habían hecho de esto, una costumbre desde que llegaron a la Caserona  haciéndose muy amigos de la familia Menjivar

- no me lo puedo creer que hayas viajado tanto
- si mi padre me adopto en mi país y desde ese momento el me llevo por todos los lugares que puedas imaginar: todos los países que tuvieran ruinas allí estábamos el era un arqueólogo
- ar que ólo go es guay – dijo Pablo muy interesado en las aventuras de Cristóbal 
- y así fue como conociste a Teresa – dijo Antonio perspicazmente
- si – dijo el más tímidamente
- ja y al señor Marius y su bella pareja… -  Antes de que Cristóbal hiciera una aclaración fue interrumpido
- Teresa no es necesario que hagas eso – le dijo Meche mientras Teresa levantaba los platos de la mesa – yo puedo recoger la mesa y lavar lo platos sigue con el postre
- no me gusta estar haciendo nada y ya estoy llena, por favor déjeme ayudarla al menos
- ya has hecho lo suficiente ayudándome con la cena…

Un sonido sordo provino de la parte de arriba de la casa todos los presentes guardaron un silencio sepulcral, luego otro igualmente o mas fuerte del anterior
- vaya el viento – dijo con un aire cómico Antonio

Cristóbal se había quedado muy callado con una mirada sombría
- me permiten un momento por favor –se digirió presuroso hacia el salón principal – no quédate aquí así terminaras el postre de Meche – le dijo él dulcemente a su esposa cuando ella se dirigió detrás de sus pasos – no tardare 

El subió corriendo las escaleras, había escuchado claramente la voz de Mekare pidiendo su ayuda,  que podría haber pasado estando Marius allí…  Cristóbal entro al cuarto de Mekare encontró las puertas partidas por la mitad se escuchaba el correr del agua en el baño todos los grifos de agua estaban abiertos a mas no poder escurriéndose el agua hasta afuera, entro y  allí estaba ella bajo la ducha teniendo en sus brazos alrededor de Marius a quien parecía que le hubiera pasado un tren por encima.

- no se me ocurrió otra cosa, tubo una visión que le afecto demasiado, crees que el podría terminar como… 
- no diga eso, él es fuerte y la persona mas emocionalmente estable que haya existido algo como esto no creo que le afecte además nos tiene a nosotros dos por cualquier cosa, solo significa que…

- Que significa – preguntó Marius con una voz un tanto apagada
– que tendrá que dormir en la bañera por mas tiempo hasta que logre controlar sus visiones
- puedo acostumbrarme  – dijo el con una mirada muy picara mientras descansaba en los brazos tibios de Mekare
Mekare sonrió ante su broma   
- Vaya ya se siente mejor – dijo en tono critico el jovencito
- un tanto mareado, pero bien
- claro que si ya esta bromeando con cosas como esa… podría decirme que fue lo que vio – pregunto Cristóbal muy curioso
– no estoy seguro no lo recuerdo bien, solo una angustia que...- llevo sus manos hacia su frente
- esta bien que no lo recuerdes si te incomodo de tal forma como para que tu temple tranquilo se desmoronara es mejor que se quede donde esta- le susurro Mekare a su pensamiento
- pero puede ser algo importante – dijo Marius
- puede ser o no ser importante, es mejor para ti no esforzarte o te dolerá mas la cabeza
- Mekare tiene razón, Marius, no tiene que esforzarse ahora, si es importante las imágenes vendrán cuando vengan y ya, será mejor que llame a Antonio para que repare las puertas que ha roto, haber que le invento, aunque creo que el sacara sus propias conjeturas –dijo el guiñándoles el ojo se retiro.

- lamento esto – se disculpo ella
- no tiene porque, es interesante salir de la monotonía
- no es monotonía tener una vida tranquila
- si le mortifica esto creo tener una manera de compensarlo – dijo el riendo seductoramente
- cual – pregunto ella
- tiene un vestidor lleno porque no se pone algo diferente a caso ninguno le gusta
- es eso
- usted acepta el obsequio de los demás pero no los míos – dijo el con pesadez sintiendo el desgastado vestido debajo de su espalda – el intento ponerse en pie pero perdió el equilibrio  regresando a los brazos protectores de Mekare   
Marius se dio la vuelta y la miro a los ojos de esas miradas que puedes avergonzar a cualquiera  y por primera vez ella bajo la mirada
- Marius no fue mi intención ofenderte, lo que pasa es que… - un suspiro salio de ella – intente ponerme uno y se rasgo; luego otro pero no creo que de la manera correcta otros le hacen demasiadas cosquillas a mi piel y son tantos que no tengo idea cual usar.

Marius río aliviado, conociendo por primera vez es parte del orgullo de Mekare  
- eso era todo
Mekare gruño en respuesta  mirándolo enojadamente

El se relajo y después de un par de minutos se levanto salio y entro al enorme guardarropa que apenas había sido tocado, encontró los vestigios de unas prendas rotas escondidas y busco entre otras encontrando un vestido color rojo muy sencillo para su gusto pero pensó que a ella le gustaría, ella lo miraba un tanto confusa, el le entrego las prenda junto con otras mas intimas a las que ella se le quedo examinándolas con un cara de duda

- son otras prendas que usan las mujeres de esta época… - explico el justo cuando Cristóbal entraba con Antonio que traía una caja de herramientas

La escena con la que se encontraron los humanos era más que obvia, una pareja empapada del cabello a los pies, solo en una habitación uno muy cerca del otro    
- Ups, lamentamos interrumpir – dijo Antonio regresándose con el impulso de un paso – puedo arreglar esto mas tarde
Cristóbal se indigno
- Marius – dijo el con tono seco
y salio disparado

Marius solo río ante los pensamientos del jovencito
- puede empezar con su trabajo – le indico a Antonio
- como guste, que vendavales los que hay aquí – sonando mas para el que para los demás

- Le gusta – le pregunto Marius en un tono despreocupado

Mientras que ella parecía estar confundida cada vez mas, Cristóbal regreso  acompañado por Meche quien claramente no sabia que estaba haciendo allí   

- Mercedes, podría hacerme un favor – pregunto Marius- podría ayudar a Mekare a tomar un baño y vestirse
- por su puesto

Ella se acerco a la pelirroja y la condujo a la habitación del guardarropa donde cerraron las puertas
- contento – dijo marius con una voz sarcástica, mientras que el aludido solo le dio un a mirada de delito y se fue

Marius sonrió olvidando casi por completo la angustia de su pecho, el se retiro, cuando estuvo solo en su cuarto sintió de nuevo esa angustia aunque no pudo recordar lo que había visto en su visión

Después de arreglarse como solo el podía lucir tan especialmente elegante, tocaron a su puerta
- pase

- señor – dijo Mercedes mientras entraba - quiere que le traiga la cena a la habitación
- por favor – dijo el, aunque no la comería, le era fácil deshacerse de ella dándoselas a los grandes canes que parecían estar siempre hambrientos
- llego esta carta para usted – dijo ella
-déjala sobre la mesa –contesto el
- señor – dijo ella una duda hizo que se detuviera

Marius pudo notar algo en ella
- pudo convencerla de ponerse toda la ropa – dijo el en tono dulce
- si me costo un poco pero si, aunque se negó rotundamente a ponerse algún tipo de zapato

Marius río ante tal afirmación
- me gustaría que usted me ayudara con Mekare explicándole cosas de esa índole en el futuro
- por su puesto señor, ella es una persona encantadora…
- pero – dijo el sintiendo su preocupación
- ella, debería llevarla a un lugar donde puedan ayudarla… cuando alguien ha sido maltratado de esa forma necesita ayuda profesional

Marius pudo ver en sus pensamientos como a través de sus ojos la piel marcada de Mekare en su espalda
- tienes razón Mercedes no es de tu incumbencia, gracias por su preocupación.

Mientras Mercedes salía Marius leyó la carta una sonrisa de satisfacción salio de su rostro, tenia que encontrarla para darle la buena noticia, después de ver en sus pensamientos sabia que esto podría hacerla feliz.  
  
Marius por fin la encontró en el lugar mas obvio de la mansión, en el jardín, estaba cerca de la fuente tendida sobre la hierva ella vestía el traje rojo de una sola pieza que se amoldaba perfectamente a las formas de su cuerpo llegando sus rodillas no podía no evitar notar que se le veía muy bien, aunque no llevara zapatos  

Mekare se irguió y sonrió extrañada y como si hubiera leído sus pensamientos
- pero si ya me vestiste que mas quieres… - le dijo a su mente - porque no me pondré zapatos a menos que tenga que salir a un lugar especial y yo no tengo intención de ir a ningún lugar especial, me gusta mucho al que me trajiste.
- su cabello aun esta… desordenado
- y…
- puedo arreglárselo, si Maharet llegase y le viera así, que pensara que de mi, que no la cuido como se debe

Mekare río en silencio 
- dirá que yo soy, quien soy, ella sabe que nunca me gusto arreglarme mucho, era ella o mi madre quien peinaba mi cabello cuando yo se los permitía y no era una experiencia agradable para mi – dijo ella levantando los mechones de su larga cabellera que resplandecían como fuego a la luz de la luna, miro a los ojos azules de Marius tranquilos y apacibles, como siempre – además tardarías una eternidad…- en ese momento supo que sin importar lo que ella dijera el tendría en su mente esa idea, porque debajo de las tranquilas aguas  el es muy tenaz  
- haz lo que quieras – termino ella con una sensación de resignación, volviendo a tenderse sobre la hierva, él con una sonrisa de triunfo se sentó en el suelo y con delicadeza comenzó a desenredar con sus dedos uno a uno mechones del largo cabello rojo para luego rizarlos 

- si quieres decirme algo dímelo – dijo ella mientras veía el cielo estrellado
- pensé que no leería más mis pensamientos –  comento
- no es necesario, esa tranquilidad tuya, te hace ser un hombre transparente, eso me gusta de ti, así que, ¿que querías decirme?

- su hermana Maharet vendrá de visita – dijo el espontáneamente

Ella se alejo intempestivamente de el, comenzó a temblar y algo en ella pareció romperse: sus ojos se abrieron como platos y su respiración pareció agitada y corazón comenzó a latir tan rápido mientras su cabeza se sacudía con un rotundo no

Marius se acerco a ella mas rápido de lo que debió. Pero fue rechazado con un gruñido desde el fondo de su pecho dejando al descubierto un colmillos él se quedo quieto al mirar esos ojos verdes volverse negros de ira.

*___________*

- como esta Mekare – pregunto Marius a Cristóbal cuando salía de la habitación de ella
- usted me tiene que decir que fue lo que paso porque estaba tan bien y no me quiere dejar ver que es lo que le molesta por eso no puedo ayudarla, ¡es tan frustrante!  - exclamo con infortunio el chico mientras se rascaba la cabeza
- es mi culpa – dijo secamente Marius mirando a los ojos del chico
- no lo diga de esa manera – lo reprendió él - suena como Drevon, el me dijo que usted le había dicho algo, pero debe pensar que  Mekare es tan frágil hasta la mas mínima causa la haría entrar en uno de sus ataques, y recuerde que la única emoción que puede exteriorizar en este momento es la ira,  así que no se preocupe, estamos aquí para ayudarla a soportarlos no para evitárselos;  así que si usted sabe que pudo haberla afectado por favor entre y haga los que mejor hace, charle con ella, yo estaré aquí afuera por si algo sucede, eso si, guarde la compostura

Marius sonrió ante esta petición, así que entro, las luces estaban apagadas pero esto no era impedimento para sus ojos sobrenaturales pudieran ver con suma claridad que la  brisa de la noche tropical recorría la habitación haciendo que las cortinas se movieran, mientras un sonido peculiar semejante al rascar una superficie se escuchaba, ella se encontraba en el techo la habitación arrodillada, escribiendo con sus brillantes  uñas de diamante en el techo de madera, no pareció percatarse de su presencia.      

Marius siempre había sido hábil con las palabras desde que el había aprendido a hablar valiéndose de este don para hacerse camino en la vida y obtener de esta lo que había querido, hasta reconocía que muchas veces había sido su ruina, pero en este momento solo se le ocurría poder decir una sola.

Ella se detuvo por un instante al escuchar su voz, pero siguió haciendo más inscripciones

No pudo evitar sentirse molesto, aunque no entendía porque
- arreglaré esto – dijo – le  diré que no venga 

Pensó en salir de la habitación pero antes de que pudiera tocar el pomo la puerta ella se interponía en su camino mirando al piso. Eran tan veloz como los pensamientos que emanaban de ella, el dudo un momento, le quito el cabello que el cubría el rostro su ojos verdes le miraban tristes
- quiere verla – pregunto y ella asintió con tristeza mientras se deslizaba hasta el suelo escondiendo su rostro detrás de sus rodillas
El se sentó a su lado y la acuno en sus brazos

*___________*

En medio de la muchedumbre era casi imposible encontrar a una persona en una ciudad tan grande, pero, para un hijo del milenio encontrar a otro, es fácil, Maharet estaba sentada sola en una cafetería con una tasa de café caliente frente a ella, lucia tan bella y elegante como siempre en un vestido color verde oscuro, llevaba el pelo recogido, mientras caminaba hacia ella no pudo evitar el eco de las palabras que le había dado Mekare en sus pensamientos mientras el la abrazaba.   

- quiero verla… necesito verla; decirle tantas cosas… mirarla y abrazarla pero yo ¿que podría ofrecerle a ella ahora?...
- ella solo la quiere a usted, su hermana – había dicho el torpemente

Una sonrisa sarcástica se escapo mientras sus ojos se volvían completamente negros  

- Buenas Tardes Maharet – le saludo él con cortesía obligándose a salir de sus pensamientos por la proximidad de Maharet
- Buenas tardes – contesto ella con una sonrisa amplia mientras le indicaba que se sentara - Por un momento pensé que no vendrías

Que tan cerca de la verdad estaba
- no me aventuraría a dejar plantada a tan bella dama…

- nos vamos entonces
- tenemos que hablar Maharet – dijo el

- Ella no quiere verme – dijo ella con un nota de angustia en su voz - me di vencida muy pronto, debí de buscarla con mas ahínco.

- Por favor, no piense eso de ella – le contravino – ya que ese no es el caso, debe de saber que durante el tiempo que han estado alejadas, lo único claro en su mente ha sido usted y esa persona, ella sabe por lo que usted ha pasado… - Maharet lo miro con esos ojos mortales que morían en las cuencas de sus ojos –ella esta enferma y en este momento un  encuentro con usted puede ser que no resulte como lo ha imaginado, ella tiene miedo que pueda lastimarla, al igual que lo que sucedió con Mael

- si el me lo dijo… ella intento… pero Mael causa a veces una fuerte impresión, tu lo conoces mejor que yo, es muy voluble, el hizo algo que debió de haberla molestado

- creo que debo contarle ciertas cosas de su hermana para que entienda porque ella teme ella un encuentro con usted, pero por favor escúcheme con atención y no la juzgue tan rápido… no era intención de Mekare lastimar a Mael si no devorarlo – Maharet reacciono nerviosamente ante tal afirmación mientras que Marius continuo – por le hecho de haber invadido su territorio sin permiso… de debe entender Maharet, que ella es diferente de nosotros…

- que quieres decir – dijo ella con un tono fuerte -
- ella es un kresnick, un devorador de monstruos

Una sonrisa nerviosa salió de su garganta
- estas diciendo que ella es un caníbal, que devora a los suyos, Vampiros…   
- Si – contesto el con calma – debido a las situaciones por las que ha pasado, han hecho de ella un ser disímil a nosotros
- Pero como es ¡posible! ¿Cuándo paso?
- el momento no lo se con certeza, pero, lo que si se, que cada encuentro con uno de los nuestros ha terminado en una violencia sin sentido sumado a la vez que en su  vida los humanos han sido muy cercanos, ella los defendía con perseverancia de las criaturas que les atacaban de alguna manera ella prefirió ser una devoradora de monstruos que de humanos,  
- también puedo decirle que no se pierde un solo amanecer, que en su mirada siempre hay una nota de tristeza, que tiene una habilidad infinita de control, y que siempre su curiosidad la ha llevado por caminos inhóspitos, que tiene un sentido del humor negro y a veces cruel, se llena de paz al  estar rodeada de humanos, pero no piense mal de ella, pues ella aun en su estado dio una advertencia a Mael al entrar en su territorio pero él la ignoro y como reacción natural ella lo asimilo como  una presa y sin sus facultades completas no pudo contenerse.

Marius dio uno minutos de reflexión a Maharet que parecía estar confrontando la situación de su hermana, fue ella quien rompió el silencio entre los dos

- con facultades a que te refieres – dijo ella un tanto mas tranquila que antes
- Las circunstancias por la que Mekare esta pasando difieren con lo que usted ya conoce, pues sus habilidades son extraordinarias y están conectadas directamente con cada una de sus emociones y estas al separarse de su ser estas quedaron desconectadas por lo menos hasta que esas habilidades regresen

- cual son las emociones que ella tiene en este momento
- solo telepatía... y expresa ira cuando se estimula… por eso Mekare esta preocupada por lo que pueda pasar si esa emoción salen de control con usted cerca

- pero tu has estado con ella
- Creo que usted sabe mejor que nadie, el porque ella se ha detenido en ultimo momento de hacerme daño, usted contaba con ello cuando me pidió que cuidara de ella

Una pequeña sonrisa adorno su rostro de mármol
- tengo que disculparme contigo por eso
- No, no lo haga, el hecho que me parezca tanto a él, me ha conseguido su amistad

- Si te pareces tanto a el, aunque son totalmente opuestos, el era… es… - se corrigió  - un bruto sin cerebro

- algo he oído de eso
- ¿el siempre ha estado con ella? – Pregunto ella
- eso creo
- Como un fantasma… “por siempre…” cuando el hizo la promesa esa noche nunca imagine que pudiera ser real, aunque aun no se como lo hizo es imposible…
- Te refieres ala promesa que él menciono utilizando el cuerpo de Santino
- Si, Mekare siempre me escondía sus verdaderos sentimientos porque creía que iba a lastimarme, ella siempre mostró enojo e ira hacia el, pero era amor, mi madre siempre lo supo, creo, porque nunca supe que ella estaba enamorada de el hasta ese día que los vi uno junto la otro, es que ella siempre tiene una sonrisa en su rostro para las personas que le rodeaban aun si alguna estaba triste respondía a su encanto, porque ella es “irresistible”

Sus palabras contrastaron con los pensamientos de Mekare en la mente de Marius
- ese es el problema la Mekare que cuidaba de ella, la que recuerda y ama dejo de existir hace mucho tiempo, solo queda esta criatura cruel, que podría lastimarla sin la mas mínima provocación.
- porque no le da la oportunidad a ella y a usted misma, estoy seguro que ella la querrá tal cual es sin importar lo que haya pasado porque ella le ama y estoy seguro que no lo usted no le hará daño.

- tu dándome consejos a mi… -
Marius supo de inmediato a lo que ella se refería, que los seres a quien el amaba estaba a su alcance pero le era imposible estar con ellos, eso hizo que se enojara.  Pero se controlo

- usted dijo que éramos un par de tontos con lo que estoy de acuerdo y los humanos tienen el dicho “que es mas fácil arreglar los problemas de los demás que los propios” así que pensé en ayudarla propiciando un encuentro con Maharet.

- lo mío es diferente – le dijo ella
- no lo creo
- si lo es, tu único padecer es el detener de vez en cuando esa lengua que hiere como espada cuando estas enfadado mientras que yo…

Un suspiro salio de Marius
- los otros inmortales me conocen como el mas sabio, por lo que me aventuro a decir que tal vez tenga miedo pero no de lo que esta diciendo
- tengo miedo que ella lo sepa
- saber que
- que la persona que era su hermana ya no existe que solo quedo yo
- ella también a cambiado pero siempre esta en sus pensamientos no cree que ella…
- ella no me necesita, ya no soy la que fui, me eh convertido en una… es que la amo demasiado y preferiría morir antes de que me viera tal y como soy, no podría soportarlo, todos menos ella…

- PUEDE DEJAR DE PONER EXCUSAS – le grito él

Ella se le quedo mirando mientras sus ojos negros volvían a ser verdes por el desconcierto mientras Marius sofocado se quito la chaqueta roja abrió los botones de su camisa dejando al descubierto su dorso de mármol

- Se que es difícil – dijo el aun airado - tendrá muchas emociones contrastadas cuando la vea después de tanto tiempo, pero no puede huir de un rechazo que estoy completamente seguro que no pasara, y si es un ataque de ira lo que le preocupa, tome mi sangre, ya le ha funcionado antes, Cristóbal la tranquilizara después, ambos estaremos con usted y no dejaremos que nada malo pase ya ha confiado en mi una vez, por favor vuelva hacerlo…    

Ella sonrió dulcemente acercándose a él
- casi nadie me había ganado en una discusión
- lo imagino
- Prometes no dejarme hacerle algo malo a ella
- lo prometo

Ella cerro sus ojos y presiono sus ardientes labios contra la piel de su cuello, Marius no puedo evitar sentir de nuevo esa sensación que le provocaba al estar cerca de ella, deseo abrasarla, pero no lo hizo sin embargo era placentero el ajustar su corazón al ritmo del de ella.

Sin querer en su mente regresaron imágenes conocidas… el calor, la luz cegadora del sol, una habitación blanca, el flotando en lo alto solo vistiendo un pantalón blanco, un enorme lienzo en el un ángel con alas de luz que inundaba todo a su alrededor inclusive su cuerpo casi desnudo envolviéndose con ellas, ella la criatura de cabellos rojos que yacían esparcidos como hondas interminables sobre el lecho  y su cuerpo, pero su rostro fino y delicado no había sido terminado mientras en su mano el pincel goteaba

Sabia el donde mirar pero esta vez estaría ella allí… o despertaría, el lienzo obedeció a sus deseos y se movió dejando que su vista viera la verdadera criatura que había podido captar sus manos ella estaba dormida en una enorme lecho y frente a ella una puerta abierta dejando entrar la luz del sol besaba su delicada y blanca piel descubierta haciéndola brillar, el  pudo ver  que de ella se desprendía miles de lucecitas una conectada con otra que la inundaban como alas enormes que se desprendían de su ser.  

Sus ojos de jade se abrieron, le miro allí en los alto contemplándola como un tonto, como si nunca antes la hubiera visto, ella le regalo una hermosa sonrisa a la que el respondió dejando que sus ojos verdes entraran en su corazón y le llamaran con su voz por su nombre…

Ella abrió sus alas invitándolo a abrigarse con ellas; el dejó atrás el lienzo sin vida y soltando el inútil pincel se dejo caer sabiendo que el amarla era una necesidad para su piel que ardía por tocarla, la cubrió de besos sintiéndose aliviado el frenesí de su corazón con cada uno, hasta alcázar los sus labios donde ella respondían con fiereza en ardientes besos

Poco a poco a poco su visión volvió, ella estaba a casi dos metros de distancia de él en el remarco de la puerta observando el cielo estrellado 
-  ¿Mekare…?

Ella volteo su rostro sus ojos verdes tranquilos, esbozo una media sonrisa funesta y esquinada… el nunca se la había visto…

- Se te hace tarde… podrías ir por mi hermana… a ella le gusta la puntualidad.

Fin Cap. 8  

Continuará